La velada de esta noche es una auténtica medida para conocer las aspiraciones de Central en el presente torneo. El rival impone respeto. Al menos en la previa. El currículum de Central Córdoba marca que viene de acopiar todos los puntos que disputó en condición de visitante. A ese plus hay que sumarle que el Ferroviario es uno de los cuatro equipos que hoy están clasificando a la Fase Final. Esa misma que el Kily González tiene como objetivo de base, pero que por el momento está en fila de espera debido a la irregularidad que exhibe el equipo. Por lo tanto, para Central ganar este partido será como una especie de cuestión de honor. Y obligación si quiere continuar latiendo con esperanza.
La hora de la verdad comenzará a las 21. La TV Pública será la encargada de trasmitir el desafío y exponer lo que realmente ofrendarán ambos equipos en el Gigante de Arroyito. Cada cual tiene sus bondades y claros defectos, por cierto.
Si Central puede reafirmar el andar confiable que mostró en el final del encuentro en campo de Colón y obtiene un triunfo, no soló oxigenará aún más la ilusión y promedio, sino que podría meterse en la conversación del lote de arriba.
Porque el actual formato de competencia marca que sólo los primeros cuatro pasarán a la ronda final. La fase realmente importante a nivel deportivo y anímico. Todo lo demás es una marquesina de cartón.
Claro que entre el frenesí de la victoria y la derrota está el empate, que para la visita no sería un disgusto por el solo hecho de sostener un compromiso de visitante, y ante un Central que en el Gigante viene derecho dentro de todo ya que ganó dos partidos (ante Argentinos y frente a Arsenal) e igualó uno (Godoy Cruz).
No obstante, la realidad futbolera marca que el elenco auriazul no viene creciendo como equipo, pese a la muralla defensiva que diseñó y piensa sostener Cristian González para este encuentro. Quizá el Kily siga apostando por tanta gente en la retaguardia pensando en el futuro clásico ante Newell’s, que recién será en la 12ª fecha (la de hoy es la 7ª). Caso contrario no hay demasiada lógica como para defender con tanta gente cuando la obligación apremia.
Lo concreto es que la maquinaria del entrenador centralista debería mantener el orden táctico para poder desdoblarse rápido en ofensiva. Si lo consigue puede descarrilar al Ferroviaro. El mismo perdió en el debut de la temporada ante Colón y luego fue una locomotora de sumar puntos.
Acumula cinco presentaciones sin besar la lona. Le ganó a Atlético en Tucumán 2 a 1. Luego goleó a San Lorenzo 4 a 0 en el Nuevo Gasómetro. De local empató 1 a 1 contra Banfield. Pero fue a Mar del Plata y derrotó a Aldosivi 2 a 1. Después igualó 1 a 1 contra Estudiantes en la fecha pasada en Santiago del Estero. Hoy buscará otro pleno en rodeo ajeno.
Más allá del buen andar de visitante, Central Córdoba no es un cuco. Tampoco un hueso duro de roer. No cuenta con apellidos rutilantes en sus filas. Pero cada jugador que se pone la camiseta deja la vida y rinde. Y eso es lo que lleva a ser en la actualidad uno de los cuatro mejores de la Zona A.
Por lo tanto, Central deberá tener la suficiente capacidad de resolución para generar grietas en el fondo santiagueño. Aunque el hecho que recién ayer el entrenador Cristian González plantó el equipo que pondrá esta noche en el Gigante pese a haber jugado el domingo pasado, no es un indicador tan saludable.
Está claro que el conjunto canalla buscará quedarse con el premio mayor que ofrecerá esta pujante contienda. Aunque el gran vencedor será aquel que esté más concentrado en las dos áreas. Porque en la pelota quieta, como en movimiento, se definirá la suerte del partido. Un encuentro donde Central tiene la obligación y necesidad mayor de luchar por quedarse con el triunfo si es que realmente quiere seguir mirando el futuro con ilusión.