Ganarles a los mejores implica jugar a la perfección. Lo saben Los Pumas cada vez que enfrentan a los All Blacks. Lo saben todos, en realidad, porque hoy los neocelandeces no sólo son los bicampeones del mundo y dueños del Rugby Championship (ganaron cuatro de cinco ediciones), sino que encima atraviesan su mejor momento. Lograr esa victoria soñada suena a utopía, pero no lo es. Algún día llegará. Aunque ese día no era ayer porque lejos estuvo el equipo argentino de dar un golpe histórico. Fue 36-17 para los hombres de negro, por la quinta fecha de un torneo que ya los tiene como campeón.
Los Pumas tenían por delante el gran desafío de prolongar todo lo bueno que habían hecho en Hamilton en el partido anterior ante Nueva Zelanda, donde si bien cayeron 57-22 jugaron de igual a igual durante casi 60'. Mantener eso, ampliarlo, trasladarle la presión al rival con el juego en progreso, asfixiarlos en las formaciones fija eran parte de la cruzada. El mano a mano esta vez duró menos de 30' y ya con la resistencia quebrada mucho antes de lo pensado, todo quedó a pedir de los All Blacks, que definitivamente juegan en otra dimensión. Porque es cierto que estos Pumas vienen creciendo a pasos agigantados. Se nota. Pero todavía les falta un salto de calidad en la madurez. Estos Pumas, a veces, pecan de ingenuos.
Una seguidilla de errores quebraron el partido. Porque Nueva Zelanda ya estaba arriba (aunque apenas 3-0) y en un santiamén se puso 24-3. Y bueno, por si faltaba algo para demostrar quién era el dueño absoluto del juego, los All Blacks convirtieron un try de toda la cancha. Para los manuales de estilo. El descanso los encontró 29-3 y un inicio de segundo tiempo con ellos golpeando de entrada: 36-3. Así y todo Los Pumas fueron con eso que nunca escatiman: coraje y corazón y pudieron levantar el partido aunque sea desde las emociones, con un estadio de Vélez vibrante, con 31 mil personas. Facundo Isa descargó la bronca marcando un try penal y ahí Los Pumas se mantuvieron un rato largo en la pelea de 22 yardas, arrinconando a los All Blacks que cuando no la tienen defienden como locos. Aunque en ese como "loco" casi lo hayan decapitado a Sánchez.
Ganó Nueva Zelanda y Argentina reconvirtió su imagen en la segunda parte. Especialmente en el cierre, cuando Tuculet capturó el kick de Rete González Iglesias que además convirtió ese try para decorar el marcador. Argentina todavía está lejos de la heroica. Falta crecer. Aún más. Para los de enfrente no va menos que el aplauso. La pleitesía.
La autocrítica de Hourcade
El partido dejó nuevas enseñanzas. Daniel Hourcade fue autocrítico por el nivel de Los Pumas en los últimos minutos del primer tiempo ante los All Blacks y valoró el trabajo del equipo en el complemento. "Claramente tuvimos una desconcentración en el final del primer tiempo, nos marcaron tres tries y esa fue la diferencia del partido. Cuando tenés esos momentos de debilidad ellos lo aprovechan y te marcan la diferencia. Es lo que los distingue y los hace ser los mejores. Después, en el segundo tiempo, nos olvidamos del resultado y salimos a jugar", destacó el tucumano.
En el horizonte de Los Pumas asoman ahora los Wallabies. "Ahora vamos a tratar de salir a ganarle a Australia. Es un torneo que ha dejado cosas buenas y otras por mejorar y queremos cerrarlo de la mejor manera", concluyó el head coach del seleccionado argentino.
El oficio de los Springboks los llevó de nuevo al triunfo
Con más ganas que rugby, los Springboks se reencontraron con la victoria al superar a Australia 18-10 en el Loftus Versfeld de Pretoria.
Con la urgencia sobre sus espaldas y una propuesta ofensiva basada en la intensidad y el ritmo colectivo, Sudáfrica salió a enderezar su presente luego de sufrir tres derrotas al hilo. Y lo logró, y con esa victoria pasó al segundo lugar en la tabla de posiciones.
Si bien le costó conseguir ese objetivo, la tenacidad para desafiar los contratiempos que atravesó durante el desarrollo le terminó dando un merecido premio.
Fue un partido claramente favorable a los Wallabies, pero los Boks lograron imponerse por la efectividad de Morne Steyn, autor de cuatro penales y dos drops y la figura del partido de ayer. Australia, que sumó a través de un try de Scott Sio más un penal y una conversión de Bernard Foley, pagó caro su impotencia ofensiva.