No. No recuerdo hasta qué edad lo hice, pero arranqué de nueve. Me encantaba porque me iba bien. En los torneos barriales jugaba en esa posición y hacía muchos goles. Seguramente mi mamá (Silvana) debe tener guardada una medalla que gané por salir goleador. No me gustaba correr, ese era el tema. Cuando empecé a crecer y se empezó a jugar con "orsai" debía sacrificarme más. Y eso me costaba. En mi casa tengo a mi papá (José Luis) que me decía la verdad cruda y dolorosa. Me dijo que si jugaba así de nueve no iba a tener futuro. El fue arquero y quería que yo también lo fuera. Y me volqué al arco, más allá de que de vez en cuando lo hacía en determinados picados. Me gustaba. Lo hice de manera consecutiva y cuando vi que tenía chances no me moví más.
Es decir que gracias a tu viejo encontraste el puesto ideal.
Siempre fue crudo conmigo y discutía con mi mamá, que como toda madre es más protectora. Mi papá no tenía problemas en decirme las cosas con dureza. Tenía 10 años y lo que me decía lo tomaba bien más allá de enojos y llantos. Ahora tiene un valor gigante porque me abrió los ojos. Me dio muchos consejos. No quiero que se enoje mi vieja, pero mi papá tuvo protagonismo en mi vida deportiva. Ella me acompañó y estuvo siempre para alentarme, pero el que me llenó de consejos fue mi viejo. Me preparó de una manera muy inteligente en mi niñez. Por ejemplo, tiraba el bolso, dejaba los botines sin limpiar y él me decía que debía ordenar todo, dejar todo bien porque algún día partiría y nadie iba a recoger mis cosas. Y eso me sirvió porque a los 13 años me fui a vivir a la pensión de Newell's. No es fácil hacerlo en una donde hay muchos chicos y cada uno tiene una situación particular.
Más allá del presente que tenés o de haber llegado a primera existe un pasado de muchos sacrificios en una pensión. No todo debe haber sido fácil para un nene que llegó de un pueblo cargado de esperanzas.
No. Me tocó ver muchos chicos que quedaron en el camino. De mi categoría, la 95, llegamos a primera 3 o 4. ¡Sabés los chicos que hubo en el medio! Lo visible es lo que uno consigue y no lo que transitó. Tuve la suerte de llegar a ser profesional, pero pasé muchas cosas para ser jugador que el 98 por ciento de la gente que opina de mí no sabe. Por eso soy defensor de un futbolista. La gente lanza contra nosotros una crítica muy cruda y destructiva sólo basándose en una situación de juego o porque no rendiste. Por eso quiero hacer entender que también hicimos sacrificios y dejamos muchas cosas de lado.
¿Qué es lo más difícil que te tocó transitar?
Toda mi vida deportiva la hice en una pensión y la pasé de manera alegre. Sí tuve situaciones que me han hecho extrañar, llorar o causar dolor. En su gran mayoría viví ese tiempo con alegría y tratando de aprender. Me dolía llegar de mi casa y sentir el perfume que me dejaba en la ropa mi mamá. Eso me mataba. Las primeras veces que fui a visitarlos a Entre Ríos cuando desarmaba la valija el regreso era complicado. El desarraigo no me costó, pero había momentos en que me partía el alma. Después le fui dando valor a ciertas cosas. Cuando me tocó lesionarme ahí sí fue complicado. Tenía 20 años y vivía un lindo momento. No quiero quedar como vanidoso, pero se me fueron de encima las cosas positivas. En todos lados hablaban de mí y estaba en un momento lindo que sabía manejar. Y de repente todo eso, te aseguro, se cortó a cero. Fue complicado porque mi familia también sufrió mucho. Desde que estoy jugando ese fue el momento más difícil. Son experiencias que te preparan para la vida. Para el afuera parecen ser sólo casas, autos o éxito, es una carrera que tiene obstáculos a superar como todas. Algunos son más grandes y otros más chicos.
¿En algún momento, cuando estabas en la pensión, se te pasó por la cabeza dejar todo porque no aguantabas más?
