El veranito generado por los triunfos ante Banfield y Aldosivi terminó con la excursión en Paraguay. Central se metió solo en el frente de tormenta. La imagen colectiva sigue preocupando. Sin embargo, el elenco comandado por Cristian González buscará salir del barro en breve. No resultará sencillo porque este domingo afrontará un partido chivísimo contra Estudiantes. Los dos pugnan por clasificar a la fase final de la Liga Profesional. Cada cual depende de sí mismo para lograrlo. El conjunto auriazul intentará apagar como sea la luz de alerta que encendió con más furia en la derrota copera ante 12 de Octubre. El cuadro de situación marca que ya no hay margen para cometer más errores. El DT deberá rever además algunas posturas tácticas que atentan contra la posible evolución del equipo.
La caída ante el rudimentario 12 de Octubre caló hondo en el orgullo auriazul. La estrategia no funcionó. La táctica, mucho menos. La síntesis de la fallida puesta en escena que realizó el entrenador de Arroyito radica en la imagen de Emiliano Vecchio paradito unos metros por delante de los zagueros centrales.
Otro medio tiempo despilfarrado. Vecchio de 5 es una ventaja que muy pocos técnicos se animarían a dar. La labor del 10 canalla en suelo guaraní durante el primer tiempo fue una prolongación de los primeros 45’ en Mar del Plata ante Aldosivi.
El volante creativo pierde capacidad de audacia. Exige la faz física de manera innecesaria. Ocupa un rol que expone las dificultades de resolución que tiene el Kily González a la hora de armar el equipo.
Ante Estudiantes tendrá la chance de resetear la maquinaria. Central tiene chances de pasar a la fase final de la Copa de la Liga Profesional. Depende de sí mismo en la actualidad. Y ese es un plus que debe saber capitalizar el técnico.
Por eso, cuando sea hora de pensar en los posibles once apellidos que buscarán dejar de rodillas al pincha, el entrenador no podrá fallar. Tendrá que estar fino en la elección de los nombres y ser práctico a la hora de cómo deberán jugarle al rival platense.
La lógica indica que Vecchio debería volver a desempeñarse de mitad de campo hacia adelante. Como lo hizo en los segundos tiempos ante el tiburón y el globo paraguayo. La misma zona donde marcó la diferencia y pudo ser útil para el equipo. No en vano Central mejoró sistemáticamente cuando el enganche tomó las riendas y llegó a sus compañeros hacia el campo adversario con la pelota dominada bajo su fina suela derecha. Habrá que ver si el Kily sigue con esa rígida y nada productiva postura, o bien pone las piezas de ensamble en el lugar que corresponden.
Porque con Gastón Ávila también la pifia. Lo improvisó en el lateral izquierdo y liberó el corazón central. Es que Nicolás Ferreyra y, sobre todo Joaquín Laso, no son fiables a la hora de controlar al rival. El rendimiento del ex Vélez no es un tema menor en esta ensalada que es la última línea.
Otro tema a verificar es la función de los experimentados Lucas Gamba y Diego Zabala. Los dos arrancan como extremos. Terminan desinflados y desordenados, pese a que el uruguayo hizo un pleno cuando reemplazó en Mar del Plata justamente al jugador exHuracán.
Está claro que el Kily González tiene poco tiempo para trabajar. También es cierto que tiene mucho para pensar y replantear. Sobre todo porque el domingo próximo tendrá un desafío determinante para las aspiraciones canallas de poder clasificar al top 4. Se jugará casi toda la ilusión contra el pincha en el Gigante de Arroyito.
Ni hablar que luego le esperan dos partidos importantísimos más de local: ante San Lorenzo (por la Sudamericana el miércoles 28) y luego el clásico frente a Newell’s (el 2/5). Dos citas que además podrían determinar muchas cosas puertas hacia adentro del frenético mundo Central.