El boxeo argentino se encuentra a horas de uno de los momentos más impactantes de su rica historia. Un país entero espera que Sergio “Maravilla” Martínez se suba al ring montado en el estadio de Vélez para defender la corona de los medianos del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Alrededor de las 23, el quilmeño enfrentará al invicto inglés Martin Murray, en una megacartelera para el recuerdo y que televisarán TyC Sports (desde las 17) y la TV Pública (desde las 18).
Maravilla realizará la primera defensa de su segundo reinado, en la misma categoría que engalanó el inolvidable Carlos Monzón, tras reconquistar la corona en septiembre pasado al ganarle por puntos al mexicano Julio César Chávez junior, en Las Vegas. Enfrente tendrá un adversario más joven y hambriento de gloria como Murray, titular interino de los medianos de la Asociación Mundial de Boxeo.
Este festival tiene todo para convertirse en un encuentro histórico. Además de la trascendencia del combate estelar, el boxeo argentino nunca disfrutó de una programación en estadio abierto, con un público estimado de 40.000 (cifra inédita para el pugilismo nacional) y con siete peleas internacionales.
Entre esos combates sobresalen los que sostendrán el tucumano Luis Carlos Abregú (34-1, 28 nocauts) frente al canadiense Antonin Decarie (27-1, 8 nocauts), por el título de Plata welter CMB, y el de la chubutense Claudia López (22-6, 5 nocauts), buscando el cinturón pluma FIB ante la dominicana Dahiana Santana (31-6, 14 nocauts).
Pero volviendo a la pelea principal, a Maravilla Martínez el reconocimiento le llegó en el momento en que su carrera comienza levemente a declinar, pero como contrapartida su carisma va in crescendo.
Alguna duda se cierne en su horizonte, porque el campeón ya tiene 38 años y su cuerpo comienza a evidenciar lo extenso de su exitosa carrera, a lo que hay que sumar la fisura de mano izquierda que sufrió en la pelea con Chávez y la artroscopía de rodilla derecha a la que fue sometido en 2012 en España, que él mismo confesó aún le causan molestias.
Queda así planteado el interrogante de cuándo el almanaque le pasara factura por sus casi 16 años como boxeador rentado, tanto o más que la oposición que puede significarle Murray, ocho años más joven y con 10 temporadas menos de fajarse en un ring.
El inglés está lejos de la técnica e inteligencia del quilmeño, y mucho más de su madurez boxística.
Un factor determinante puede ser la fortaleza mental. No en vano Maravilla le puso énfasis a “la inteligencia” como factor decisivo para la definición del combate, amplificado por la motivación que le significa pelear en Argentina tras 11 años (febrero de 2002, triunfo ante Francisco Mora).
Vencer a Murray y los fantasmas de las lesiones será entonces la premisa de Martínez, favorito para retener la corona y encarar la etapa final de su carrera, revancha con Chávez junior mediante, con un cierre a toda orquesta ante un rival de primerísimo nivel (¿Floyd Mayweather, Saúl Alvarez o Andre Ward?) el año próximo.