El dato habla por sí solo. Marco Ruben superó la barrera de los 100 goles con la camiseta de Rosario Central (anotó 101), algo que no sucedía hace más de un siglo. El último en alcanzar esa cifra había sido Ennis Hayes en 1919, en la era amateur, cuando los canallas participaban en la Liga Rosarina de Football. Cinco años atrás, en 1914, su hermano Harry se había convertido en el primer futbolista de la historia de Central en llegar a las tres cifras en cantidad de goles. Ahora lo hizo Marco con el doblete ante Lanús.
Ya no hay adjetivos para calificar al 9 de oro. Como dijo el Kily González “es el último ídolo de Central”. Primero, en la fecha 19, en la derrota ante Unión por 3 a 1 en Santa Fe, alcanzó los 94 goles de Mario Kempes. Luego, cuando Central fue a visitar a Colón en el capítulo 22 de este torneo, metió una tripleta en el triunfo por 4 a 1, superó al Matador y quedó a un gol de Waldino Aguirre (98) quien era el máximo goleador en el profesionalismo. Y en la fecha anterior, en la igualdad ante River 2-2, marcó los dos goles para superar al Torito Aguirre y llegar a los 99 gritos.
En la Fortaleza otra vez marcó por duplicado y con sus 101 goles, se transformó en el tercer socio que tiene el selecto club de los “Centenarios del gol” en Rosario Central. Los otros son Harry Hayes (217 goles) y Ennis Hayes (158).
Una vez más fue el romperedes de Central. En menos de noventa segundos empató un partido que Central estaba dos goles abajo hipotecando su sueño copero.
El primero fue luego de un pase de Emiliano Vecchio por encima de la defensa granate que definió con mucha jerarquía para descontar la ventaja de Lanús.
Un minuto después, desvió casi involuntariamente un zurdazo desde afuera del área de Francesco Lo Celso, que descolocó al arquero Lautaro Morales para sentenciar el 2 a 2 definitivo.
Aunque tuvo una más cuando el partido se moría cuando intentó una chilena que bien pudo ser el tercer gol de Central.
Vale destacar que Marco convirtió siete de los últimos ocho goles de Central . Llegó a los 15 gritos en el torneo, donde comparte el segundo lugar junto al Pepe Sand y está a dos goles de Julián Alvarez de River, quien con 17 es el máximo artillero del campeonato.
Tanlongo caminó por la cornisa
Mateo Tanlongo fue el volante central de los auriazules en la visita al granate, ya que estaba suspendido Emmanuel Ojeda (podrá reaparecer frente a Huracán), y en un partido frenético y cambiante en cuanto al dominio, en líneas generales hizo pie. En la etapa inicial no fue sencillo neutralizar al local y el mediocampo no logró marcar ni tener la pelota con criterio. En esos 45’, Tanlongo no tuvo la cobertura de los también juveniles Francesco Lo Celso y Gino Infantino en el repliegue. Pero en el complemento Tanlongo mejoró en las entregas y se pudo plantar en campo enemigo, lo que no había conseguido ni él ni sus compañeros en la etapa inicial. Aportó más presencia y las divididas con Lanús comenzaron a ser más repartidas. En un partido infartante, Tanlongo entró en el roce, recibió la amonestación (llegó a la quinta y será suspendido) y caminó por la cornisa de la roja. Por ello, Emiliano Vecchio le advirtió la situación al Kily, que enseguida mandó a llamar a Leandro Desábato, que saltó a la cancha a los 73 minutos. En consecuencia para la última fecha ante Huracán no estará disponible Tanlongo, pero podrá reaparecer Ojeda.