Desde tu visión de presidente de la AFA, ¿qué expectativas tenés con el clásico rosarino de hoy y cómo estás viendo en el aspecto institucional y futbolístico a Central y Newell’s?
Por Mauricio Tallone
Desde tu visión de presidente de la AFA, ¿qué expectativas tenés con el clásico rosarino de hoy y cómo estás viendo en el aspecto institucional y futbolístico a Central y Newell’s?
Son dos clubes muy representativos del fútbol argentino. Te das cuenta mucho de esto que te digo ahora que se viene el clásico el domingo en el Gigante de Arroyito. Quizás la parte que menos me gusta del clásico es como se vive cuando ocurren hechos de violencia o pasa alguna situación que tenemos que lamentar en Rosario. Me gustaría que se viviera con menos tensión y que todos entiendan que es sólo un partido de fútbol en el que uno gana y el otro pierde. Pensar de esa manera también les haría bien a los jugadores, a los técnicos y a los dirigentes, quienes muchas veces pensamos en forma muy pasional. Sin dudas la pasión bien entendida del hincha rosarino es para destacar.
Lo que pedís es el ideal en la previa o durante un clásico rosarino, pero también es difícil de lograrlo en una ciudad tan pasional como Rosario.
Yo empecé a entender las tensiones con las que se vive el clásico rosarino cuando Guillermo Lorente (expresidente de Newell’s) me decía cómo se vivía el clásico en Rosario. Cómo esperaba la ciudad ese partido. Por eso digo que desde nuestro lugar como dirigentes siempre debemos bajar un mensaje claro y apuntar a desdramatizar el clásico rosarino. Nunca pensé que en Rosario se vivía tan pasionalmente el clásico.
Y en cuanto a lo institucional, ¿cómo ves a ambos clubes?
Tienen dos maneras de conducir diferentes. En el caso de Newell’s hay una dirigencia nueva, a la que estoy conociendo como Ignacio Astore. En cambio, con la dirigencia de Central ya tengo un conocimiento porque me toca compartir el comité ejecutivo con Ricardo Carloni y hace mucho que somos compañeros. Lo conozco, sé cómo piensa y desde el comité anterior que convivimos.
Desde Rosario se observa que tanto Carloni en Central como en su momento Cristian D’Amico en Newell’s, siempre se mostraron muy identificados con tu gestión en la AFA. ¿Lo ves así?
Sí, en lo personal me toca compartir mucho con Carloni en comité ejecutivo y me acompañó para tomar algunas decisiones. Con algunos dirigentes terminás siendo amigo y con otros sólo lo considerás tu par. En el caso de Carloni me tocó acompañarlo, incluso yendo a Rosario, para tener charlas y hoy Ricardo es miembro del comité ejecutivo y acompaña desde su representatividad las decisiones que se toman para mejorar el fútbol argentino.
¿Cómo te llevás en esta etapa de conocimiento con la dirigencia de Newell’s que encabeza Astore teniendo en cuenta de que D’Amico era uno de los dirigentes más cercanos a vos?
Sin dudas que nos estamos conociendo. El fútbol tiene esto. No siempre las gestiones son reconocidas por lo institucional o administrativo y sólo se miran los resultados deportivos. El socio cuando vota observa eso precisamente, cuántos clásicos ganaste o cuántas veces saliste campeón o clasificaste a la Copa Libertadores o Sudamericana. Ese es un reconocimiento a lo deportivo y no a una gestión integral. Siento que Cristian (por D’Amico) hizo una gran gestión y además es un gran amigo. Hoy le toca a Astore y como presidente de la AFA tengo la obligación de acompañarlos a todos. Los amigos son amigos y aquellos dirigentes que son elegidos por los socios siempre son respetados por la casa madre del fútbol argentino. Quiero que todos los dirigentes se sientan integrados y sean parte de esta conducción. Cada presidente que es elegido, si es reelecto te ayuda mucho más, porque hay confianza y en la gestión ya lo conocés. Y si es nuevo hay que incorporarlo y ayudarlo. Por cada hombre siempre están las instituciones. Como presidente de la AFA debo priorizar a las instituciones. Hay un lema, que tal vez no es el más lindo, que dice que los hombres pasan y las instituciones quedan. Yo pienso que lo que siempre queda en una institución son las obras, la cuestión edilicia y obviamente la seriedad para hacer todo. Pero el hincha, que es pasional, sólo mira los resultados deportivos. Y vota sólo eso. Pero uno tiene que conducir y trabajar para todos los clubes.
