Miami- No hace falta mucha imaginación para entender la estrategia de márketing de la Liga de Fútbol Americano en Ropa Interior (LFL), que este mes empezó su temporada debut.
Miami- No hace falta mucha imaginación para entender la estrategia de márketing de la Liga de Fútbol Americano en Ropa Interior (LFL), que este mes empezó su temporada debut.
Sin embargo, las jugadoras vestidas con prendas ultra ligeras esperan que las tomen en serio, aunque eso parece poco probable.
La LFL (por sus siglas en inglés), nacida tras éxito del Lingerie Bowl- un espectáculo de mujeres en paños menores transmitido en el entretiempo del Super Bowl de la NFL- tiene decenas de equipos de siete jugadoras que se enfrenta al fútbol americano vestidas con sostenes deportivos y los pantalones cortos más pequeños que existen.
Su promoción es descarada: los equipos tienen nombres como Seducción de San Diego, Deseo de Dallas y Tentación de Los Angeles, y sus sitios web y material promocional son más similares a los de las porristas de la NFL que los de los deportes profesionales genuinos.
El fundador de la liga, Mitch Mortaza, describe la iniciativa como “Disneyland para los fanáticos del fútbol”, pero quienes participan de él aseguran que se toman el deporte en serio y que quieren vencer.
“Pienso que es algo vistoso pero también es fútbol y es real”, dice Kaley Tuning, ala abierta de Miami Caliente, que inauguró la temporada la semana pasada en el Chicago Bliss.
“Hubo pruebas para el equipo y si no podías jugar no quedabas seleccionada”, manifestó.
“He visto a gente decir que es una broma y que es degradante y me enfurece. Somos atletas reales, para los que no nos toman en serio, digo que esperen a vernos jugar”, agregó.
Observando la práctica de Caliente, en unas instalaciones deportivas en los suburbios de Miami bajo la conducción del ex mariscal de campo universitario Bob Hewko, el extraño choque entre muchachas glamorosas y el deporte queda rápidamente a la vista.
El entrenamiento es tomado en serio y las jugadoras se esfuerzan y lucen compenetradas en grupo pero una cartera Gucci se encuentra junto a los cascos junto en la línea lateral y una jugadora, quien al igual que muchas es modelo y se preocupa por haberse raspado la piel antes de una sesión fotográfica.
Hewko acepta que las apariencias jugaron un papel importante en la selección del equipo pero, al igual que todos lo que participan en el proyecto, dicen que los fanáticos verán fútbol real.
“Me sorprendió el nivel, el nivel del talento. Ellas pueden correr, atrapar y tenemos una mariscal de campo que puede lanzar la pelota 60 yardas”, señalí Hewko.
Es poco probable, sin embargo, que la proeza de lanzamiento sea la que convoque a los espectadores a los recintos cubiertos.
“Para el primer encuentro, serán personas interesadas en pasar un buen rato, con ganas de ver a mujeres hermosas jugar fútbol y revolcarse y ensuciarse”, dijo la capitana defensora de Miami, Taira Turley, quien además es una maquilladora profesional.
En todo Estados Unidos hay miles de mujeres que juegan partidos organizados de fútbol americano en equipos aficionados con indumentaria convencional, y reciben poco interés comercial importante.
Miami Fury ha formado parte de la Liga de Fútbol de Mujeres Independientes durante sus 10 años de existencia y la co-propietaria del equipo, Gayla Harrington, dijo sentirse inicialmente incómoda porque la creación del clan de ropa interior se debe mayormente al atuendo.
No obstante, como Caliente convocó a dos de sus jugadoras, dijo que el equipo se había vuelto
más un proyecto deportivo de lo que inicialmente se había imaginado.
“Es más atlético, un poco más serio de lo que originalmente pensé”, afirmó,
agregando que los apoyaría en sus partidos de local pero que no estaba segura si la LFL la ayudaría
a obtener respaldo para su propio equipo.
“Podría ser positivo o negativo. Podría ser que la gente todavía no lo tome en serio (al fútbol femenino) pero de todos modos podría ayudar”, indicó.
La escritora feminista Courtney Martin tiene una opinión más tajante respecto a si la LFL ayudará a las mujeres.
“Esto es una deshumanización en su nivel más nocivo: denle a las mujeres la oportunidad de
participar en un deporte que no han tenido la posibilidad de practicar a cambio de dinero y en
público, pero sólo déjenlas hacerlo si son estereotípicamente bellas y dispuestas a estar en ropa
interior”, escribió la mujer en el sitio web feministing.com.
¿Entonces por qué no simplemente jugar el juego con la indumentaria convencional? “Pero entonces la mitad de la gente no lo vería”, aseveró Tuning.
“Algunas personas no van a verlo porque piensan que es degradante o no quieren verlo con sus hijos. Pero entonces habrá un grupo de personas que lo verán por el atuendo y podrían decir: 'Esto es real, atlético y ellas saben lo que hacen”, agregó. (Reuters)