Los más de 10 mil hinchas de Central que coparon Córdoba liberaron tensiones tras la conversión de Gil y el paso a una nueva final
Los más de 10 mil hinchas de Central que coparon Córdoba liberaron tensiones tras la conversión de Gil y el paso a una nueva final
"Carnaval, carnaval, el carnaval es el pueblo y el pueblo es hincha de Central", el himno canalla tras la clasificación a una nueva final, en el festejo mimetizado con los jugadores que saltaban en el campo de juego. "Ponga huevo y corazón, que esta hinchada se merece ser campeón", el otro griterío desde la popular auriazul con 10 mil hinchas enloquecidos tras el sufrimiento por los tiros desde los doce pasos. Esta vez vale el resultado conseguido más allá de todo. Y en el estadio Kempes, justo en este estadio, Central pintó de azul y amarillo la semifinal de la Copa Argentina.
La fiesta canalla empezó temprano. Al mediodía en el estadio Mario Alberto Kempes ya se escuchaban los primeros cantitos y se pintaba la escena con el colorido rosarino. Una hora antes del inicio la zona alta de las populares en la que daba sombra el techo estaba en un 70 por ciento ocupada por hinchas de Central (enfrente un diez por ciento de Temperley) y cuando el plantel que comanda Bauza ingresó al campo de juego para el calentamiento previo atronaron aplausos y ovaciones.
Siguió el griterío constante desde la popular. No importaba el juego del equipo. Tampoco que el cero no se rompiera. Sí empezó el "carnaval, carnaval" con el grito de gol de Zampedri. Continuó todo igual aunque desde la cancha no aparecía el contagio.
Obvio, todo fue preocupación con el empate agónico que dio paso a que los tres mil hinchas celestes festejaran en la otra tribuna. Pero otra vez Central estaba predestinado a ganar. Y en la definición de los penales. Desde el primero convertido por Ortigoza al primero que el arquero de Temperley tiró bien lejos.
Y fue fiesta canalla con el último del Colorado Gil, para desatar el carnaval con el que los hinchas de Central seguramente festejaron en caravana hasta Rosario. Con el sueño de que esta vez sí la fiesta sea completa.