No, nunca en mi cabeza rondó dejar el fútbol. O irme a mi casa. No sé si será una virtud que logré generar en mi niñez, pero siempre fui fuerte mentalmente. En eso tuvo que ver mi familia, los consejos de mi papá. En todo momento estuve enfocado en que quería ser jugador profesional y sentía que podía tener chances. La gente del club me lo hacía sentir y era una motivación extra. Si hubiese sido que no pasaba eso quizás podía estar más propenso a dejar.
Para los padres desprenderse de un chico para dejarlo ir a un lugar donde no conoce, llegar de un pueblo y teniendo en cuenta cosas que suceden o pasaron en distintas pensiones con el tema acoso y demás no debe haber sido sencillo. Todo lo contrario.
Por supuesto que ahora que todo trascendió es mucho más fuerte. Uno al ser chico no toma conciencia de ciertas cosas y de ahí el temor de los padres. Mis viejos siempre me pedían que avisara cuando llegaba o adónde iba. Uno no daba bola. Pero como decís es una preocupación porque saben lo que puede pasar en una ciudad grande. Esto se ha ido potenciando y la exposición es más grande que antes. La sociedad también ha aumentando el grado de hacer cosas indebidas, por eso hay más abusos, robo y violencia. Para los papás debe ser difícil dejar a un hijo viviendo "solo" o sin un familiar cerca y en un lugar grande como Rosario o Buenos Aires. Hoy me toca tener un hijo de un año y me imagino con preocupaciones si me toca dejarlo ir como les pasó a mis viejos.
¿Qué pensabas hacer si no llegabas a primera? ¿Tenías un plan B?
Es muy complicado eso porque desde que aprendí a caminar siempre estuve con la pelota. Así me crié. Cuando quedé en Newell's no tenía otra cosa en mente que jugar al fútbol y a los 15 años ya sentía que tenía una puerta abierta para ser profesional. Lo sentía. En el club tenía un lugar lindo y me hacían sentir importante. Me aferré a eso y dije que tenía que llegar. Me gustan las carreras universitarias como la historia o kinesiología, pero no me sentaría a estudiar. Sí me atrapa la historia argentina.
Siempre se dice que para un arquero es complejo tener una chance siendo joven, es como que demora un poco más. Pero eso a vos no te pasó.
Es un prejuicio que el arquero debe tener más de 24 o 25 años para estar en primera. Creo que ahora no es tanto así. Antes no había arqueros jóvenes, pero en la actualidad apareció una camada que desinstaló eso de que debe tener experiencia. Es difícil ganarse el corazón de los hinchas siendo joven porque ante la mínima pifia se atribuye el tema de la experiencia. Todos se pueden equivocar.
¿Te quedó alguna materia pendiente en Newell's? ¿Lamentás no haber estado más tiempo?
Sí, me quedó pendiente ser el arquero de Newell's. Tener ese título. Me habría encantado que la gente me reconozca como el arquero de Newell's. Jugué dieciséis partidos. Fueron momentos muy lindos y debutar en el club donde te formaste tiene un sabor diferente. Lo pude cumplir, pero me quedó pendiente que la gente me reconozca como el arquero de Newell's. Cuando vi que tenía chances de llegar a primera yo quería serlo por mucho tiempo y ganar muchas cosas. Me quedó una espina clavada que en algún momento me la sacaré, pero no depende de mí.
¿Te perjudicó mucho la lesión en el choque con Tevez porque quizás hoy seguirías en Ñuls?
Fue un golpe duro en mi carrera. Leí y escuché el término de que me "cagó la carrera". Es muy fuerte como para expresarlo tan crudamente. No sé si fue así. Sí digo que me la frenó porque está a la vista. Estuve dos años sin jugar al fútbol profesional, en reserva o yendo al banco de primera. Me parece que me la frenó y me retrasó, pero aprendí muchas cosas. Está en cada uno ver lo que quiere sacar de una situación mala. Con la ayuda de mi familia y profesionales tuve la capacidad de aprender cosas que hoy me sirven para desarrollarme dentro y fuera de la cancha. Obvio que no quería lesionarme, pero ya que vino tuve que aprovechar la situación de manera positiva.
