Señor Carlos Tevez, esto es Central. Se hace mención al Apache porque estuvo en cancha y vio in situ lo que fue este canalla que desparramó su mediocridad futbolística en Liniers, que volvió a poner la mejilla y que, como tantas otras veces, no lo perdonaron. Hay un ciclo que debe cambiar en lo inmediato y contra eso no hay nada que objetar. Es que Central hizo lo de casi siempre: jugó mal y perdió. Un 0-2 que pareció hasta un buen negocio por el pésimo partido jugado. Esto sí que fue más de lo mismo.
Si alguien pensó que el envión que traía Central por la victoria ante Godoy Cruz lo levantaría, se equivocó de cabo a rabo, porque la desidia futbolística fue evidente desde el mismo momento en que la pelota empezó a rodar. Un equipo vulnerable por las bandas, sin contención por el medio y cero generación de fútbol fue lo que ofreció el canalla en ese arranque más que dubitativo y que tuvo su castigo ya a los 5’, cuando entre Servio y Komar escribieron una obra maestra del terror en una salida y a Orellano no le quedó otra que empujarla.
Golpe demasiado fuerte para un Central que lejos de reaccionar entró en una crisis de personalidad absoluta. Es que sus debilidades se potenciaron y por eso entre Ortega y Janson hacían lo que querían por izquierda, y Orellano lo propio por el otro sector, mientras el Oso Pratto flotaba en zona de tres cuartos, manejando los hilos al mejor estilo Riquelme.
La sentencia pudo llegar rápidamente, pero Osorio no pudo conectar en el corazón del área chica tras el centro de Janson, y porque entre Servio primero y el palo después le ahogaron el grito de gol a Jara y Osorio.
Hasta ahí un adormecimiento tal en el que sólo hubo tiempo para responder con ese cabezazo de Veliz tras el centro de Blanco, que Hoyos contuvo bien en el primer palo. Pero lo dicho, Vélez hizo casi lo que quiso con Central en ese primer tiempo en el que el dominio nunca cesó. Y para fortuna del canalla Espinoza no se vio mano del todo clara de parte de Blanco cuando recurrió al VAR.
Hubo un rasgo saludable en la postura de Central tras la vuelta de los vestuarios, porque hubo una postura un poco más ambiciosa, lo que sirvió para ponerle en cierta forma un freno a Vélez. Eso sí, nunca llegó a ser del todo convincente y mucho menos productiva. Benítez intentó romper la monotonía con un centro fuerte al primer palo. Al menos el canalla manejaba un poco más y mejor la pelota.
Un error de Espinoza hizo ilusionar a todos en Central con ese penal que marcó sobre el Pupi Ferreyra, pero el VAR lo llamó y lo hizo reflexionar. Vuelta atrás en su decisión y cero chances para el canalla de marcar la igualdad.
Esa jugada le sacó algo del poquito ritmo que mostraba Central, pero si hacía falta algo más que la sentencia llegara fue ese córner de Orellano que devolvieron en el segundo palo y que Damián Fernández conectó en el corazón del área chica, ante el estatismo de los centrales y el arquero.
De ahí en más la catarata de cambios que Pirulo Rivarola mandó a la cancha no sirvieron de nada, porque no había mucho tiempo, pero sobre todo ideas. Y frente a la sentencia fue un agachar de cabeza aceptando lo malo que se había hecho y, por consiguiente, el castigo. un partido para el olvido.
Vélez vs Rosario Central 2-0 Resumen y Goles | Copa Liga Profesional 2022