La incredulidad se apoderó del Coloso. Nadie podía entender cómo Newell’s perdía un partido en el que había sido superior frente al puntero del torneo. No fue un dominio abrumador, pero sí el suficiente para empequeñecer al plantel millonario, rico en variantes. La lepra siempre estuvo más cerca de la victoria. Y cuando se descontaba que sería empate, porque le había faltado dar algo más arriba para conquistar los tres puntos, en el tiempo adicional quedó pagando en una contra y el conjunto de Martín Demichelis, de mal desempeño, lo dejó sin invicto en el Parque.
Newell’s siempre se defendió con la pelota. Hasta el primer cuarto de hora dominó el desarrollo ante un rival que, sin el balón, se siente incómodo y pierde peligrosidad. La lepra presionó bien arriba y asfixió en todos los sectores de la cancha. No le dio margen de maniobra al millonario. A partir de la tenencia, evitó que el puntero del torneo inquiete y aproveche el gran potencial ofensivo con el que cuenta.
Desde una acertada recuperación, el local fue inclinando la cancha hacia el arco de Armani. Mosquera y Gómez se asociaron y le dieron llegada al conjunto rojinegro sobre la banda derecha. Desde ese sector, apenas comenzado el partido, se gestó una peligrosa jugada que no culminó en gol porque Ferreira la pateó muy alto.
Ante la falta de fútbol, el medio de River comenzó a meter. El juego se hizo friccionado y luchado. Newell’s perdió precisión, le costó una circulación fluida y se fue distanciando de la valla contraria. Ferreira equivocaba el último pase y las expectativas del público rojinegro se reducían a las corridas y amagues de Aguirre por los costados.
Prevaleció el forcejeo por el juego atildado y ofensivo que se esperaba de ambos equipos, a tal punto que la segunda y última opción de gol de la primera etapa fue una escapada de Paradela sobre la izquierda que se encontró con el rápido achique de Hoyos.
La salida prematura de Mansilla por una molestia al inicio del segundo tiempo obligó a su reemplazo por Bruno Pittón. Este cambio favoreció a Newell’s. Las proyecciones del lateral le dieron otra alternativa de ataque. Ya no eran tan solitarios los intentos de Aguirre.
Newell’s manejó mayor tiempo la pelota y se mostró más ambicioso. Con actitud y decisión, intentó vulnerar el fondo millonario. Más allá de que por momentos se equivocó con la pelota, fue con ganas en busca del triunfo.
Ante la incapacidad de ingresar al área de River, el recurso del tiro de media distancia era una buena opción. El que lo probó fue Iván Gómez. Sacó un derechazo potente que se estrelló en el travesaño.
Si bien el conjunto de Demichelis no ofrecía síntomas de reacción, a un plantel con tamaña riqueza nunca se lo puede dar por rendido. Menos aún si hay un error, como en una mala salida de Ferreira. El ingresado Solari se la quitó y Hoyos despejó su remate por sobre el travesaño.
Pero Newell’s continuaba insistiendo y confiando en las gambetas de Aguirre. El juvenil, por momentos, era imparable. En una de las tantas escapadas, la metió al área y Recalde impactó apenas desviado, cerca del palo derecho.
Aguirre levantaba a las tribunas cada vez que encaraba. Intentó un tiro combado que cruzó frente al arco millonario. Y Newell’s tendría una más en los pies de Ferreira que encontró la tapada de Armani.
La lepra había sido superior, pero no le alcanzaba. Y cuando se encaminaba a un empate, lo menos esperado sucedió.
El local quedó mal parado en una contra millonaria, Hoyos achicó apresurado y mal, y Solari solo la tuvo que empujar al arco vacío.
Gol y final del partido. Demasiado castigo para la lepra.