Cuando hay elecciones en un club y gana el candidato que está identificado con tu gestión, ¿sentís una satisfacción especial porque se impuso alguien que sigue tu camino? Te lo pregunto porque, por ejemplo, en Newell’s no ganó D’Amico y ahora está Astore. Y en el caso de Central Carloni, quien es afín a tus ideas, ya dijo públicamente que será candidato a presidente de Central.
Siempre es más fácil trabajar con alguien a quién conocés y compartís tus ideas. Siempre es más fácil trabajar con los presidentes actuales que cuando hay un cambio porque ya hay un conocimiento previo. Esto es como en un equipo de fútbol, cuando más conocés a tus compañeros mejor. Es más fácil llevar adelante un proyecto con gente que comparte tus ideas porque jugás de memoria.
Te meto en la selección argentina. Teniendo en cuenta de que se clasificó en forma anticipada, ¿ya estás en modo Mundial de Qatar?
La verdad es que todos estamos viviendo un momento especial con la selección argentina. Por primera vez en la historia clasificamos al Mundial con cuatro fechas de anticipación con todo lo que eso significa para Argentina, sobre todo por lo difícil que siempre nos resultaron las eliminatorias sudamericanas. Ahora estamos enfocados en los dos últimos partidos, primero contra Venezuela en la Bombonera y ante Ecuador, en Guayaquil. Justo vamos a enfrentar a Ecuador en una situación totalmente distinta a cómo me tocó vivirla en la primera experiencia como presidente de la AFA, en 2017, para clasificarnos para el Mundial de Rusia.
¿Qué paradoja, no? Ahora te toca vivir el partido ante Ecuador ya pensando en el Mundial y en aquel momento imagino que pasaste por una de las situaciones más difíciles como presidente.
Si, sobre todo porque fue un momento en el que tuvimos que tomar decisiones fuertes con la salida de Bauza y la llegada de Sampaoli. Llegamos contra Ecuador en la quinta posición, en la zona de repechaje, y necesitábamos ganar porque nos quedábamos afuera del Mundial. Si pasaba eso, otra hubiera sido la historia conmigo como presidente de la AFA. Gracias a Dios nos fue muy bien, ganamos con tres goles de Messi, la rompió toda y pudimos clasificar de manera directa. Por eso te digo que hoy vivimos el partido contra Ecuador con toda la seriedad del mundo, pero ya poniendo la cabeza en el sorteo del Mundial, que será a 48 horas del partido. Vamos a viajar a Qatar prácticamente con todo el staff de la selección para trabajar en la logística con el objetivo de poder acondicionar y estar en todos los detalles en el lugar en que vamos a vivir cuando ya nos instalemos a Qatar.
¿Te genera ansiedad saber cuáles serán las selecciones que te tocarán en el sorteo?
Un poco de ansiedad sí, pero sobre todo me generan obligaciones. También está el partido que vamos a jugar en junio contra la selección de Italia en un enfrentamiento entre los dos campeones. Eso es un orgullo para la selección argentina. Hace tres años que no jugamos contra una selección europea. Antes de la pandemia no pudimos enfrentarnos porque en las fechas Fifa los europeos ya tienen sus calendarios y competencias armadas y a nosotros sólo nos quedaba jugar frente a selecciones de América. Además este partido ante Italia nos servirá para saber adónde estamos parados de cara a la preparación para el Mundial. Es la selección campeona de Europa y que tiene una historia contra nosotros.
Hoy todo el mundo habla de la Scaloneta y la gente revienta las canchas para ver a la selección. Pero el que realmente eligió a Scaloni, contra viento y marea y soportando muchas críticas, fuiste vos. ¿Te colgás la medalla de la elección de Scaloni como técnico de la selección?
Era una responsabilidad muy grande elegir al técnico de la selección argentina después de lo que vivimos en el Mundial de Rusia 2018 y de tener tres entrenadores en las eliminatorias pasadas. No nos olvidemos de que estuvieron Martino, Bauza y Sampaoli. No era fácil dar con el entrenador justo y que reuniera todas las condiciones. Estaba el Gringo (Scaloni), a quien conocía y era el único. Si bien estaba convencido de que tenía que ser él, también era una apuesta.
¿Qué te sedujo de Scaloni para que lo eligieras?
