Jaminton Campaz apareció en este 2025 hecho un verdadero demonio y nada mejor que refrendar este excelente arranque de año con un gol en el clásico. Con una yapa: es el primero que hace de cabeza desde su llegada a Arroyito.
Es el primer gol que convierte por esa vía el colombiano, quien con el grito que pegó en el Coloso se convirtió en el goleador del equipo en el torneo
Celina Mutti Lovera / La Capital
Jaminton Campaz se anticipa a Ever Banega y marca el segundo tanto canalla en el clásico rosarino.
Jaminton Campaz apareció en este 2025 hecho un verdadero demonio y nada mejor que refrendar este excelente arranque de año con un gol en el clásico. Con una yapa: es el primero que hace de cabeza desde su llegada a Arroyito.
No fue un gran partido del colombiano, pero su aporte resultó fundamental. Todo por una acción en particular, que fue el segundo gol canalla. Es que ese martillazo, que hizo estéril el vuelo de Keylor Navas, puso a Newell's prácticamente de rodillas.
Hace poco más de dos años que Campaz está en Central y logró lo máximo, que es salir campeón, pero tenía una cuenta pendiente en los clásicos, que era hacer algo de lo que tiene acostumbrados a los hinchas. Finalmente se le dio. Fue por ese soberbio cabezazo que metió a los 18' del complemento que dejó atónitos a los simpatizantes locales.
Ese gol le sirvió, entre otras cosas, para convertirse en el goleador del equipo, con cuatro gritos. Ya le había anotado a Godoy Cruz, Lanús y Atlético Tucumán. Pero claro, este tiene un sabor especial porque fue nada menos que en un clásico. Y, lo dicho, el jugador con un excelentísimo manejo y al que todo le resulta demasiado sencillo con los pies, anotó de cabeza.
Encima fue de arremetida luego de que Carlos Quintana metiera la pelota al corazón del área tras el tiro libre de Ignacio Malcorra. Fue el gol que le sirvió al Canalla para ganar en tranquilidad y jugar el partido ya de otra manera, mucho más aliviada.
Se esperaba que Campaz marcara la diferencia en un clásico porque hasta aquí nunca lo había podido hacer. Incluso el partido del tumaqueño no fue del todo lucido. Empujó como el resto de sus compañeros, pero le faltó ese desequilibrio característico que se le conoce. Es más, en una contra que pudo ser letal, en el primer tiempo, falló en la asistencia a Enzo Copetti.
Pero lo dicho, en el complemento el chiquito se hizo gigante, se anticipó a la marca (de Ever Banega) y le metió tanta fuerza a su cabezazo que el arquero Keylor Navas poco pudo hacer. El Campaz que los hinchas de Central siempre quieren ver está en un 2025 de ensueño y todo lo bueno que venía haciendo lo refrendó en un partido de aquellos: el clásico.