La pelota voló directo desde la esquina izquierda hacia el interior del arco, ingresando sobre el primer palo. Cesáreo Onzari nunca más la metería así. Hace exactamente 100 años, un 2 de octubre, nacía el gol olímpico, reglamentado dos meses antes por la Fifa. El lanzamiento del atacante de Huracán fue el tanto de la apertura del amistoso que la selección argentina le ganó por 2 a 1 a Uruguay, reciente campeón olímpico en los Juegos de París 1924. Un partido que se jugó en la desaparecida cancha de Sportivo Barracas y del que formaron parte cuatro futbolistas de clubes rosarinos.
El partido que pasó a la historia, y que debió jugarse el 28 de septiembre, suspendido a los pocos minutos por la gran cantidad de público que invadió el campo de juego, tuvo del lado de la selección argentina a Gabino Sosa, ídolo de Central Córdoba, los hermanos santafesinos Adolfo y Ernesto Celli, históricos futbolistas de Newell’s, y Florindo Bearzotti, entonces en Belgrano y que luego jugaría para la Lepra.
Adolfo Celli, el famoso Alemán, sería víctima de un duro golpe, en un partido jugado con rudeza, que lo obligaría a dejar el fútbol.
La palabra olímpico le dio origen a varias denominaciones relacionadas con el fútbol, por el simple hecho que tuvo de protagonista al seleccionado uruguayo, que el 9 de junio de 1924 obtuvo la medalla dorada en los Juegos de París, superando a Suiza por 3 a 0 en la final.
El amistoso del gol olímpico
Argentina enfrentó en un amistoso al reciente campeón olímpico el 21 de septiembre en el Gran Parque Central, del club Nacional. Ese día fueron titulares Gabino Sosa, Adolfo Celli y Bearzotti. Terminó 1 a 1. La revancha se pautó para el 28 de septiembre en la cancha de Sportivo Barracas, donde la selección argentina jugó durante la década del 20 sus amistosos internacionales. Apenas comenzó a jugarse se suspendió por invasión de público. Dicen que se vendieron más entradas de la capacidad de 30 mil espectadores.
El encuentro se reprogramó para el 2 de octubre. Para una mayor seguridad, a la cancha se le colocó un alambrado perimetral para separar al público del campo de juego. Los hinchas argentinos consideraban que era para cuidar la seguridad de la selección uruguaya y lo denominó despectivamente alambrado olímpico. Pegados al alambrado, observaron la vuelta que dieron los futbolistas uruguayos saludando al público, en honor a la medalla de oro conseguida en París. Repitieron el ritual que inauguraron meses antes en los Juegos Olímpicos. Pero fue a partir de ese partido jugado en Buenos Aires que los cronistas la calificaron de “vuelta de los olímpicos”, denominación que luego se redujo a “vuelta olímpica”. A los 12’ del amistoso, Argentina tuvo un tiro de esquina. Onzari, wing izquierdo (extremo), lo pateó con la pierna derecha. Manuel Seoane, la Chancha, se puso adelante del arquero Andrés Mazzali, que no pudo detener el balón. Los uruguayos reclamaron falta sobre su arquero. Pero la gran duda fue si el gol era válido.
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Un partido histórico que tuvo a cuatro futbolistas de clubes rosarinos y se convirtió en leyenda.
El reglamento
Es que no eran muchos los que conocían que, apenas unos meses antes, la International Board, responsable de los cambios reglamentarios del fútbol, aprobó que era válido el gol de un tiro enviado directamente desde un tiro de esquina.
El árbitro Ricardo Vallarino, que era uruguayo, estaba al tanto del cambio reglamentario y no dudó. Convalidó el tanto.
La prensa lo describió como “el gol a los olímpicos”. Con el paso del tiempo se abrevió a “gol olímpico”, tal cual se lo conoce hoy.
A la media hora, Pedro Cea anotaría el 1 a 1, haciendo honor a su apodo de Empatador Olímpico, mote que se ganó por ser el responsable de goles que le sirvieron a su seleccionado para empates transitorios en los Juegos Olímpicos.
A los 35’, el insider izquierdo (interno) uruguayo fue a disputar con todo una pelota y le ocasionó al Alemán Celli, back derecho (zaguero) de la selección argentina, una fractura expuesta de tibia y peroné. Las crónicas de la época dicen que Bearzotti y Onzari se desvanecieron ante la gravedad de la lesión.
El partido estuvo detenido varios minutos. El público, muy enojado, quiso ingresar al campo de juego. El futbolista de Newell’s fue derivado a un hospital, quedó internado durante un mes y debió dejar el fútbol. Jamás responsabilizó al jugador infractor.
Si bien no existían todavía los cambios, los uruguayos aceptaron que el Alemán Celli fuese reemplazado por Ludovico Bidoglio.
El rosarino Gabino Sosa, el Payador de la Redonda
La selección argentina, con el centroforward (centrodelantero) rosarino Gabino Sosa, el Payador de la Redonda, el también rosarino Bearzotti y el insider derecho Ernesto Celli, no bajó los brazos pese a semejante golpe anímico y fue en busca de la victoria. La consiguió a los 53’, con el gol del wing derecho Domingo Tarasconi.
Argentina se llevó la victoria, pero lo más trascendente fue que uno de sus futbolistas anotó el primer gol olímpico de la historia. Y estuvieron cuatro jugadores de clubes rosarinos.