Ya lo conocía a Lionel y sabía de su profesionalismo y seriedad. Igual, no fue fácil consensuar con mis pares de comité ejecutivo y decidirnos por Scaloni. Muchos no lo conocían y también había mucho lobby por otros entrenadores. Todos jugaron un partido diferente al que queríamos jugar nosotros con la idea de apostar a un proyecto de selecciones serio y que tenga continuidad en el tiempo.
¿Ese fue el tiempo en el que muchos dirigentes del fútbol pensaban que con Tapia no había proyecto serio en la selección argentina?
Claro. Hubo muchas críticas de gente que no conocía realmente cuál era nuestro proyecto. La decisión de Scaloni fue la acertada y en esto mucho tuvo que ver la palabra y la sabiduría de César Luis Menotti, quien acompañó mi decisión. Luego la trasladé al comité, en donde tampoco estaban todos convencidos de que debía ser Scaloni. Hoy es más fácil porque tenemos el diario del lunes y está la radiografía que ven todos. Pero fue complicado llegar a lo que hoy vivimos con la selección.
Además de apostar por Scaloni, ¿cuál creés que es tu mayor acierto como presidente de la AFA en la selección argentina?
El de apostar a un proyecto serio de selecciones nacionales. Hoy tenemos en cada selección a personas representativas con la camiseta argentina. Todas son muy capaces. Tenemos a Placente, Aimar, Mascherano en las juveniles. En la mayor tenés a Ayala, Samuel y el propio Scaloni, quien conduce el proyecto. También está Martín Lucuix en futsal, quien también jugó en la selección. Hay mucha representatividad en todas las categorías, el fútbol mayor, juveniles, femenino, playa y futsal. Se lograron títulos en todas las categorías y demostrando que el proyecto serio del que te hablo no es sólo en la selección argentina mayor. Todos ellos saben lo que es representar a nuestro país, las responsabilidades que tienen y lo que es ganar un título. De a poco, con esfuerzo y trabajo, fuimos recuperando nuestro lugar en el mundo y hoy lo podemos disfrutar también con logros deportivos. El gran mérito que tenemos es que hoy los que están conduciendo pueden transmitirles las vivencias de la selección argentina y que los que están abajo puedan capitalizarlas de la mejor manera. Creo que lo estamos logrando. Es más, cuando nosotros asumimos era complicado hasta encontrar rivales que enfrentaran a la selección juvenil porque los cuerpos técnicos se conformaban de acuerdo a las competencias que había. No había un calendario ni una organización, todo se armaba de acuerdo al torneo que se iba a disputar. No había un proyecto. Y hoy con Scaloni a la cabeza sabemos que las selecciones juveniles trabajan mancomunadamente con la mayor. Por eso en cada citación hay chicos de diferentes ligas del mundo que en muchos casos nadie tenía en el radar y nuestro cuerpo técnico sí. Está todo encaminado, con gente capaz trabajando, con el título logrado de la Copa América ante Brasil en el Maracaná y con un proyecto de selecciones de acá a 8 o 10 años más.
¿Te sorprendió la capacidad que demostró Scaloni para gestionar un grupo de jugadores estrellas, con Messi, Di María y Otamendi a la cabeza, y para darle una identidad de juego al equipo?
No, porque cuando yo aposté por el Gringo lo hice convencido de que él era la persona indicada. Fijate que hoy tenemos en la selección a chicos de menos de 23 años que ya prácticamente forman parte de las citaciones para los partidos de las eliminatorias. Eso te da la certeza de lo que vengo diciendo sobre que tenemos una selección para 8 años más con este proceso. Muchos de esos juveniles ya están jugando o están en el plantel. Todo esto habla a las claras del gran trabajo que está realizando nuestro departamento de scouting, que los pudo ver y seguirlos. Quizás no pudimos trabajarlos en Europa como quería Bernardo Romeo (coordinador de selecciones juveniles) y el director de scouting, quienes tenían en mente trabajar con muchos más chicos en Europa, pero no se pudo. Por ejemplo, nuestro departamento de scouting junto a Romeo vienen siguiendo desde hace mucho tiempo a estos chicos como Luka Romero, Matías Soule, Valentín Carboni, Tiago Geralnik, Nicolás Paz y Alejandro Garnacho, quienes son hijos de padres que en su momento se fueron a vivir a Europa por distintas circunstancias y hoy son parte de la selección argentina que se viene. Ellos integran este proyecto que hacía mucho que teníamos en la selección. Desde la época de Pekerman que había algo parecido a lo que estamos apostando. O sino había que remontarse a la época de Menotti con el ciclo que terminó con el título mundial del 79 en Japón.
