Newell's venció al bicho a pura garra y es el único puntero

El Parque fue una fiesta. Newell’s logró una victoria sufrida, electrizante, a corazón abierto. Venció 1 a 0 a un durísimo Argentinos, con un gol de Willer Ditta, la figura imperial de la noche por la conquista y porqué sacó todo lo que tuvo cerca a la hora de defender. Atinado planteó táctico de Sanguinetti para achicar espacios en el retroceso, aunque a la pelota la tuvo casi siempre el rival. Pero a la lepra le alcanzó el arranque arrollador en el que se llevó por delante al bicho y allí con el tanto de Ditta resolvió un cotejo de altísimo voltaje. Ahora es el único líder de la Liga Profesional al menos hasta que hoy juegue Platense. Por ello la alegría del pueblo rojinegro, que antes se había comido todas las uñas porque la visita merodeó las narices de Macagno.

La lepra está arriba de todos en la tabla, sigue creciendo, también sabe ganar sin la pelota y sufriendo y ahora el sueño de ir por más está en marcha. Además de Ditta, muy bien Velázquez, Macagno, Vangioni y Fernández. Esta vez lo ganó desde la garra y el orden defensivo. La yapa: estaba el Tata Martino en las tribunas.

Newell’s arrancó hecho un demonio y afilado en la noche del Coloso. Ya a los 2 minutos gran desborde de Sordo y tras el centro mordió el disparo Panchito González en el corazón del área. Presión altísima de la lepra para asfixiar al bicho en su campo. Enseguida, Sforza lanzó profundo para la corrida de Méndez y el centro venenoso del uruguayo fue interceptado justo por Torrén.

Y la tercera fue la vencida. Apenas iban 5 minutos, córner con rosca de Sordo, la bajó Gustavo Velázquez y entrando por atrás como una pantera hambrienta el colombiano Willer Ditta conectó de zurda, de primera, para inflar la red del hipódromo.

Ditta lo gritó con alma y vida. Rezó mirando el cielo. Y arengó a la gente. Explotó el Coloso. Newell’s no bajó la intensidad y Argentinos intentó amigarse con la pelota, pero a la visita le costaba progresar hasta el área leprosa.

Los tres zagueros que dispuso Sanguinetti (Ditta, Velázquez y Mansilla) por ese entonces lograban neutralizar al temible Gabriel Avalos. Incluso el nueve del bicho salió lesionado sobre la media hora.

Pero una pelota quieta desde de la puerta del área se paralizaron los corazones en el Coloso. Gran chanfle de Carabajal que salió pegado al palo derecho de Macagno. La más clara de Argentinos.

Sobrevino una entrada durísima de Thiago Nuss a Velázquez y desde el VAR bien gracias. Al menos era para revisarla, pero nada de eso ocurrió. El bicho salió del asedio y Newell’s comenzó a defenderse en campo propio. El juego se hizo friccionado en la mitad. Asistencia notable de Sforza a Sordo, el punta aceleró directo al arco y Lanzillotta tapó abajo lo que era el segundo leproso.

Así terminó una etapa inicial de un Newell’s pragmático, con pasajes de presión alta, con gran compromiso para recuperar y muy punzante cuando aceleró, a pesar de haber tenido menos la pelota.

En la reanudación el bicho salió decidido a arrinconar a Newell’s contra Macagno. La pelota era monopolio de la visita en el arranque. Sanguinetti mandó a la cancha a Garro por el extenuado Panchito González.

El rojinegro cada vez más se limitaba a ocupar espacios defensivos y achicar hacia atrás, pero se desentendió peligrosamente de la pelota. Igual por entonces el bicho molestaba, aunque no picaba.

El DT del Parque buscó revitalizar el ataque con Genaro Rossi y Luciano Cingolani (afuera Juanchón y Sordo). El trámite no cambiaba. Argentinos era dueño absoluto del balón y Newell’s mordía y defendía la diferencia como un tesoro valiosísimo.

Notable Macagno abajo para desactivar una doble acción de riesgo de Vera y Verón. Adentro Portillo por Sforza para el tramo final. La pelota por momentos quemaba en el área leprosa y Newell’s a esa altura era todo corazón y dientes apretados. En una réplica el propio Portillo le quemó las manos a Lanzillotta.

Newell’s se jugaba la piel en cada dividida. El final fue electrizante. No apto para cardíacos. El Coloso era una caldera y el grito de los hinchas copó la noche. El pitazo final fue una explosión de alegría porque el rojinegro ganó un partido chivísimo y por ahora, hasta que hoy juegue Platense, es el líder absoluto de la Liga Profesional. El Parque fue una fiesta, encima con el Tata en la tribuna, fue el Día de la Bandera rojinegra.