En Central siempre mantuvieron el apego del “paso a paso” y no hay nada que haga cambiar ese parecer, sobre todo en la mente de Miguel Ángel Russo, a quien los objetivos a largo plazo parecen no sentarle de la mejor manera, pero es indudable que este equipo comienza este miércoles un sendero de partidos de alta tensión, en el que habrá desafíos en la corta y mediana distancia. Es Unión, después la visita a Gimnasia en la previa del clásico, el derbi en sí y al toque la serie por Copa Sudamericana. Pero primero lo primero y la inmediatez hace que el foco esté puesto en el choque contra el tatengue del Kily González, en el que el canalla buscará recomponerse de la derrota que viene de sufrir a manos de Huracán en el mismísimo Gigante de Arroyito.
Central no logra estabilizar su vida emocional después de largos meses en lo que va de 2024, transitando un subibaja permanente, que en definitiva es lo que marca su andar futbolístico. Para muestra alcanza con analizar lo que le ocurrió en la última semana.
Es que la verdadera importancia del choque de este miércoles en Santa Fe hay que anclarla a la necesidad de redimirse de ese mal paso que dio frente al líder de la Liga Profesional. Y eso que le sucedió fue a días de haber logrado una clasificación enorme a los octavos de final de la Copa Sudamericana, pero ni siquiera ese envión futbolístico y emocional le fue suficiente para mostrar solidez en el torneo local.
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Agustín Sández impacta con zurda y marca el gol de Central en Porto Alegre. El lateral es uno de los que vuelve.
Marcelo Bustamante / La Capital
Es cierto, en esta última presentación se puede alegar la decisión que tomó Russo en poner en cancha un equipo con mayoría de jugadores con poca continuidad, pero así como se resaltó la facilidad para deshacerse de Sarmiento se debe remarcar la falla del plan.
Russo decide en función de la seguidilla de partidos
Se supone que esa decisión que tomó el entrenador para el partido ante Huracán fue por la cercanía con el de Inter de Porto Alegre y que ahora la armada canalla irá a la capital provincial con todo su potencial porque es un hecho la necesidad de encauzar nuevamente el rumbo en el torneo local, donde la distancia con los puestos de vanguardia ya es bastante pronunciada, aunque quizá lo que más se busque es el acercamiento a la zona de clasificación a esas copas internacionales a las que el canalla ya no podrá acceder por intermedio de la Copa Argentina. Sólo le queda ser campeón del actual torneo, de la Sudamericana o bien por esa tabla acumulada.
Igual el camino por recorrer es todavía muy largo, pero está claro que cada oportunidad que se desperdicie será un paso hacia atrás en esa búsqueda de objetivos. Por eso lo de hoy frente a Unión tiene un sabor especial, esencialmente por el mal trago que el equipo viene de sufrir.
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La última presentación de Central fue fallida, frente al líder Huracán, pero con un equipo con pocos titulares.
Marcelo Bustamante / La Capital
Ahora, tampoco se puede desconocer todo eso que se le viene al canalla, sabiendo, por supuesto, que lo verdaderamente primordial es el choque con el tatengue. Es que en cuestión de semanas el equipo afrontará compromisos relevantes. Porque de este partido contra Unión se puede sacar, además de los puntos, el ánimo suficiente como para viajar a La Plata en lo que será una especie de prueba tanque lleno de cara al Gran Premio de la ciudad: el clásico ante Newell’s.
No vale la pena ahondar en la importancia y la implicancia emocional que tiene un clásico, pero ocurre que inmediatamente llegará el tiempo de volver a poner los pies y la mente en el terreno internacional, con el cruce frente a Fortaleza por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Pero para Russo y sus jugadores es el día a día y lo que toca es el Unión nada menos que del Kily González (a todas luces uno de los grandes ingredientes del partido) para recuperar la vertical. Ahora, de lograrlo le servirá también para tomar impulso de cara a un tramo crucial en la vida canalla.