El Coloso Marcelo Bielsa se transformó en un verdadero santuario de Diego Maradona, quien falleció este miércoles a los 60 años y dejó huérfanos de fútbol a todos los hinchas argentinos y del mundo. Inmediatamente, el mito se convirtió en leyenda.
El Coloso Marcelo Bielsa se transformó en un verdadero santuario de Diego Maradona, quien falleció este miércoles a los 60 años y dejó huérfanos de fútbol a todos los hinchas argentinos y del mundo. Inmediatamente, el mito se convirtió en leyenda.
El club decidió homenajear a Maradona y colocar el número 10 en el centro de la popular alta que lleva su nombre. Así amaneció esa tribuna este jueves a la mañana, luego de que ayer se encendieran las luces del estadio como ocurrió en todas las canchas del país.
Desde que se conoció el deceso del campeón del mundo con la selección argentina en México '86 y actual técnico de Gimnasia, gran cantidad de hinchas, leprosos y otros tantos, se llegaron al estadio rojinegro para tocar el mural de Diego Maradona.
La pìntura, que ilustra a ese paso fugaz de Diego como jugador de Newells, está detrás de la popular visitante. Justamente por esa puerta ingresa desde ayer una gran cantidad de personas para tocar el mural, encender una vela, dejar una foto u otro presente y sentir que Diego sigue presente, que nunca se fue y que es inmortal.