Siempre se insiste con la figura que para ganar una Copa del Mundo deben estar todas las piezas acomodadas. En la actualidad se observa que la selección logró tranquilidad con el título de la Copa América y que a Messi se lo ve más enfocado que nunca en sacarse la espina de ganar el Mundial, seguramente porque sabe que el de Qatar será el último. ¿Notás que está todo dado para ponerle la frutilla del postre a este proceso que sería levantar la Copa?
Mirá, tuvieron que pasar 28 años para lograr un título. Casi tres generaciones que no vieron a la selección campeona y hoy sentimos que la gente volvió a confiar en la selección porque se siente representada por este equipo y estos jugadores, obviamente con Leo como el mejor del mundo. Es el sueño que tenemos todos y la verdad es que deseo fervientemente que Messi logre esa Copa del Mundo que tanto se le está negando. Sé cómo lo desea y trabaja para conseguirlo. Ojalá, si Dios quiere, que esta vez se nos dé. Es el sueño que tenemos todos de levantar la Copa en Qatar.
¿Notás que Messi y Di María, por citar a dos nombres referenciales de los últimos tiempos de la selección argentina, vienen ahora a las convocatorias liberados tras la obtención de la Copa América?
Se los nota que están disfrutando de la selección de esos momentos que tanto deseaban y no podían tener en otras épocas. También está Otamendi, otro de los chicos que la pasó mal injustamente porque no eran reconocidos. Por ellos y por todos los chicos que están hoy quisiera que logremos la Copa del Mundo. Nadie más que estos jugadores, y por supuesto la gente, se lo merecen. Los dirigentes del fútbol, conmigo como principal responsable por la función y el rol que ocupo en la AFA, tenemos que hacer un mea culpa porque algo no hacíamos bien. Estos chicos venían a la selección, viajaban miles de kilómetros, soportaban la crítica muchas veces malintencionada y defendían la camiseta y la bandera con orgullo. Muchas veces nosotros no les dábamos un marco ideal en lo institucional para que ellos jugaran tranquilos. Vivimos el papelón de la votación del 38 a 38, la muerte de Grondona, tuvimos una comisión normalizadora en la AFA y toda esa desorganización influye a la hora de salir a jugar un partido con la camiseta de la selección. Costó mucho volver a organizar en lo institucional y deportivo el fútbol argentino. Y los jugadores estaban en el medio teniendo que convivir con todos los errores que cometían los dirigentes.
Igual vos siempre te mostraste predispuesto a solucionarles esos problemas a los jugadores. En la Copa América Centenario en Estados Unidos la AFA era un desastre y el que estaba cerca de los jugadores para todo era Tapia.
Fue brava esa etapa de la AFA. Y así y todo llegamos a la final y la perdimos por un penal. Previo a esa final contra Chile prácticamente Luis Segura, quien era el presidente en ese momento, se quedó sólo porque todos los integrantes del comité ejecutivo habían renunciado. Segura había sido elegido por esos mismos dirigentes que estaban en el comité ejecutivo. Estuve cuando todos apoyaron a Segura para que continuara con el mandato de Julio Grondona. Por más que el jugador esté compenetrado en jugar una final tan importante como es la Copa América, en algún punto siente que la AFA es un quilombo. Ahora nos olvidamos de eso porque vivimos una etapa totalmente distinta. Pero tuvimos que pasar por situaciones bravas. Por eso te digo que los chicos ven que ahora vienen a la selección a jugar, a disfrutar, tienen todo lo que necesitan y en lo único que piensan es en salir a la cancha y representar al país como lo están haciendo ahora.
¿Creés que si no se hubiera ganado la Copa América en Brasil tu gestión se hubiera reconocido igual?
Obviamente que haber ganado la Copa América ante Brasil en el Maracaná hizo que el camino del reconocimiento fuera más fácil. Pero un resultado deportivo, por más importante que sea, no podía desviarnos del camino que teníamos trazado. No es fácil llegar a la final de un Mundial o de una Copa América y ganarla como hicieron estos jugadores. Se jugaron muchas finales de Copas América y a mí entender este grupo debía tener un reconocimiento. Pero todos recién te reconocen cuando salís campeón. Gracias a Dios se logró la Copa América y esta generación de jugadores, que tantas alegrías nos dio, tiene el reconocimiento que se merece.
