"L'amour pour principe et l'ordre pour base; le progrès pour but".
"L'amour pour principe et l'ordre pour base; le progrès pour but".
("El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin".)
La frase pertenece al filósofo francés Augusto Comte y es fundacional del positivismo, una corriente filosófica de la que es uno de los principales impulsores.
Comte nació 9 años después de iniciada la Revolución Francesa y un año antes de su finalización por lo que suponer que su obra está al margen de semejante acontecimiento sería cuanto menos una ingenuidad.
El concepto es políticamente complejo desde lo sociopolítico, fácilmente vinculable a procesos dictatoriales, pero asociado caprichosamente al fútbol, como se intentará en este caso, es otra cosa.
Para muchos representa un anacronismo que debe combatirse fundamentalmente desde la estética y para otros, en cambio, es la base de cualquier construcción a corto, mediano o largo plazo.
Culto al orden
El plantel de Central, que hoy tendrá una prueba de fuego en Avellaneda frente a Racing, hace un culto del orden y a partir de él progresa en la cancha y en la tabla de posiciones. ¿No es muy pronto como para establecer semejante sentencia? Es cierto, es bastante apresurado, pero en todo caso el apuro se compensa con un detalle de la realidad: es lo que hizo hasta ahora.
Tres partidos jugados, más del 10 por ciento de la competencia, en los que no se alejó ni un ápice del libreto. El tiempo dirá, el partido de hoy dirá, si la tendencia puede extenderse, pero hasta aquí cumplió los objetivos.
Y es fácil comprobarlo más allá del juego. Es que los jugadores están fanatizados con el orden que les propone el cuerpo técnico, que tuvo el gran mérito de convencerlos. Ese fue un gran acierto porque no hay peor tozudo que un futbolista convencido. Todos los técnicos lo intentan, no todos lo consiguen y ninguno lo logra siempre ni fracasa siempre, son ciclos.
Basta con repasar el pospartido con San Martín de Tucumán para comprobarlo. De allí hasta aquí, todos dicen lo mismo. Y antes también.
"Nos vamos muy contentos por el resultado, por el funcionamiento del equipo y por mantener otra vez el arco en cero. El entrenador siempre nos dice que mantengamos el orden, que estemos bien parados a la hora de atacar...", reconoció el chileno Parot. Pero pudo haber sido cualquiera: Zampedri, Camacho, Cabezas, Ortigoza, Caruzzo... El orden por delante de todo aunque vengan degollando.
Las palmas contra el piso
En medio de la creciente ilusión canalla a la que sólo un par de resultados positivos sirven para alimentarla, el Patón Bauza, principal responsable del disciplinamiento casi militar de sus futbolistas para mantener el orden, empieza a poner las palmas de las manos hacia el piso como pidiendo calma.
"Sigo pensando que este equipo tiene que seguir creciendo. Perdimos muchas pelotas en la mitad de la cancha y con eso le dimos la posibilidad al rival que se acerque a nuestro arco", apuntó tras el triunfo sobre los tucumanos.
Pero la síntesis más acabada de la cuestión la dio el viernes el capitán Marco Ruben en conferencia de prensa.
"El orden nos da buenos resultados y esa es la base. Se cree en una idea y se defiende eso, a partir de eso se consiguen resultados".
Hasta aquí a Central nada le alteró el orden. Hizo cuatro goles, no le convirtieron y los jugadores de recambio utilizados fueron siempre los mismos: Lioi por Carrizo en los tres partidos, Herrera dos veces por Zampedri y otra por Ruben y Lovera dos por Camacho y la otra por Ruben. El banco tuvo los mismos futbolistas en los últimos dos partidos y por 5 de ellos contra Banfield.
"El orden como base, el progreso como fin", según Comte.
Esa base y esa finalidad tendrán una prueba de fuego hoy en el Cilindro.
Estará frente a uno de los grandes candidatos al título. Un equipo que llega muy golpeado por el resultado, pero fundamentalmente por las bajas prestaciones que tuvo en el partido de vuelta de los octavos de final de la Libertadores, a la que ya no pertenece.
En cualquier caso, es un partido en el que Central podría encontrar los primeros sofocones de un camino que hasta aquí tuvo mayoría de componentes ideales.
Si supera la prueba con éxito ya será imposible frenar la ilusión de una hinchada que toma precauciones infructuosamente para mantenerse en estado de observación.
Pero si deja puntos en el camino, será tarea del cuerpo técnico tratar de recuperar el orden preestablecido para que la decepción no borre la convicción de las tres primeras fechas. El camino es larguísimo y las espinas siempre aparecen.
Ese será otro examen, o el gran examen, para poner a prueba las convicciones que el plantel canalla repite en cada respuesta y que lo llevaron a ganar los tres primeros partidos de la Superliga.
Por si quedan dudas sobre cómo afrontará Central el partido, basta con un par de frases del Patón y del capitán.
"El que rompe el orden, va para afuera", dice el entrenador. "Jugar bien es creer en lo que se hace y lo que se trabaja, y que eso después se muestre en la cancha. Hoy trabajamos lo que estamos demostrando", reafirma Ruben.