La montaña rusa canalla no se detiene. En tiempos para nada sencillos desde lo deportivo y desde lo institucional, Central vive un presente en el que las sensaciones juegan su propio partido. Hundido en una alarmante crisis futbolística, el remedio que encontraron en Arroyito para paliar la situación fue el desembarco nada más ni nada menos que de Carlos Tevez, quien desde este martes es oficialmente el nuevo técnico canalla. Hubo muchas repercusiones con su llegada. Bastó ver lo que fue el Gigante de Arroyito en la tarde-noche de ayer, en el que la figura del Apache generó una revolución sin precedentes, al menos en los últimos años. Sólo el anuncio del retiro de Marco Ruben puede equipararse a este momento de sensaciones raras, de incógnitas lógicas y de ilusiones que escalarán a su punto más alto, al menos hasta que la realidad comience a responder con hechos concretos, que servirán para darles crédito a esas ilusiones o para pensar que la decisión de contratar un nuevo entrenador sin experiencia fue un nuevo paso en falso. “Vengo a Central por su gente, que a mi criterio es un plus”, tiró el flamante DT canalla en inicio de la conferencia, luego de la bienvenida que le dio el presidente en ejercicio Ricardo Carloni.