¿Sos el mismo Chiqui que era barrendero ahora como presidente de la AFA?
Uno mantiene los valores, la esencia y trato de que el lugar que ocupo no me cambie nada. Es la parte humana de cada persona y soy de los que respetan los valores de la vida, las enseñanzas que te inculcan. Ni el éxito te tiene que volver loco ni los fracasos te deben desviar el rumbo. Hay que mantener un equilibrio y de lo malo hay que saber sacar lo bueno para dar vueltas las situaciones.
¿Qué sentiste cuando viste que los hinchas del PSG silbaron a Messi?
Para mí el hincha muchas veces reacciona de una manera que no es la correcta. Lo conozco a Leo y sé lo competitivo que es. A él más que a nadie le duele perder un partido y nosotros, en este caso los hinchas del PSG, deben entender que el fútbol es un juego de equipo. Un jugador, por más que sea el mejor del mundo como Messi, no gana el partido sólo. Por eso nunca compartí cuando los hinchas argentinos trataban a un ídolo como Messi de esa manera. Me duele que pase esto. A Leo lo quiero mucho, lo respeto y sé muy bien lo que sufre cuando pasan estas cosas. No me gustó que lo silbaran. No es fácil estar diez veces ternado como el mejor jugador del mundo. Quizás a los franceses hoy les está pasando lo que en un momento nos pasó a nosotros, quienes creíamos que porque teníamos al mejor jugador teníamos que ganar todo. No es Messi y diez más. Es al revés. Tenés que armar un equipo para que el mejor se luzca. Hoy lo logramos. Por eso con Messi el sueño en Qatar es posible.
“El VAR aportará la justicia”
¿Creés que con la llegada del VAR se terminan las discusiones por los fallos arbitrales en el fútbol argentino?
Los argentinos somos muy difíciles. Siempre vamos a discutir por algo y más en el fútbol. Lo que puedo decirte es que con la llegada del VAR centralizado nosotros buscamos darles transparencia y legitimidad a los árbitros, quienes en fracciones de segundos tienen que tomar decisiones que muchas veces cambian el rumbo de un partido. Todos los dirigentes son hinchas y en mi caso, por ejemplo, soy el hincha número uno de la selección argentina. Y cuando pasás por una situación con una jugada polémica en contra de la selección también me pasa lo que viven seguramente los dirigentes con sus equipos. Cuando se piensa como hincha, perdés la racionalidad y dejás de ser objetivo. Estoy seguro de que el VAR aportará muchísima justicia al arbitraje, hay que utilizarlo como una herramienta que ayudará mucho. Los árbitros son los únicos que desde que comenzó el fútbol están con dos tarjetas y un silbato, y ahora le podemos aportar la tecnología.
¿Sos consciente de que, por cómo es el hincha argentino, llevará un tiempo para que se acostumbre a la participación del VAR?
Tengo claro que nos llevará un tiempo adaptarnos a todos, los jugadores, los dirigentes y la gente. El hincha del fútbol nunca dejará de pensar por el favoritismo de su equipo porque son pasionales. Es un aporte más para marcar el fútbol que queremos. Fijate que en Sudamérica no todas las federaciones lo tienen y nosotros hicimos un esfuerzo desde todo punto de vista para tener el edificio VOR (video operation room). Somos la primera federación en toda Sudamérica en tener una sala de VAR centralizado en el propio predio con siete salas que nos permite hacer los siete partidos de la Liga. Estuve en Uruguay la semana pasada acompañando al femenino nuestro y sólo 2 o 3 partidos se hacen con VAR. Asumimos el compromiso de tenerlo y lo logramos. Asimismo tenemos a árbitros que están muy capacitados para manejar el VAR, que ya vienen dirigiendo en Copa Libertadores y Sudamericana. Además ellos mismos son los que capacitan a otros árbitros y tuvimos casi 900 partidos que calificar y certificar con VAR para poder ponerlo en práctica en el fútbol argentino. A partir de la octava fecha ya vamos a poder implementarlo. El martes y miércoles pasados jugaron nuestras selecciones juveniles ante Estados Unidos y Uruguay, y todo funcionó perfecto. El VAR te da la tranquilidad. Ojalá podamos acompañar para hacer más justo el fútbol argentino.