El papel de figura. Lo cumplió Sebastián Sosa y parece que estaba escrito justo para él. O mejor dicho, él lo escribió para ser el muchacho de la película rodada en terreno santafesino para disfrute de los rosarinos auriazules. Un protagonismo que se ganó en una definición por penales que llevó a Central a los 8º de final de la Copa Argentina, pero a la que llegó también gracias al arquero, que a menos de diez minutos del final atoró al rafaelino Luna para sostener el resultado empatado en dos y posibilitar esta chance de definición que mantiene viva la ilusión canalla de protagonismo en una competencia que lo viene teniendo siempre en primer plano.
Estaba en los papeles que Sosa fuera figura. Ojo, sólo en esos que fueron preparados para en caso de definición como hubo anoche. No porque Central necesitara de su arquero para su juego al que tenía acostumbrado hasta hace poco. Pero esta vez lo necesitó. Y vale. Claro que vale, porque en esta competencia en caso de igualdad se define por penales y hay que prestarles atención. Si hasta algunos dicen que sin ganar en los 90' se puede ser campeón. Claro, es difícil.
Pero todo ayuda. Todo influye. Obvio, por más que lo tuviera escrito eso no garantiza nada. Porque quizás el uno no llegaba a contener los remates desde los doce pasos. Basta con ver el primero de la serie, cuando el papel decía "tirarse a la izquierda" y ahí fue Sosa, pero no llegó a contener el remate de Borgnino. Y la serie se ponía 1-1, después que Musto metiera el suyo.
Tras el 2-1 de Herrera, el uruguayo miró el papelito que le había dado a sostener al pibito Genaro, de la 8ª división tatengue, que le ofició de ayudante, y decía: "Morales, el 10, lo patea a la derecha". Y hacia allá fue, quedándose con la pelota pésimamente pateada, sin fuerza.
Listo, casi seguro la metería Lo Celso... pero no, el otro arquero (Hoyos, justo un e Newell's, también acertó). Y otra vez a confiar en el papel. En el que decía que Abero lo pateaba igual, a la derecha, y que si Sebastián se esforzaba se quedaba con la capa de héroe. Así fue.
Y finalmente después que la ejecución de Burgos entrara casi pidiendo permiso a las manos de Hoyos para el 3-1, quedó que Sosa acompañara en la acción y con la vista a esa pelota que había ido a buscar otra vez al palo izquierdo y que se fue solita afuera.
¡A festejar! A quién le importa en ese momento cómo fue la victoria. Era para disfrutar y listo. Claro, al protagonista le faltaba dar las notas y decir que "a veces cuando te toca una definición por penales y no agarrás ninguno te sentís mal. Por suerte esta vez se me dio que pude contener dos remates y pudimos pasar de ronda. La Copa Argentina se pone cada vez más linda cuando vas pasando las instancias". Así explicó su papel de figura. No un simple papelito que escribió junto al entrenador de arqueros canalla Osvaldo Peranzoni y que le alcanzó el pibito Genaro, que orgulloso y "contento de poder ayudar" se llevó de premio la remera de Sebastián.
Un papel en el que Sosa se metió de lleno, luego de que él mismo posibilitara llegar a esas imágenes ganadoras, porque si no impedía el desequilibrio a los 83' de Luna, a Central se le hubiera venido la noche.