De Rosario a Salta, de Salta a Rosario, de Rosario a Córdoba. Viajes en los cuales Central se paseó con la ilusión a flor de piel, en busca de un sueño que pretende hacer realidad sobre el final de un año en el que va en busca de la cosecha de todo lo que ya sembró. Lo de ahora serán otros 90 minutos para que el retorno a Rosario sea con la obligación de no tener que desarmar las valijas por el viaje a Santiago del Estero. De esto se trata el fútbol de Central hoy, de dar un pasito más en busca del título en la Copa de la Liga, aunque sabiendo que la parada que afrontará será quizá más brava que la que sorteó el pasado domingo en el norte del país. ¿Por qué? Porque no sólo las obligaciones serán mayores y los nervios más pronunciados, sino porque enfrente tendrá al mejor equipo de la temporada: River, al que viene de ganarle hace exactamente un mes. Central traslada su pasión, su juego, sus ilusiones y sus hinchas al Mario Alberto Kempes de Córdoba, donde intentará meterle un sello más a su pasaporte, en el casillero del pase de la semifinal a la final.
A medida que el torneo avanza y cada instancia eliminatoria comienza a formar parte del pasado, el grado de dificultad se eleva, y no sólo por la magnitud de los rivales a los que les toca enfrentar, sino porque la ansiedad y los nervios empiezan a jugar una pulseada importante con la calma que se requiere en estos casos. Pero es parte del juego y lo mismo que viven hoy en Central es lo que sienten en River, incluso en Godoy Cruz y Platense.
Lo cierto es que después de aquel triunfo en cancha de Arsenal el equipo de Miguel Angel Russo se paró frente a un plato tentador, que podía degustar en apenas tres bocados. El primero ya lo dio y por eso la distancia que separa al canalla de un nuevo título ahora es de dos partidos: River primero, Godoy Cruz o Platense después.
El miércoles se cumplieron cinco años de la consagración en Copa Argentina del Central del Patón Bauza, un hecho que logró que el canalla rompiera una racha de 23 años sin títulos y hasta ese ambiente triunfalista hace su aporte para que la ilusión se potencie.
Después de esa conquista nunca más Central estuvo tan cerca de volver a sumar una estrella. Hasta este 2023 que fue un quiebre, que se inició una nueva gestión desde lo dirigencial y se dio la llegada de un viejo conocido como Russo (es su quinto ciclo en el club). De ahí en más, aciertos, errores, momentos de euforia y también de dudas, pero todo en un recorrido en el que Central de a poco se fue transformando en un equipo incómodo para cualquier rival, más jugando en su estadio. Pero claro, los frutos de toda esa larga siembra se vieron reflejados en este fin de año (primero con la clasificación a la Copa Libertadores), en el que el canalla no quiere ni que le mencionen la palabra “vacaciones”. Porque le tomó el gustito a esto de armar y desarmar valijas de menor tamaño, para viajes cortos en tiempo y distancia. A nadie en Arroyito hoy se le cruza por la cabeza despedirse de manera definitiva de este 2023. Quieren una excursión más.
Y esa excursión podrá darse si primero logra sacarse de encima a este River que si bien viene de ganar, su tránsito en la recta final del torneo no fue de lo mejor (de los últimos cuatro encuentros ganó sólo el de los cuartos de final, contra Belgrano). En Central deben haber analizado esos números, pero lo que más importa es lo propio, es cómo el equipo se plantará futbolísticamente, cómo lo manejará emocionalmente, en qué medida aprovechará el envión anímico que logró ante Racing, tras un final con muchísimo sufrimiento. Es Central contra River, pero también contra sí mismo.
Desde aquella victoria en el clásico, en el peor momento de Central en el torneo, este equipo de Russo empezó a abrir sus alas y a volar sin detenciones hasta ese final apretado en cancha de Arsenal, en el que se vio beneficiado por la caída de Independiente. Hoy esas alas están más extendidas que nunca, buscando un poco más de altura, con la cima entre ceja y ceja.
Un escalón más es lo que pondrá a Central a tiro de la gloria y como dijo Russo tras el partido de Arsenal, “la gloria no tiene precio”. Por eso este equipo canalla no se debe andar fijando en gastos para alcanzar lo que pretende. Era la clasificación, ante Arsenal, y fue nomás; era el primero de los tres partidos rumbo al título y fue nomás. ¿Ahora? Depende de Central qué más alto pueda volar.