Newell’s no lo supo ganar. Porque tuvo más coraje que juego y empujó más de lo que pensó. Es cierto que logró inclinar la cancha en varios pasajes, pero careció de puntería para ir más allá del empate 1 a 1 ante el disciplinado Unión. Al final hubo aplausos por la entrega leprosa, pero esta vez el castigo fue no haber aprovechado el momento favorable, cuando estaba en ventaja tras el gol de Jorge Recalde. Es que luego de esa conquista se durmió y se lo empató, sin querer queriendo, Kevin Zenón. Desde las chances mereció más y el punto tuvo gusto a poco, aunque sigue prendido en la zona B de la Copa de la Liga.
Como una partida de ajedrez, el equipo del Gringo Heinze chocó siempre con los peones que dispuso el planeo ordenado del Kily González. El rojinegro tuvo como mérito el empuje y la ambición, más que el juego atildado. Igual hizo méritos para ganarlo, pero no tuvo puntería y se durmió en la jugada del empate tatengue. A seguir remando.
Una etapa inicial muy trabada. Newell’s sin poder asociarse. Muchas imprecisiones. Salidas sucias en pases fáciles, en especial del lado leproso. Unión estaba ordenado y replegado para la contra, con Kevin Zenón amenazante por la izquierda.
#CopaDeLaLiga 2023 | Fecha 4 | resumen de Newell's - Unión
El rojinegro, que en ocasiones hace un culto de la paciencia, esta vez estaba apurado, atolondrado y saltando líneas con pases largos sin ningún destino. No había elaboración leprosa porque Ferreira estaba lejos de Recalde y no conectaba con los extremos Sordo y Aguirre.
Los arcos parecían de adorno. Pero antes de llegar a la media hora Newell’s se activó. Avisó con un remate a quemarropa de Brian Aguirre, un latigazo cruzado que exigió los reflejos del arquero tatengue Sebastián Moyano. Hasta ahí, la única neta de un equipo de Heinze con más energía que fineza en la creación.
La respuesta del tate fue tras una mala cobertura de Guillermo Ortiz, en la que Jerónimo Domina sacó un disparo seco al primer palo que tapó Hoyos. Pero Newell’s en el cierre de la etapa despertó, salió de la modorra y al menos acorraló al rival con más intensidad que juego.
Angelo Martino trepó y pateó desde afuera con una pelota que pedía ángulo y manoteó Moyano. Enseguida Velázquez se llevó el balón por delante y casi factura de cabeza a la salida de un córner.
En el cierre de la etapa fue todo rojinegro, siempre a partir de la intención de ir al frente y a pura enjundia, pero jamás logrando tejer un buen juego para progresar con claridad.
El complemento comenzó como un calco de la etapa inicial. Ordinario. Con la pelota mucho tiempo en el aire como un objeto volador no identificado. Pero antes de los diez minutos Newell’s hizo pie. Sforza y Gómez ganaron los rebotes en campo ajeno, Ferreira dio el presente y Unión se replegó.
Y llegó la explosión en el Coloso. Gran ejecución de un córner de la izquierda de Sordo y Jorge Recalde se elevó con los ojos abiertos para conectar de cabeza y vencer la estirada de Moyano. Gol y la sensación de que el acertijo estaba resuelto. Pero nada de eso ocurrió.
Apenas cinco minutos después Newell’s se durmió a la salida de un lateral y Kevin Zenón remató desde la puerta del área para colocar la pelota junto al palo izquierdo de Hoyos. Empate y sorpresa. Todo lo que costó la ventaja, se esfumó rápido como agua entre los dedos.
Ferreira tuvo un penal en movimiento de volea y en soledad elevó el tiro en una oportunidad inmejorable. La tarde venía torcida. Ya estaba adentro Mansilla, que le bajó la pelota al volante en esa jugada, para defender con tres y arriesgar más.
También entró el uruguayo Guillermo May por Sordo para quemar las naves. Otra vez el trámite se equilibró y la lepra sintió el impacto del empate rápido.
Méndez, de gran trabajo por el lateral, lanzó el centro y Gómez volvió a exigir a Moyano que ahogó el grito. No era la tarde.
Newell’s quiso, corrió mucho, generó peligro, le faltó claridad y no supo torcerle la muñeca a Unión.