El tiempo del conocimiento del plantel ya pasó y en Central la obligación a esta altura del ciclo de Leandro Somoza pasa por otro lado. Ya no conformará el acomodamiento forzado de una estantería en la que las mercaderías estaban desacomodadas y vivían cayéndose. Después de un par de largos meses al frente del grupo y, sobre todo, con una pretemporada encima este Central de Somoza debiera estar en condiciones de mostrar algunas cosas diferentes. Sabe el entrenador mejor que nadie que el potencial con el que cuenta es inferior al que tenía en el torneo pasado, pero fue una decisión propia que tomó y un riesgo que eligió correr, por eso no habrá excusas, ni para él ni para el grupo, pero sobre todo para el DT. ¿Qué cosas distintas debería mostrar el equipo en el inicio de este nuevo torneo? No demasiadas, pero sí algunas elementales. El desempeño físico y el estilo de juego estarán por encima de cualquier otro punto que se intente analizar.
Si hubo algo que se le cuestionó al Kily González fue la preparación física, donde para muchos el equipo se veía superado en ese aspecto en la mayoría de los partidos. Justamente uno de los puntos determinantes del arribo de Somoza tuvo que ver con la presencia dentro del cuerpo técnico del profe Lanatta, que ya había trabajando en Central con el Chacho Coudet. Lo cierto es que después de la pretemporada el equipo indefectiblemente debería haber crecido en ese terreno.
Es cierto, fue muy corto el receso y el trabajo fuerte de apenas un par de semanas, pero parece tiempo suficiente como para, al menos, notar algún tipo de mejoría. Si aquello era muy malo, ahora con poco debiera alcanzar para mostrar algo distinto.
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Somoza lleva ocho partidos dirigiendo a Central, con resultados no del todo buenos.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
En Central están convencidos que eso sucederá, sobre todo porque ya después de los primeros partidos de Somoza advertían un crecimiento. “Al equipo ya no lo superan tanto desde lo físico”, coincidían muchas voces ya después del encuentro contra Aldosivi, el tercero en el ciclo Somoza. Quizá era convencimiento, quizá ilusión. Pero lo pensaban de esa forma en aquel momento y ni hablar ahora.
No obstante, está claro que correr más que el rival puede ser importante, pero no es lo esencial. Porque si hay un terreno en el que Central deberá dar un salto de calidad es en el juego, hasta aquí la gran cuenta pendiente.
El Central del torneo pasado jugó casi siempre mal, primero con el Kily González y después con Somoza. Es más, fue tan traumático ese inicio del nuevo ciclo que para muchos el equipo, lejos de mostrar una mejoría, había involucionado en su juego.
Salvo algunas pequeñas excepciones, la versión del equipo de Somoza nunca le puso demasiada claridad a la idea madre y eso fue lo que llevó al equipo a ser dominado por la mayoría de los rivales.
¿Hay un partido testigo, que oficie de ejemplo? Claro que sí. Lo ocurrido en el encuentro frente a Sol de Mayo, por Copa Argentina, es la síntesis más acabada de ese andar futbolístico del que Central casi nunca pudo despegarse.
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Bajo el mando de Somoza, a Central le costó mucho cada vez que salió del Gigante.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Una buena para Somoza: tuvo más tiempo de trabajo. Una para el DT: no le llegó ningún refuerzo. Como sea, la imagen deberá cambiar. Es indispensable que ello ocurra, porque si no hay un comportamiento distinto desde lo futbolístico los problemas persistirán.
Si hay algo que Somoza dejó en claro en los partidos que dirigió es que su idea es jugar con enganche, función que casi siempre recayó sobre los hombros del Pupi Ferreyra y no hay demasiados indicios para pensar que en este torneo que está por comenzar apueste por algo distinto, más teniendo en cuenta que el plantel es el mismo.
Pero lo dicho, por más que el tiempo haya sido poco y los nombres se mantengan, Central ya debiera empezar a mostrar algunas virtudes que hasta aquí se mantuvieron en el anonimato. Deberá andar mejor desde lo físico y, especialmente, jugar un poco mejor.
Atraso salarial con la estructura de inferiores
Otra vez los ánimos se alteraron en la estructura de divisiones inferiores de Central, donde hay un grupo importante de entrenadores y preparadores físicos que no cobraron los haberes del mes de marzo, preferentemente aquellos que no están en relación de dependencia y pertenecen al grupo de la Rosarina. También hay malestar de aquellos que cobraron el mes de abril. Según trascendió, estarían evaluando realizar alguna medida de fuerza, que podría concretarse recién la próxima semana.
Desde el club admitieron hace algunos días que hay un atraso en el pago de los sueldos de una parte de los empleados y que estaban haciendo todo lo posible para regularizar la situación, en principio con el dinero del préstamo que Central recibió de parte de la AFA. Lo cierto es que muchos empleados del club cobraron ya el mes de abril, pero otros no.
El mayor atraso está con un grupo de técnicos y profes que dirigen en la rama de la Rosarina. A ellos se les adeuda incluso el mes de marzo.
El próximo fin de semana se juegan los clásicos en las inferiores de AFA y es por eso que por el momento está descartada una medida de fuerza, pero la misma podría hacerse efectiva la próxima semana, en caso de que el club no cumpla con sus obligaciones. Según le informaron a Ovación, una de las posibilidades que se maneja es la de concurrir a los lugares de trabajo pero no entrenar y, además, no presentarse a dirigir el día del partido.