Esta es la nota del fútbol que no se juega ni en la vereda ni en el campito ni en una cancha. Pero que se nutre de todos esos lugares, de sus colores, sus olores y su gente. Un fútbol "jugado" por el gran artista plástico rosarino Antonio Berni, el más cotizado del país. Ovación intentará dar cuenta de todo esto a través del relato sobre el artista, dos de sus obras y las épocas en que se crearon, por parte del historiador de arte de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Guillermo Fantoni. Uno de los investigadores más importantes de la ciudad, premio Konex 2016 (a la estética, teoría e historia del arte) y autor de entre otros libros de "Berni entre el surrealismo y Siqueiros". Fútbol pintado.
Uno de los cuadros data de 1937 y el otro de 1954, pero no sólo el tiempo los diferencia. Al decir de Fantoni, "si bien ambos tienen al fútbol como parte de una existencia ligada a la vida popular, uno está pintado con características del realismo aleman de entre guerras: sumamente detallado, casi fotográfico, con elementos que fugan al misterio y al extrañamiento. A los chicos, pobres de algún arrabal, algún pueblo o los márgenes de alguna urbe que se disuelve, se los ve pétreos, escultóricos, con mirada perdida y melancólica, típica del que piensa en medio de la crisis un mundo mejor. Y hay elementos geométricos, como el barrilete o el recipiente cónico de la pizza canchera, a la manera de Giorgio De Chirico (pintor italiano de fines de 1800), también hay frutas y una arcada con un paisaje de campo desolado con casas dispersas y un cielo lleno de nubes, tres aspectos del concepto de gran composición que trabaja Berni: figura, naturaleza muerta y paisaje, juntos".
La obra lleva el nombre de un club del oeste de Buenos Aires, en Mataderos, y como muchas otras del artista rosarino tiene un valor "incalculable", según Fantoni quien aclara que es patrimonio del Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma).
Pero además, tanto un cuadro como otro resaltan "el sentido de hermandad, solidaridad y comunidad" en medio de la adversidad. "De algún modo remite a un tema iconográfico como el mito clásico de Orestes y Pílades que evoca al amor fraterno entre sus amplias significaciones y que tiene un antecedente en la obra titulada Piccoli Calciatori (Pequeños Jugadores) un cuadro pintado en 1929 por Carlo Socrate, artista italiano que vivió y estudió inicialmente en Rosario. Abrazos con sentido social que también se ven en las obras de Lino Enea Spilimbergo, Juan Grela y Aldo Magnani".
El segundo cuadro de Berni, pintado 17 años más tarde y con las miradas de frente, está inmerso en "un realismo más estilizado, con un trasfondo claramente urbano, como lo reafirma el entorno arquitectónico y la calle empedrada, las cúpulas de una iglesia de algún barrio", detalla Fantoni. Dice que este ejemplar es más cercano a las vanguardias: las nuevas modas de principio de siglo XX que liberaban los cuerpos en la danza frenética del charleston o en el fútbol, el rugby, el golf y el tenis, donde también aparecía la figura femenina. Y agrega, el investigador, que estos ejemplos de representación influidos por el cubismo y el futurismo están también en las obras del escultor Pablo Curatella Manes y en el pintor Julio Vanzo.
Este Berni, perteneciente a una colección particular, tiene hasta un personaje con mameluco, un signo quizá fabril, más un niñito con babero _una especie de mascota del equipo_ y también u incluye a un chiquito que desde abajo, a la derecha, mira embelesado a los más grandes. El personaje se repite en el primer cuadro, aunque allí está a la izquierda, tapado por el barrilete. "Es que muchas veces Berni usaba la misma fuente, o se basaba en fotos y hasta se pintaba él mismo", explica el historiador.
Dos Berni futboleros expresan que en otras épocas "podía verse luz en plena tormenta social". ¿Se podrá ver luz ahora? ¿Quién podrá pintar el partido?
El artista rosarino
Antonio Berni, el pintor, grabador y muralista más cotizado del país, nació en Rosario el 14 de mayo de 1905 y murió el 13 de octubre de 1981. Hijo de inmigrantes, tuvo una infancia ligada al juego y al fútbol en sectores populares que retrató, entre otros personajes, con Juanito Laguna y Ramona Montiel. Se lo señala como "sabalero", hincha de Colón de Santa Fe.