Newell's debía abrazarse a la victoria. Tenía una cita obligada con el triunfo porque venía de capa caída en este arranque de semestre, con apenas un empate en dos capítulos de la Superliga y con la eliminación prematura en la Copa Argentina. Le urgía despabilarse cuanto antes. Por eso necesitaba un mimo del resultado y alzar tres porotos de un solo manotazo. Y ayer consiguió el objetivo con un funcionamiento aceptable y eficaz en la soleada tarde del Coloso. Hay que destacar con mayúsculas que el equipo de Juan Manuel Llop mereció ampliamente el reivindicatorio 2 a 0 que obtuvo ante Olimpo, ya que no bajó la intensidad ni la osadía en los 90 minutos. Claro que los abanderados de la cruzada fueron justamente los autores de los gritos rojinegros. La Pantera Leal definió con maestría esquinando el remate al ingresar al área a la carrera y luego el Niño Torres, que gambeteó para adelante toda la tarde haciendo estragos en la visita, clavó el segundo con un tiro picante que tras un leve desvío se clavó en la red de Gabbarini. Newell's se puso de pie de la mejor manera, con la pelota en los pies, con la ambición de ir al frente con varios pibes en cancha (se dio el debut absoluto con dos asistencias de Enzo Cabrera) y además certificando el dominio con contundencia en la red ajena. Bien por el nuevo equipo del Chocho.