La Universidad Nacional de Rosario, a través de una propuesta que presentó la Asociación de Deportistas Olímpicos de Santa Fe, dio un paso al frente e hizo historia. Con la resolución del Consejo Superior Nº 052/2023, se convirtió en la primera del país en reglamentar lo que las leyes 20596 y 20655 (promulgadas en 1974) decían en sus textos. La primera de ellas hace referencia a la licencia especial deportiva, donde en su artículo 10 declara que: “El Ministerio de Cultura y Educación y/o las universidades dispondrán lo necesario para que a quienes fueren designados integrantes de las delegaciones a que se refieren los artículos 1º y 2º no les sean computadas las inasistencias a los fines de modificar su condición de alumnos regulares y dispongan lo necesario para acompañar a los deportistas”. La segunda, en tanto, se refiere a la importancia del deporte y la actividad física en el desarrollo de la vida de las personas.
Lo que a primera vista parece hasta algo lógico, es una medida de alto impacto, ya que a partir de ahora los estudiantes que practican deportes de alto rendimiento y/o olímpicos (por ahora en el ámbito de la UNR), ya sea en sus colegios secundarios, terciarios, paralelas e intermedias y carreras de grado y posgrado tendrán el acompañamiento de la casa de altos estudios para que puedan finalizar sus estudios en todos los niveles y obtener los títulos universitarios de las carreras que cursen. La idea es que esto se replique en otras universidades ya sean públicas o privadas y en el Ministerio de Educación de la Provincia para los colegios secundarios en su generalidad, ya que en el nivel intermedio se encuentra el mayor semillero de las promesas del deporte nacional.
Esta propuesta fue votada por unanimidad por el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario por lo que todas las unidades académicas deberán acatarlas. Es sabido de que antes de que esto se sancione, correr un examen era toda una odisea y dependía en gran medida de la buena predisposición del profesor para que ello ocurra. En la mayoría de los casos, dejaban la decisión al alumno con la aclaración de que “si va, pierde el examen”. Eso no volverá a ocurrir más.
Lógicamente, para poder gozar de los beneficios de esta flamante regulación, los alumnos deberán seguir ciertas premisas. Se estableció, por ejemplo, “que el deportista olímpico o de alto rendimiento deberá, al inicio de cada año académico, presentar ante la oficina de alumnado de la unidad académica a la que pertenezca, una constancia de la confederación argentina del deporte que representa, en el equipo nacional que acredite dicha condición para ese año, con los días y horarios de entrenamientos y posibles giras y/o eventos que en los que participará durante el período lectivo”.
En ese sentido, “las unidades académicas asistirán a los estudiantes que hayan acreditado su condición de deportistas olímpicos y/o de alto rendimiento en la inscripción de las exigencias académicas, para facilitar su asistencia de manera tal que pueda compatibilizar los días y horarios de cursado con la preparación deportiva”, como reza el texto de la resolución.
También se estableció que los estudiantes deportistas olímpicos y/o de alto rendimiento tienen derecho a solicitar que se reprogramen sus exámenes parciales, debiendo en este caso, acompañar con constancias que acrediten la imposibilidad de concurrencia en la fecha y horario establecido para el examen parcial.
Otro punto importante, y no es un dato menor, es que las distintas unidades académicas pueden designar a “tutores voluntarios”, una figura que será la encargada de acompañar en forma personalizada a los estudiantes deportistas olímpicos y/o de alto rendimiento, para clarificarle el camino en la parte académica. Estos tutores podrán ser docentes o bien estudiantes de años superiores de la carrera a la que asista el deportista.
Con esta resolución lo que se buscó es “sumar excelencias”. La UNR lo entendió así y dio un paso importante para que los deportistas de élite, esos mismos que nos representan ante el mundo en diferentes deportes, puedan finalizar sus estudios sin trabas y sin la necesidad de sacrificar una cosa por la otra, como lo hacen los atletas de nivel en los países del primer mundo.
Son varios los integrantes de equipos nacionales de distintos deportes que estudian en dependencias de la Universidad Nacional de Rosario. Para citar algunos casos, podemos mencionar a Valentina Balverdi, estudiante en la tecnicatura en inteligencia artificial UNR y miembro del equipo nacional de mayores de esgrima; Luisina Caussi, de natación artística y estudiante de Medicina UNR, clasificada a los Juegos Panamericanos Santiago 2023; Branco Levak, estudiante de Arquitectura, Lautaro Camino de Economía, Tomás Tillati y Nicolás Provenzano en Ingeniería Civil, todos miembros del equipo nacional waterpolo. En la nómina se puede agregar a Matías Krivoy, estudiante de Licenciatura en Física, y parte del equipo nacional de esgrima; y a Lorenzo Correa y a Santino y Adriano Lenarduzzi, estudiantes del Instituto Politécnico Superior Gral. San Martin e integrantes del equipo nacional juvenil de esgrima.
Para recordar algunos de los Olímpicos y Paralímpicos egresados de la Universidad Nacional de Rosario, podemos citar a Adolfo Biselach (Arquitectura), Olímpico en esgrima en Tokio 1964; Daniel Navarrete (Abogacía), Olímpico en lucha en Los Angeles 1984 y Seúl 1988; Ayelén Stepnik (Odontología), medallista Olímpica en hóckey en Sídney 2000 y Atenas 2004; Leandro Marchetti (Odontología), Olímpico en esgrima en Atlanta 1996 y Sídney 2000; y Fernando Carlomagno (Odontología), natación en Juegos Paraolímpicos Atlanta 1996, Sídney 2000, entre otros muchos ejemplos.