Quienes dicen que a los cambios culturales hay que empujarlos de abajo hacia arriba tienen razón. Al menos eso pasó en el fútbol infantil, en el que las nenas que jugaban en equipos mixtos comenzaron a ganarse un lugar. Ellas y sus padres, en distintos puntos del país, pidieron que las dejen jugar en infantiles por más tiempo. Y lo lograron. La Asociación Rosarina de Fútbol (ARF) con buen olfato recogió el guante y se subió a la ola de reclamos de niñas y mujeres que pelean por derechos y contra la violencia en todo el mundo. Decidió que a partir de este 2019 todas las categorías infantiles podrán contar con niñas e incluso estar íntegramente conformadas por ellas. No sólo eso, el presidente de la ARF e integrante del Consejo Federal de la AFA, Mario Giammaría, le dijo a Ovación que el empuje femenino es "casi imparable", al punto que los 32 equipos de primera de mujeres que estimaban tener este año fueron superados: serán 36 (el año pasado fueron 20 y el anterior, 14)
"Además sacaré un despacho en la AFA, habrá que ver si se aprueba ya que siempre hay resistencia, que imite la decisión de la Conmebol y se les exija tener equipos femeninos a los que participan en competencias nacionales y federales del interior, tanto de fútbol como futsal", dijo el dirigente. Sí, las chicas llegaron para quedarse: un golazo.
La apertura hacia las chicas no sólo se dio en la liga local sino también en la Casildense. Luego que el "caso Candelaria", el de la nena de 9 años de Huracán de Chabás que se conoció en todo el país, se resolviera con la habilitación por tres años más para que siga pateando la redonda con sus compañeros en equipo mixto.
Además, la Casildense fijó cuatro categorías femeninas: infantiles, juveniles, reserva y primera. Ya hay dos clubes dispuestos a entrar a la cancha: Casilda Club y Alumni (integrado por las "alazanas" quienes participaron en la Liga Deportiva del Sur y la Cañadense). Ambos equipos darán el puntapié inicial para una liga propia que podrían integrar los 16 clubes de la Casildense.
En Rosario las restricciones de "género" se liberaron también con las más chiquitas de las categorías "mini" y "premini" (en esta temporada son las 2008 y 2009).
"Una iniciativa que es de vanguardia en nuestro país, y le permitirá a la cada vez más numerosa cantidad de niñas con ganas de practicar fútbol, participar de un torneo federado y de jerarquía como el de nuestra Liga", dijo Giammaría.
Si lo de Candelaria provocó un "tornado", lo que se está generando en las ligas podría leerse como las réplicas.
Candelaria Cabrera, "zapatuda" de Huracán de Chabás, tenía ocho años cuando se enteró que no iba a poder seguir jugando en el equipo que compartía con sus amiguitos, todos varones. Los directivos cumplían a rajatabla con una normativa de la Liga Casildense, pero su mamá Rosana Noriega reclamó el derecho de la hija por jugar.
Las escucharon hasta las chicas de las selección argentina. Entre ellas, la 8 de la albiceleste, Ruth "Chule" Bravo quien le envió una carta de puño y letra a Candelaria. El texto decía: "Van a querer decirte a dónde podés ir, qué te puede gustar y con quién podés jugar. Todas estuvimos en esa cancha. Te dicen que sos muy chica, muy débil, que sos una nena. Tratan de romper tu confianza, pero la verdad es que la mayoría te tiene miedo. No de lastimarte, tienen miedo de perder contra vos, te temen porque se ven a sí mismos y ven el pasado. Pero yo te veo a vos y veo el futuro. Yo jugué esos partidos y escuché ese mismo «no podés jugar» muchas veces. Pero te tengo una buena noticia: esto va a cambiar. Lo estamos cambiando, te lo prometo. Hoy me veo a mí misma y siento que estoy en un sueño".
Impulso
Ayer la mamá de Candelaria coincidía con que parte del sueño se logró. "Si todo sigue bien y con este impulso de las mujeres por el fútbol, creo que dentro de tres años mi hija no tendrá que dejar de jugar nunca, si así lo quiere: habrá divisiones para 12, 13 , sub 15, sub 17 y primera, ojalá se dé; habrá valido la pena todo lo que hicimos, para todas las chicas", le dijo a este diario.
El caso de la nena chabasense fue similar al de Lucía Almada, una nena de Paraná (Entre Ríos), de 11 años, zurda y número 7. Desde hacía 4 se desempeñaba y destacaba en las categorías infantiles del club Apren, que participa de la Liga Paranaense de Fútbol (LPF). Hasta había salido campeona con su equipo en 2017, pero luego le avisaron desde la Federación Entrerriana que por cuestiones reglamentarias, no iba a poder participar en un torneo interprovincial que se jugaría en La Paz.
La familia acudió al Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia (Inadi) argumentando discriminación en una provincia en la que no había posibilidades para que la nena jugase en equipos que no fueran mixtos hasta los 16 años. Finalmente la Federación la dejó jugar. Así, una vez más las chicas gambetearon las trabas y siguen en la cancha.