Antes del partido, un largo viaje por parte del canalla. No por la distancia entre Rosario y Asunción, sino por los trayectos y combinaciones que el plantel tuvo que hacer a lo largo del día. No obstante, lo más importante es que los traslados, primero vía terrestre y después por aire fueron calmos. Por eso a la hora estipulada la delegación canalla hizo pie en el Yacht Club de esta ciudad, el lugar elegido para la concentración.
El viaje tuvo una primera etapa en micro, alrededor de las 11 el grupo salió desde el predio de Arroyo Seco. Los 21 futbolistas, el cuerpo técnico y demás colaboradores, directo a Ezeiza.
En la terminal aérea el primero en arribar fue el Mono Gordillo. Es que el director deportivo había viajado la noche anterior a Capital Federal porque ayer por la mañana debía cumplir con algunos trámites personales. "Es impresionante el frío que hace", fue una de las primeras frases en la charla con Ovación. Era lógico, el país por esas horas hablaba de las bajas temperaturas que debían soportarse. Minutos más tarde fue el turno de Gustavo Ricúpero (integrante del departamento fútbol). Ambos fueron rápidamente a hacer el check in de todos los viajeros, que estaban próximos a llegar.
El arribo del micro al aeropuerto fue a las 14.40. Fila india hacia el hall central, dónde los más solicitados para las fotos fueron Caruzzo, Ortigoza y el Colo Gil, para recibir cada uno el boleto del viaje con sus respectivos documentos. De allí a un inmediato preembarque.
El momento del trámite de migraciones fue el más engorroso, pero no menos cómico. Es que el cambio de sistema impone que sean los propios pasajeros los que los realicen. Primero con el escaneo del DNI y después con la digitalización de la huella dactilar. Pero el primer paso no a todos les resultó sencillo. Josué Ayala fue uno de los que más renegó porque no había forma que la máquina le leyera el documento. Detrás de él Barbieri y Rinaudo esperaron con una paciencia asombrosa, mientras Caruzzo aguardaba del otro lado a Ortigoza, a quien tampoco le fue sencillo.
Tras ello la dispersión, con algunos cumpliendo la visita obligada en el free shop y otros directamente buscando un lugar cómodo, para estirar las piernas y aguardar el vuelo rumbo a Asunción. El llamado de Aerolíneas fue un poco más tarde de lo previsto, pero el arribo a la capital paraguaya apenas unos minutos más tarde de lo estipulado. Ortigoza fue el primero en realizar los trámites de migración y el más requerido para las fotos (venía del fútbol paraguayo, además de jugar en la selección guaraní).
Eso sí, el traslado del aeropuerto al hotel del Yacht Club fue una verdadera amansadora. Es que el tráfico estaba intratable en Asunción, lo que hizo que el plantel llegara a su búnker con algo de retraso. A las 21.30 (hora argentina) el micro se estacionó, pero a un par de cuadras (el coche no pudo entrar por la cantidad de autos que había en el predio) del lujoso hotel y de ahí en más el reparto de habitaciones, la colación, comandada por el PF Javier Bustos, de frutas y jugos, la cena y el descanso hasta hoy por la mañana, cuando será el turno de la activación física (movimientos en la previa de este tipo de partidos) para después sí meter de lleno la cabeza en el ensayo ante Olimpia.