¿Te quedó rencor?
No, para nada. Es una lesión que lamentablemente la padecí en una jugada dividida y me llevé la peor parte. No soy una persona rencorosa. Agradecí su muestra de preocupación al escribirme esa noche y después de la operación. Ya fue superada la situación.
¿Te lo cruzaste alguna otra vez?
No. El último partido que fuimos a la Bombonera y que ganamos 2 a 1 con Defensa no estuvo citado. No me lo crucé ni intercambiamos palabra. Yo me concentro y no miro a nadie y hasta me cuesta saludar a un contrario con el que compartí plantel o soy amigo.
Decías que te concentrás y te aislás de lo que sucede a tu alrededor. ¿Cómo hacés?
Sí. Me ha pasado que cuando jugué contra Vélez no saludé al Gringo Heinze. Y eso es un ritual. Me olvidé. No saludé a un tipo que me enseñó una cantidad de cosas porque compartí plantel. Después del partido fui al vestuario, nos saludamos, felicitamos y tuvimos una charla linda con él y Terremoto Cejas. Se me complica en ese sentido. Debo mejorar eso porque puede quedar como una falta de respeto o educación, cosa que no me gusta dar.
Llevás tan intensamente un partido que hasta una vez lloraste.
Fue con Belgrano. Era una situación límite y no es que reacciono así siempre. Me dolió porque veníamos de jugar en Colombia, un viaje larguísimo y clasificamos ante América de Cali. Habíamos conseguido la ventaja, mis compañeros estaban muertos y por un error mío me hacen un gol. Era la última jugada. Me dolió por el esfuerzo que hicieron y se nos escaparon puntos por mi culpa.
¿Cómo tomaste el hecho de tener que irte a Defensa?
Si bien dije que quería ser el arquero de Newell's también digo que quería tener continuidad. Y para eso debía jugar. La realidad es que no lo iba a hacer porque Pocrnjic estaba en un momento espectacular. Necesitaba sumar minutos. Cuando me informaron que querían comprar parte del pase el club pasaba por una situación crítica desde lo económico, los empleados no cobraban y eso los iba a beneficiar. Hoy sigue con problemas, pero se repuso de un momento complicado. Yo quería jugar y sentí que era una puerta para lo que necesitaba, resurgir en el fútbol profesional. La idea de juego de Defensa concuerda con lo que mamé en inferiores, un arquero libre que juegue con los pies. Por eso acepté con muchas ganas, pero también con dolor. Cuando fui a despedirme no quería dejar de pisar Bella Vista. Pero son decisiones para priorizar el futuro de uno. No me arrepiento porque me ayudó a crecer, más allá de que muchos pensaron que la apuesta no me había salido porque estuve un año en el banco. Cambiar de aire me hizo bien porque el contexto de Ñuls no nos favorecía mucho a los pibes. Estábamos mal económicamente, nos costaba a los más chicos.
Hoy con el Halcón pasan por un momento bárbaro y son protagonistas de la Superliga.
Sí, es así. Estoy en un club lindo, ordenado, tranquilo y que pregona una idea de juego que me gusta y favorece. Estoy muy cómodo.
¿Qué es lo que deseas a futuro o lo que anhelás? Obviamente que la selección seguramente debe estar dentro de tu pensamiento.
La selección está latente, me encantaría jugar en la mayor. Sería algo único y por lo que trabajo. Y jugar en las grandes ligas. Tengo un sueño particular de hacerlo en la Premier League. Me fascinan los equipos, las canchas, el ambiente. Es la liga que más me gusta, más allá de que hay otras que son increíbles. Como sueño sería jugar en la Premier. Tiene un nivel impresionante y hay unos arqueros impresionantes. Y la selección es algo personal. Hay que tener un poquito de suerte también. Voy a luchar y trabajar para lograrlo.