La esperanza es lo último que se pierde y aunque esa frase trivial puede claro asociarse a esta realidad de la selección argentina de sequía de títulos, justo cuando empieza un nuevo sueño, no debe en este caso tomarse a la ligera. Sería una falta de respeto para las víctimas de una pandemia que no dio tregua en el mundo y para todos aquellos que día a día, sin sacarle el hombro a su responsabilidad social, luchan sin cuartel para evitar más muertes y para devolver salud. No sería lógico hablar sólo de fútbol sin tomar en cuenta ese contexto. Porque es en él, en uno de los países cuyos gobernantes más minimizaron la enfermedad, donde Argentina empezará esta noche una nueva ilusión de conquista, colectiva y con Lionel Messi adentro. Todo lo que se diga entonces adquiere, más que nunca, carácter de relativo, como que en esta nueva oportunidad en la Copa América que inicia ante Chile tratará de romper con la normalidad de casi tres décadas sin vueltas olímpicas, justo en medio de una nueva normalidad que alteró la vida misma. Quizás sea el momento.
Por supuesto, la pandemia igualó a todos pero puede crear aún más desigualdades, como pasó con la selección de Venezuela antes del debut de anoche ante Brasil (ver página 3). Todo lo planificado puede alterarse si una burbuja, nunca ciento por ciento segura, se rompe. Por eso, como nunca esto será paso a paso. Además porque el debut de hoy ante Chile no determinará nada. Apenas empieza un grupo de 5 equipos, de los cuales 4 clasifican a cuartos de final, donde se supone que Bolivia tiene todas las de perder, aunque nunca se sabe y menos ahora. A nadie se le pasa por la cabeza que la selección de Lionel Scaloni no estará en las llaves decisivas, pero sí es importante terminar bien arriba para cruzarse con el peor del otro grupo.
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Scaloni dialoga con Messi. Paredes escuha, De Paul ríe y Otamendi está en otra.
Después de la frustración en Rusia 2018 y de la consolidación, inédita, del ciclo de Lionel Scaloni, lo cierto es que empezó una criteriosa renovación de muchos de aquellos que tantas veces se quedaron en el intento y aunque varios cargan en el lomo haber estado también cerca en la última Copa América de Brasil, el tercer puesto fue tomado como un buen espaldarazo hacia la nueva etapa.
Claro que, pasadas las sorpresas como la de Scaloni y el buen clima interno, cada vez se acerca más el tiempo de rendir cuentas. Más temprano que tarde volverá a suceder si no hay al fin un trofeo que mostrar, más allá del buen andar en las eliminatorias, de las buenas intenciones y el protagonismo que se busca.
En eso, el peso de la historia de 28 años empezará a tallar en las espaldas de este renovado plantel y que hasta ahora sólo cargan Messi, Di María, Agüero, Otamendi y pocos más. En el contexto más difícil e incierto, Argentina necesita certezas, alterar su normalidad. Claro que puede ser ahora.
Sorpresivamente, Lionel Messi apareció en la conferencia de prensa una vez arribado el plantel anoche a Brasilia. Y el mensaje del capitán fue claro: “Es el momento de dar el golpe”, dijo, asociado a: “Mi mayor sueño es ganar un título con la selección argentina”. Está claro que su hambre de gloria sigue intacto y no dejó dudas sobre el sueño que persigue. “Siempre voy a estar disponible para la selección y daré el máximo”, señaló como si llegara por primera vez.
"El momento de dar el golpe"
A punto de arrancar su sexta Copa América, apuntó: “Nunca imaginé tantos partidos en la selección” y “necesitamos una victoria importante. Es el momento de dar el golpe”. Y ese deseo lo apuntaló en el hecho de que “tenemos claro cuál es la idea de juego”, en lo que supuso un nuevo respaldo hacia el entrenador Lionel Scaloni y su comodidad en un plantel repleto de jóvenes figuras.