Pasadas diez fechas de la Liga Profesional en la campaña de Newell’s hay un quiebre marcado, tanto en el rendimiento como en resultados, justo en la mitad de lo que va del camino. En las primeras cinco fechas la lepra fue una tromba, un equipo pragmático, casi inexpugnable en la defensa y letal arriba. Pero luego en los últimos cinco capítulos el funcionamiento entró en cortocircuito, el rojinegro perdió consistencia atrás, fue previsible en el medio y adelante comenzó a carecer de efectividad. Por ello la productividad se partió justo por la mitad, como si fuera una luna con dos caras bien diferenciadas, una luminosa y la otra llena de sombras. Primero sumó 13 puntos sobre 15 en juego, pero luego atesoró apenas 3 unidades de 15 en disputa. Ahí la notable desigualdad.
La grieta notoria está a mitad de camino. Hay un vaso medio lleno y otro medio vacío. Será tarea del DT Javier Sanguinetti poder reencauzar el rumbo, reinventar el funcionamiento colectivo, rescatar los rendimientos individuales y, tal vez, meter variantes nominales. Y la primera oportunidad para intentar volver al carril rápido será el sábado en la visita al líder Atlético Tucumán.
La historia de Newell’s en la Liga Profesional comenzó en la excursión a Banfield, donde fue victoria leprosa por 2 a 1, con gritos de Juanchón García y Ramiro Sordo. Allí sufrió el único gol de los primeros cinco partidos, de Galoppo, de penal.
Luego llegó el empate 0 a 0 con San Lorenzo en el Coloso. A continuación, ganó en el Kempes 1 a 0 a Talleres, con grito de Ramiro Sordo de entrada. Y enseguida se dio el éxito 1 a 0 ante Argentinos, con el tanto de Willer Ditta.
Mientras que por la quinta fecha se consumó el 2 a 0 en la visita a Estudiantes de La Plata, con las conquistas de Ramiro Sordo y Juan Garro. Hasta ahí la foja de servicios fue impecable. Con apenas un gol en contra y 13 puntos ganados sobre 15 en disputa. Era líder en soledad de la liga.
Pero en las cinco fechas siguientes sobrevino el bache en los resultados y por sobre todas las cosas en el funcionamiento. La lepra igualó 2 a 2 con Patronato en casa, tras ir ganando 2 a 0, con tantos de Gustavo Velázquez y Sordo. Después jugó un pobre partido en el empate 1 a 1 ante Plantese en Vicente López, incluso favorecido por el gol en contra del arquero Marcos Ledesma. Esa noche sufrió la lesión muscular el guardameta rojinegro Ramiro Macagno.
Luego se dio el empate 0 a 0 ante el complicado Racing en el Coloso, meritorio por la categoría del rival. Después llegaron las primeras derrotas del torneo, que fueron en fila. El durísimo traspié en el clásico por la mínima diferencia en Arroyito. Y lo que fue la última derrota 2 a 1 ante Defensa y Justicia en el Parque, con el descuento de Juan Garro.
Más allá del empuje leproso y la generación de riesgo real ante el Halcón de Varela, el equipo rojinegro siempre lució muy apurado, errático y no fue inteligente en el manejo de la pelota.
En las últimas cinco fechas bajó la productividad de manera notable. Sólo tres puntos sobre 15 en juego para dejar la cima de las posiciones. Computando sólo este lapso una tabla ubicaría a los rojinegros en la posición 24, sobre 28 equipos.
En esta merma pronunciada hubo rendimientos individuales que retrocedieron y la línea de cinco implementada en algunos partidos fue de mayor a menor.
Por ello se impone recomponer el perfil de equipo muy aguerrido atrás y contundente arriba, que hizo de Newell’s un oponente temible para los rivales en el tramo inicial de la Liga Profesional.
Las dos caras de la campaña