Viernes 31 de Julio de 2020
Oikawa Tooru reventó el mercado de pases del vóley argentino de la temporada 2020/2021. Mejor dicho: reventó al vóley argentino, para bien y lo puso en primer plano en el medio de la pandemia por el Covid-19 que tiene a la competencia paralizada. Y lo hizo furor mundial. Sí, un personaje de manga japonés. Oikawa Tooru vino a jugar a UPCN San Juan, se nacionalizó argentino y compitió con la albiceleste en los Juegos Olímpicos de Tokio, justamente. ¿Ficción? Sí, absoluta, pero cruzada con una realidad y un guiño de ojos que el club sanjuanino no esperaba, pero tampoco dejó pasar, como Sonder, la marca rosarina que viste a UPCN, a la selección y ahora a Oikawa. Sebastián Brajkovic y Sebastián Solé, los dos bien de acá, también tienen sus roles estelares en estas historias que entrecruzan universos.
El estallido empezó hace algunos días, cuando concluyó la historia del manga Haikyuu!!, uno de las más populares del mundo, con un hecho muy particular. Oikawa Tooru, uno de sus personajes, excepcional armador de vóley decide dejar Japón para continuar con su carrera en el Club Atlético UPCN San Juan Vóley (se utilizan nombres ficticios), que básicamente es UPCN San Juan, el equipo más ganador de la Liga Argentina. Como alguna vez Oliver Atom revolucionó el mundo de los Supercampeones yendo a jugar al fútbol a Brasil (a San Pablo, con otro nombre, claro), Oikawa, inspirado supuestamente en la figura de José Blanco, eligió argentina.
fanart-a27726="" html="" class="agrupador" rel="27726" />fanart, hecho por una chica de Buenos Aires, UPCN le dio la bienvenida." id="2426512-Libre-1189242745_embed" />El destino del personaje, que se conoce en el capítulo 372, volvió locos a los fanáticos, que empezaron una movida inusitada en redes. De hecho, las cuentas de UPCN y Sonder empezaron a moverse y a crecer sin que en un primer momento ningún encargado de comunicación entendiese nada. Hasta que comprendieron y se sumaron a los pedidos: “se coparon”, como solicitaban. Y las dos crecieron a un ritmo atroz. Ese “coparse” incluyó que el club presentase a Oikawa con su camiseta (en realidad un diseño fanart de una chica de San Isidro), dándole una bienvenida “oficial” y de que Sonder diseñase esa casaca N° 13 con la que va a jugar. Fue solamente una, que se puso en juego con un sorteo, pero desde cualquier parte del mundo llegaron mensajes para poder comprarla, pese a que sólo fue un hecho simbólico. El personaje tiene una autora, esa autora derechos y hay cuestiones que rozan lo legal. Hasta ayer, la cuenta de Twitter de UPCN, por citar a la más usada, tenía 78 mil seguidores, con un crecimiento ráfaga en estas semanas. Para tener aún más dimensión, desde que empezó este tema, el club cuenta aproximadamente con 3 millones de interacciones. Solamente el tuit del sorteo de la camiseta, en el usuario de UPCN, superó las 20 mil interacciones. Todo un fenómeno.
Oikawa no es un personaje protagónico en la serie (sí lo es Hinata Shoyo), pero es el capitán y mejor armador del equipo de la escuela Aoba Johsai, oponente de Shoyo. No tiene un talento natural superlativo, pero sí una conciencia de trabajo que lo lleva a igualarse con los mejores, y más aún, a poder ir detrás de sus objetivos personales, como jugar por fuera de Japón. Es un gran sacador y hasta a los mejores líberos les cuesta leer esos potentes servicios. Como parte del guiño a Oikawa, Sebastián Brajkovic, el armador “humano” de UPCN le dio la bienvenida con un video y auguró una dura competencia por el puesto. Pucho, de perfil bajo pero un sabio en lo suyo, se “prendió” en la movida, como el entrenador Fabián Armoa y el punta-receptor Facundo Toro. Además, otro hecho que dejó “locos” a los fans pero de Argentina fue que en el final del manga Oikawa se pusiera la albiceleste (nacionalizado), y hasta se lo viera en una escena con un jugador que sería Sebastián Solé, el central rosarino de la selección. Por último, el sitio especializado Somos Vóley hizo un fotomontaje del equipo argentino en el que aparece Oikawa con la camiseta 12+1, porque la 13 la utiliza el formoseño Ezequiel Palacios.
El ingenio vale para todo.
