Noche de brujas en el Parque. De no creer. Newell's no mereció perder, pero Unión con muy poco se llevó el premio máximo del Coloso. Fue 1 a 0. Una derrota tan injusta como preocupante para el rojinegro que no pudo trepar en la tabla acumulada y sigue muy preocupado con el riesgo de penar hasta lo último para sostener la categoría.
Lucas Bernardi tomó el timón y todo el mundo se encolumnó en la causa de la salvación, pero si bien se vio reacción y más competitividad, lo cierto es que el equipo volvió a perder y no hubo alivio en las matemáticas.
“Sangre, sudor y lágrimas”, esa emblemática frase de Winston Churchill en el contexto de la Segunda Guerra Mundia,l parece ser la forma en la que Newell’s deberá lidiar para consumar la permanencia.
La bandera colgada en el alambrado del hipódromo: “Todos juntos, huevo, garra y corazón”, fue el mensaje de toda la noche en el Coloso, pero un utilitario Unión le propinó otra puñalada, esta vez injusta, a Newell’s.
Y ahora deberá esperar el resultado de sus competidores para tratar de respirar más aliviado. Sigue dependiendo de sí mismo y si saca cuatro puntos de seis se salva, mientras que con tres es una posibilidad que también zafe, dependiendo de otros resultados, o que hasta en el peor escenario tenga que jugar un desempate. A la Lepra Le falta jugar con Huracán y Racing.
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El primer tiempo y un duro golpe para Newell's
En cuanto al juego el primer tiempo comenzó equilibrado, parejo, rústico y casi sin aproximaciones a los arcos. En la atmósfera de la noche del Parque reinaba la tensión y la imprecisión se trasladaba a la cancha. En Newell’s lo bueno pasaba por el movedizo Facundo Guch y pase criterioso de salida de Valentino Acuña. Los pibes eran las principales cartas de progreso. En tanto, arriba todo quedaba condicionado al desgaste y el esfuerzo encomiable de Cocoliso González.
El equipo de Bernardi había salido a jugar con cinco atrás, tres volantes y arriba Herrera y Cocoliso. La idea fue respaldar las líneas, presionar de forma coordinada y no dejar huecos atrás.
Pero la paridad se rompió justamente con una desinteligencia defensiva rojinegra. Gran centro con rosca de Del Blanco desde la izquierda y Agustín Colazo, arqueando su cuerpo y con un notable cabezazo, clavó la pelota arriba ante el vuelo estéril del arquero leproso Espínola.
Una ventaja fuera de contexto
Un gol de otro partido cuando ninguno de los equipos marcaba las pautas del trámite. Un verdadero sopapo para Newell’s. El goleador de Unión anticipó a Cuesta y cabeceó entre los tres zagueros que había puesto Bernardi para evitar esta situación. Un delantero del tatengue se impuso a tres rojinegros y a sacar del medio.
La respuesta fue de Salcedo, que metió un cabezazo débil. Empezó a crecer el murmullo. Los nervios. La tensión se multiplicó. Lo tuvo Valentino Acuña, pero le dio mordido desde la boca del área y fue a las manos de Tagliamonte. Enseguida Cocoliso enganchó y el tiro a colocar se le fue ancho. Dos clarísimas para Newells.
Llegó el pitazo del árbitro Espinoza para el entretiempo. El rojinegro se fue perdiendo, pero se retiró con el aplauso de los hinchas, como una muestra de que hubo un equipo en cancha, que con defectos igual se prodigó y fue competitivo, no como en los últimos tiempos del Ogro Fabbiani.
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El complemento y el empuje que no alcanzó
En el inicio del segundo tiempo, centro de Valentino Acuña y salvada providencial del tatengue tras un cabezazo de Cuesta. Newell’s empujaba.
Luego un centro desde la derecha que le quedó al pibe Jerónimo Russo y lo atoró impecable Tagliamonte para ahogar el empate. De inmediato Cocoliso cabeceó afuera un centro desde la izquierda.
Apenas ingresó, Maroni enfiló hacia el área y remató frontal para la tapada desesperada de Tagliamonte, ya la figura de la noche.
Newell’s empezó a jugar a la pelota larga, ya sin las energías ni el orden del inicio. Igual iba al frente a pura vergüenza y amor propio. Adentro Calderara y Mosquera y afianzó los cuatro atrás.
El rojinegro dio todo. Incluso se fue aplaudido por la entrega. Ni la arremetida de Mosquera ni el tiro notable de Herrera en el descuento sirvieron para lograr ese empate más que merecido. A seguir sufriendo.