Hoy parece no ser el tiempo de jugar para muchos pibes en Central y Newell's, aunque en los planteles hay varios. No arrancan con demasiadas chances de ser titulares, aunque como siempre sucede se irán mezclando con el correr de los partidos. Los técnicos apuntan a la experiencia. Pidieron y los dirigentes pudieron cumplirles, dentro de las posibilidades económicas de cada club, con refuerzos de esas características. Basta con repasar que los auriazules hasta ahora sumaron 5, a un promedio cercano a los 27 años. Los rojinegros contrataron 7, a un promedio que ronda los 29. Esto para mantener un nivel de experimentados en los que pintan como los once de arranque, que en los del parque Alem es de 28,6 abriles y en los del parque Independencia de 26,5 (ver infografía).
Números que no son muy diferentes a los de Boca (26) y River (casi 30), tampoco a los de San Lorenzo (28), como así también a los de Lanús (29) y Banfield (27), como ejemplos de los equipos que jugaron recientemente. Y que son el promedio de las edades de los refuerzos que la mayoría de los clubes buscó: los millonarios contrataron a 4 treintañeros, Independiente, Estudiantes, Banfield, Huracán y Vélez a 3. Todos ellos, más Boca y Racing en total tienen a diez futbolistas en la franja de entre 27 y 36 años.
De esta manera se ve como una tendencia, no algo en lo que sólo en Rosario se da esta situación con números que son similares a los de la temporada pasada. Aunque tanto canallas como leprosos perdieron varios años en sus equipos con las idas de los jugadores experimentados.
Es que de Central se fueron Musto (30), Pinola (34), Villagra (33) y Teo Gutiérrez (32), ante lo que Montero recibió a cambio a Gil (26), Romero (27), Parot (27) y Zampedri (29).
Y en Newell's las ausencias de Maxi Rodríguez (36), Nacho (32), Formica (29) y Domínguez (37), por citar a los de mayor experiencia, fueron reemplazadas por Guevgeozian (31), Leal (30), Bianchi (28), Leyes (27) y Sarmiento (27) entre otros que recibieron el visto bueno de Llop.
¿Y los pibes? Los chicos surgidos de las inferiores indudablemente tendrán que demostrar sus condiciones durante las prácticas, cada vez que les toque ingresar algunos minutos o en reemplazo de los experimentados. No les será simple. Aunque tanto auriazules como leprosos no jugarán con el estigma de los promedios siguiéndolos de cerca, que es lo que habitualmente condiciona a los juveniles. Como tampoco tienen obligaciones de campeonar, que es otra supuesta traba para arriesgarse por futbolistas de poca experiencia a la hora de encarar los torneos.
Claro que esta idea de apostar a los grandes por parte de Montero y Llop también tiene a sus infiltrados. En Central aparecen con chances, aunque mínimas, Alfani (21), Rivas (17) y Lovera (18). En Newell's algunos con más chances de protagonismo, como Valenzuela (19), Elías (21) y Fértoli (22), que hoy serían titulares.
Igual, a lo largo de las 27 fechas de la superliga irán apareciendo los juveniles, los que salvan las papas cuando el fuego aprieta. Por eso, no alcanza con una docena de jugadores de más de 26 o 27 años, los planteles se componen de alrededor de 25 protagonistas a los que cada técnico pueda echar mano en el partido a partido. Después, adentro de la cancha, nadie les va a pedir que muestren los documentos.