Central está frente a un nuevo mercado de pases en el que, como tantas otras veces, no puede fallar. Desde hace varios años se viene repitiendo esa frase y no siempre se actuó en consecuencia, pero en esta ocasión es diferente porque se trata del último libro de pases de esta gestión y, sobre todo, porque urge la necesidad que el próximo torneo sea mejor que este que pasó, que fue sencillamente deplorable. Ahora, ¿por qué se potencia esa idea de que la puntería para los refuerzos debe ser otra? Por la decisión que tomó Leandro Somoza, quien optó por prescindir de los servicios de seis futbolistas, tras de los cuales llegaron en los dos últimos mercado de pases. Esos jugadores que en su momento se eligieron porque se pensó que podían generar un salto de calidad, se terminaron yendo al poquito tiempo por la puerta de atrás. Así, en este receso será clave la labor de la secretaría técnica y la dirigencia para no tropezar una vez más con la misma piedra.
Cuando Somoza dejó entrever que cuando las competencias del primer semestre llegaran a su fin iba a formular una lista con jugadores que no iban a ser tenidos en cuenta, rápidamente las especulaciones se generaron y muy pocos erraron en su pronóstico. Esa lista apareció (al día siguiente del partido contra Sol de Mayo, por Copa Argentina, y allí aparecieron nombres como los de Javier Báez (llegado en el último marcado de pases), Milton Caraglio y Ricardo Garay (ambos arribaron en el anterior receso). Incluso Michael Covea, Emiliano Vecchio y Martín Rabuñal podrían incluirse en ese detalle, pese a que habían llegado un tiempito antes, pero no mucho.
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Báez fue uno de los refuerzos del último libro de pases, pero su estadía en Central ya terminó.
Héctor Rio / La Capital
Esto es lo que en cierta forma obliga a replantear la política de refuerzos que se llevó a cabo en los últimos años. Si jugadores que llegan para potenciar el equipo a los pocos meses son dados de baja, se les rescinde el contrato o generan un aporte prácticamente nulo es porque esas contrataciones fueron inadecuadas.
¿Cabe otra lectura en paralelo? Por supuesto. En este caso Somoza puede haber errado de entrada en su diagnóstico y equivocarse en la decisión que tomó, pero sería un accionar sumamente simplista tirarle toda la carga al entrenador. Igual, vale el ejemplo, con el Kily, quien lo trajo, Vecchio era titular indiscutido y para Somoza el juego de Emiliano no cuadra en la estructura futbolística que imagina a futuro. Simplemente un ejemplo.
Ahora bien, con esta barrida de parte del entrenador, en el que se vieron involucrados varios jugadores que llegaron hace muy poco al club genera el análisis sobre cómo anduvieron los refuerzos que se contrataron en el último semestre, que no fueron pocos por cierto, ya que hubo ocho caras nuevas que en su momento se sumaron al equipo dirigido por entonces por el Kily González.
Sin dudas los que más rindieron, al menos en lo que hace a presencia y minutos en cancha, fueron Gaspar Servio y Walter Montoya. Ambos participaron en los 15 partidos (14 por la Copa de la Liga Profesional y el restante por Copa Argentina) que disputó el canalla, aunque claro, el arquero lo hizo siempre de titular. De hecho fue traído para cubrir la vacante que se había abierto por la lesión de Fatura Broun y debía pelear el puesto con Juan Pablo Romero, pero estaba claro que sólo un flojo rendimiento podía sacarlo del equipo.
Lo de Montoya estuvo acorde a las pretensiones respecto a las presencias, pero el rojo de su aporte estuvo signado por el rendimiento. El Chaqueño nunca pudo terminar de adaptarse al equipo o al ritmo del fútbol argentino y por eso su aporte no fue el mejor, más allá del gol que convirtió ante Independiente.
El nombre de Juan Cruz Komar fue, por escándalo, el que más ruido hizo en ese último mercado de pases y desde lo estrictamente deportivo es otro de los que aún está en deuda. El torneo ya se jugada y la dirigencia aún negociaba por su llegada y después de eso le llevó un par de semanas la puesta a punto desde lo físico. Cuando estuvo a disposición fue siempre titular, pero sin mostrar las credenciales por las cuales el club realizó semejante esfuerzo. Tuvo al lado a tres marcadores centrales (Báez, Almada y Velázquez) y con ninguno logró formar una dupla consistente. Ahora Somoza solicitó un central zurdo para que pueda congeniar con Komar y si llega será un buen desafío para el técnico lograr que la cosa funcione, pero esencialmente para el futbolista, quien seguro piensa que tiene todavía todo por demostrar.
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Komar generó muchas expectativas, pero su rendimiento estuvo por debajo de lo esperado.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Que Báez haya aparecido en la lista que formuló Somoza habla a las claras que su paso por el canalla no fue el esperado. El Kily lo utilizó en varios partidos y fue una de las primeras grandes apuestas que hizo el actual DT, hasta que consideró que debía sacarlo del equipo. Apenas tres meses en el club y una pronta despedida.
Son bastante similares las situaciones de Marcelo Benítez y Claudio Yacob, quienes jugaron poco y nada mientras el Kily fue el DT y que encontraron mayor cabida con la llegada de Somoza, especialmente el exDefensa y Justicia. Es que el Cholo se convirtió en el arranque mismo del ciclo Somoza en uno de los jugadores predilectos del entrenador.
Poquita injerencia de Velázquez en el equipo, con una aparición prometedora (gol e inmediatamente titularidad) en el final del torneo, hasta que una lesión lo borró por completo. Jugó tan solo dos partidos, uno desde el arranque.
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Montoya fue de los refuerzos que más jugó. Estuvo en los 15 partidos, pero en 13 como titular.
Héctor Rio / La Capital
Mientras, a Nazareno Romero no se le conocen las características todavía porque ni el Kily ni Somoza le permitieron sumar minutos. Fue el único de los ocho que no jugó. Cuando fue contratado, varios interlocutores del lado de Central, dejaron entrever que la idea era ir formándolo de a poco frente a la posibilidad de una venta de Lautaro Blanco, pero lo cierto es que el poquito aporte (dos partidos) que brindó fue en reserva.
Lo dicho, frente a la decisión que tomó Somoza, en Central no hay forma de no pararse en la vereda de la autocrítica para ver en qué se está fallando frente a la búsqueda de refuerzos. Que la mitad de los que no serán tenidos en cuenta llegaron en los dos últimos mercados de pases algo quiere decir.