Como tantas otras veces, el triunfo sólo servirá para revitalizar el ánimo y rememorar esa vieja idea de que en Central siempre es tiempo de volver a empezar. Un partido más, en esta ocasión frente a Estudiantes, con un objetivo chiquito, que no conforma en lo más mínimo en un “mundo Central”, donde las expectativas empequeñecen de manera proporcional al ritmo del avance de la Liga Profesional. Suena a poco y es verdaderamente poco lo que persigue el canalla, al que ya a un puñado de fechas del final la chance de Copa Sudamericana le quedó a una distancia importante. Por eso, lo de esta noche en el Gigante tendrá, otra vez, ese sabor de que una victoria servirá para paliar el ánimo de desconsuelo.
Central no viene de un camino demasiado espinoso, en el que las derrotas lo estén martirizando, pero es esa irregularidad en el juego y también en los resultados lo que pone a Central en una situación de incomodidad absoluta, y frente a un escenario al que nadie imaginaba subirse allá en el inicio del campeonato. Pero es lo que hay y contra eso tiene que luchar este equipo de Carlos Tevez.
Que a tantas fechas del final la chance de acceso a una competencia internacional se vea tan lejana habla a las claras de todas esas cosas, que no parecen ser pocas, que se hicieron mal, desde el inicio mismo de la competencia. Y frente a la imposibilidad de corregirlas pese al cambio de entrenador que hubo, lo que abunda hoy en Arroyito es la escasez.
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Central viene de tropezar en el último partido y necesita reencontrarse con el triunfo.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Central está escaso de juego, pero sobre todo de regularidad y es a partir de eso que la cuesta se le tornó demasiado empinada. Y si hasta aquí le costó trepar porqué pensar que lo que vendrá será bajo un comportamiento de mayor eficacia. Tampoco hay motivos para asegurar que será así hasta el final de la historia, pero para que eso cambie el equipo debe cambiar.
Ahora, para que el equipo modifique su estándar de vida deberá hacer cosas que le son impropias en esta vida de altibajos permanentes que le toca vivir. Tevez sigue buscando ese ideal de equipo que le permita echar las bases de cara a un futuro un tanto más esperanzador, pero hasta aquí los intentos van a contramano de esos deseos.
Para Central es tiempo de hacer borrón y cuenta nueva después de lo que fue ese golpazo que se pegó en cancha de Argentinos Juniors, donde sólo se atrevió a jugar unos pocos minutos. Y eso fue lo que hizo que se borrara de un plumazo todo lo bueno que había hecho contra Talleres. Yendo un poco más atrás en el tiempo, unos cuantos ejemplos que parecen calcados a esto que sucedió en los dos últimos encuentros.
Es, ni más ni menos, ese andar a los saltos lo que puso a Central en una situación de desconcierto absoluto, donde de vez en cuando se le abre paso a la ilusión, pero en paralelo la vida le va metiendo golpes de realidad. Es uno o dos resultados positivos y uno o dos de los otros. Es algo de alegría que contrasta con las repentinas irrupciones de la tristeza.
Central necesita reencontrarse con la victoria porque justamente viene de un tropiezo importante, al menos para el entrenador, quien dejó que las especulaciones fueran de ese modo al decidir abstenerse de dar su parecer tras la caída en el Diego Armando Maradona. Ese mismo Tevez que de manera constante transmite tranquilidad es quien también necesita que los resultados lo acompañen. El más que nadie se está jugando una parada importante en esta primera experiencia como entrenador y no solamente por tratarse de su primera vez como DT, sino porque todo lo que obtenga de aquí hasta el final del campeonato le servirá para obtener mejores conclusiones y, por supuesto, para fortalecer su rol como conductor de grupo.
Pero Tevez y todo Central hoy no cuentan con la capacidad de apuntar a los grandes objetivos y todo se reduce a esto, a enfrentar a Estudiantes para que el mal paso no avance y de esa forma recobrar algo de tranquilidad. Parece poco y lo es, pero esta realidad que golpea alcanza precisamente para cosas de este tipo, para arrancar, frenar y volver a empezar.