Juan Cruz Vega tuvo su tarde soñada el viernes último en el Olaeta. De sus pies nació el gran triunfo sobre Newell’s por 3-1, que le permitió a Argentino pasar a los cuartos de final de la Copa Santa Fe. Fueron dos golazos de tiro libre y una asistencia, para que el puntaje de Ovación fuera de 10. Pero detrás del volante ofensivo de 25 años hay una historia. La de un joven que intentó hacer carrera precisamente en el Parque, quedó libre, pasó por varios clubes de la región y ahora que todos los días se toma un micro desde Villa Constitución para vestir la de Argentino, venía tan mal que hasta había pensado en colgar los botines. Por eso, “todavía no caigo de todo lo que hice. Recién cuando subí al colectivo para llegar a la práctica, comencé a tomar conciencia”, le confió a Ovación en la mañana del día después.
“La felicidad solo la pude disfrutar un rato con mis seres queridos,”, apuntó. “A la 5.30 ya me estaba tomando el colectivo en Villa Constitución para estar con mis compañeros en el entrenamiento y preparar el partido del martes con Ballester”, sostuvo Vega, quien fue recibido con aplausos por todo el plantel salaíto en la práctica sabatina de ayer.
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Con la Capital. Vega, luego de su gran actuación, en la tribuna del Olaeta.
Sebastián Suárez Meccia
En el medio de tanta alegría por la gran tarde ante la lepra, Vega también contó la otra cara que viene atravesando en lo personal. En medio de tanta felicidad por su brillante actuación, “en un momento se me cruzó por la cabeza de decirle basta al fútbol por diferente cuestiones personales. No quería renegar más, no quería saber más nada y estaba ciego. Ahí apareció el gran apoyo de mi novia Candela. Ella fue quien me dio la fuerza para seguir adelante, me aferré a su ayuda. Hago mucho sacrificio para seguir en el fútbol. Viajo todos los días desde Villa Constitución para entrenar. También tengo el apoyo de mis familiares y mi hija Helena que tiene 4 años. La pasé muy mal y trato de salir de esta situación. Hace una semana tuve un ataque de pánico, no quería saber nada de nada pero gracias a Dios y la ayuda de todos pude salir adelante”.
“La pasé mal y el fútbol me dio otra chance. Ahora quiero dedicarme a entrenar y dejar todo por Argentino. Quiero salir campeón con el salaíto, fue el objetivo que me tracé desde que llegué al club”, enfatizó La Joya, como lo apodan sus compañeros.
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Caballero de fina estampa. La pose del 10 de Argentino, todo calidad.
Silvina Salinas
La historia de vida de Juan Cruz Vega es parecida a la de muchos jugadores del interior y el ascenso que sueñan llegar a primera y vivir del fútbol. “Comencé a los seis años a pegarle a la redonda en el fútbol infantil. Después hice inferiores y llegué a jugar en Newell’s por dos temporadas. Y a los 18 años por diferentes motivos me dejaron libre. En ese momento me amargué mucho y decidí probar suerte en clubes de la región. Por suerte me fue bien y conocí a mucha gente como Diego Acoglanis. A principio de año el Tata me tentó para jugar en Argentino y no dudé. Hice el debut ante Sportivo Barracas, en la cancha de Morón”, recordó el 10 albo.
En su corta estadía en el equipo de barrio Sarmiento, Vega con sus actuaciones y goles se ganó el cariño de todos los hinchas salaítos. “Este club es muy especial, desde que llegué me trataron muy bien, no tengo palabras para agradecer los afectos que me brindan día a día. Mirá cómo será de especial que cuando se me rompieron los botines después de hacer dos goles ante Unión de Totoras, varios dirigentes hicieron una vaquita, juntaron plata y me regalaron un par nuevo. Lo pude estrenar justo ante Newell’s y metí los dos goles de tiro libre”, describió feliz.
Con respecto al partido ante Newell’s, Vega fue directo al grano. “Fue muy duro y lindo a su vez para jugarlo. Teníamos una gran oportunidad de regalarle un triunfo a nuestra hinchada ante un rival difícil. Comenzamos dormidos y de entrada se pusieron al frente. Pero con fútbol y actitud pudimos darlo vuelta. Por suerte se me abrió el arco”.
Y abundó el relato: “El segundo gol fue más espectacular porque le pegué desde casi 40 metros, con tres dedos y la pelota ingresó entre el palo y travesaño. Jamás había marcado un gol así. Y ahora ya anoté seis en Argentino”, afirmó Vega.
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El reconocimiento. No hubo compañero que no lo felicitara.
Silvina Salinas
En cuanto a su futuro, el hábil mediocampista cambió el chip, disipó los nubarrones internos y apuesta a la pelota. “Quiero vivir del fútbol y todavía no tengo techo. Hoy me debo a Argentino y quiero llegar muy lejos. Se vienen nueve partidos en la D y todas serán finales. El plantel tiene un objetivo claro que es ganar el torneo para clasificar a la Copa Argentina 2024. Y a su vez, la institución apunta llegar muy lejos en la Copa Santa Fe y en la próxima fase enfrentaremos a Sportivo Las Parejas en nuestra cancha. Después veré lo que hago, mi idea es quedarme en Argentino, quiero vivir del fútbol y aprovechar el momento que estoy atravesando por el bien de toda mi familia”, cerró Juan Cruz Vega.
De casi dejar todo a estar en boca de todos, Vega reconstruye su historia en el fútbol, se levantó y quiere más. Los salaítos lo disfrutan al máximo.