Aún no hay claridad sobre la muerte del hincha de Central que falleció el jueves por la noche cuando ingresaba al estadio Malvinas Argentinas de Mendoza para presenciar la final de la Copa Argentina. Al principio se dijo públicamente que Sergio Confalonieri, de 55 años, había fallecido por un infarto. Pero luego trascendió de boca de varios testigos, incluso de una mujer que intentó rehabilitarlo, que ese fatídico episodio habría sido ocasionado tras un cruce que tuvo con las fuerzas de seguridad. Varias versiones aseguran que la policía montada habría arremetido contra los hinchas canallas y que otros agentes habrían echado mano al gas pimienta y repartido golpes al público. Pero además hubo reproches en torno a la tardanza de la ambulancia: habría demorado 45 minutos en llegar.
El presidente de Rosario Central, Rodolfo Di Pollina, dijo que pedirá explicaciones porque está al tanto de que el ingreso a la cancha fue "conflictivo". Pero desde el Ministerio de Seguridad mendocino desmintieron la represión policial. "No tuvo nada que ver con una corrida", que se produjo en inmediaciones del estadio. "La causa de muerte fue un paro cardíaco. Por lo que sabemos, esta persona estaba ingresando al estadio por el acceso sur y se desconoce que haya habido un incidente allí. Hubo una corrida cerca, pero no tuvo nada que ver con este desenlace", agregó desde la cartera ministerial Javier García, quien dijo además desconocer si Confalonieri estaba acompañado por otras personas.
Sin embargo más de un testigo aseguró que la víctima sí estaba acompañada.
"Estuve en todo momento al lado del tipo. Se había formado un cuello de botella, con miles de personas que pasaban por el cacheo de cuatro. Había policías con escudo. Cuando la gente quiso apurarse, el señor, sus hijos y yo nos comimos palazos, y gas pimienta. Entramos a la cancha, el tipo se sacó con la cana y subió para la explanada y cuando estaba yendo a la popular se desplomó en el piso y ahí se quedó. Empezamos a pedir una ambulancia, el hijo empezó a gritar y un policía le puso una piña y nos fuimos todos al humo. La ambulancia tardó mucho en llegar, creo que el hombre cuando se lo llevaron de la cancha tenía pulso".
En tanto, una mujer que rehabilitó a la víctima aseguró que al ver al hombre tirado le tocó el pulso, se dio cuenta de que estaba en paro e inició las maniobras de reanimación.
"Estuvimos con otro chico haciendo el protocolo de resucitación, mientras la policía prácticamente se nos reía en la cara y la gente pedía una ambulancia. Se lo veía muy complicado al hombre, se broncoaspiraba, a los 25 minutos se sumó un guardavidas del club a ayudarnos. Pedimos un desfibrilador automático que tienen que tener todas las canchas de la Argentina y nos dijeron que no sabían que era. Estuvimos casi cuarenta minutos con él hasta que llegó la ambulancia. Los médicos lo llevaron y creo que murió en camino".
Confalonieri tenía un negocio de cámaras, cubiertas e insumos para gomerías en la zona sur de Rosario. Un familiar aseguró que se había hecho un chequeo médico hacía una semana. Uno de sus hijos se quedó en Mendoza para realizar la denuncia del hecho en la Fiscalía y el resto de la familia viajó en chárter de regreso a la ciudad.
"Central trajo de vuelta a Rosario a dos hijos. Estamos averiguando y hay que ser responsables. Sabemos que la entrada a la cancha fue difícil. Tenemos algunos relatos que dicen que el ingreso fue conflictivo. Estamos averiguando para saber qué pasó", afirmó Di Pollina.
El diario Los Andes de Mendoza publicó ayer el testimonio de otro funcionario de Seguridad. Nestor Majul dijo que fue "difícil contener a los hinchas de Central" y que "hubo empujones y tiraron las vallas", pero no se arrojó "ni un gas lacrimógeno".