La gestión por la renovación de Mateo Tanlongo terminó como empezó: muy mal. La dirigencia de Central emitió este viernes un comunicado brindando su punto de vista sobre cómo fue la fallida negociación. Además cuestionó el accionar del volante, quien optó irse a Sporting Lisboa con el pase en su poder con todo el derecho que le confiere la ley, por cierto.
Para el común denominador de la comunidad canalla, el juvenil se fue por la puerta de atrás del lugar que lo moldeó y promocionó en la elite. La realidad marca además que la institución de Arroyito hizo su grueso aporte para que esta novela sea de terror para la imagen y tesorería auriazul.
Raúl Gordillo arrancó la mesa de diálogo a su ritmo. El Mono luego renunció y el caso pasó a manos de la directiva. Según argumentaron los diferentes miembros de la comisión, el futbolista había dado su palabra para estampar la firma antes de que caducara su estadía: el próximo 31/12. Por eso siguió jugando. Lo concreto es que cuando terminó la Liga Profesional, ya no dio más señales.
Después viajó a Portugal para hacerse la revisión médica y ahora desde estos lares reclaman una especie de resarcimiento económico, que no llegará porque no hay obligación por parte del elenco lusitano. La resultante es clara. El único perjudicado es el club.
Central se quedó sin Tanlongo por culpa propia. También ajena. Lo formó y se privó de percibir una transferencia como esperaban puertas hacia adentro. La dirigencia brindó una conferencia de prensa para graficar los pasos dados hasta llegar a este instante de impotencia.
Visión dirigencial
Desde Arroyito no anduvieron con rodeos y plasmaron su punto de vista. Argumentaron que el volante “rechazó sistemáticamente todos los ofrecimientos efectuados por el club”. También justificaron la activa continuidad en cancha que le brindaron al volante. En este punto fue el propio presidente en ejercicio, Ricardo Carloni, quien afirmó que “no lo bajamos (a Tanlongo) porque en una reunión que tuve junto a él y Carlos Tevez, el jugador nos dijo que quería seguir, que iba a firmar”.
Según sostienen desde la institución, la comisión de Central hizo todo lo que estuvo a su alcance como para que el mediocampista firmara el nuevo contrato, que vence a fin de año. La respuesta del otro lado del mostrador exhibió también varias aristas. Porque los actores fueron mutando.
Raúl Gordillo, según se explicó, comenzó a negociar la renovación a principio de año. Del entorno del futbolista afirmaron que fueron varios meses después. El entonces mánager canalla no pudo ni acercarse a plasmar la rubrica del juvenil en el nuevo convenio por diferentes circunstancias.
Una vez que el Mono dejó el club, la gestión la tomó en mano el secretario general Guillermo Hanono, quien tiene una buena relación con Fabián, el padre y por entonces represente de Mateo. Incluso el secretario auriazul, al ver que las tratativas iban en retroceso, confesó que “al padre le dijimos, si no querés firmar el nuevo contrato, decinos”. Pero se siguió charlando porque la respuesta que ofrecían de enfrente era optimista dentro del marco de negociación.
Para sorpresa de muchos, en cierto momento de la gestión el volante pasó a ser manejado por una empresa inglesa: la agencia ICM Stellar Group. En Central encendieron las alarmas porque presagiaban que algo se había salido de eje. Y así fue. “Empezamos muy tarde la negociación y cuándo teníamos todo, el padre (de Tanlongo) nos comunicó que había un cambio en la representación. Por lo que tuvimos que empezar todo casi de cero”, expresó Hanono.
Además se detalló, Mateo “tenía el salario desactualizado porque tiene el contrato de hace dos años y medio”. En cambio, para “este nuevo vínculo se había ofrecido un millón de pesos por mes más premios y primas”, explicó un firme Carloni en conferencia de prensa.
Una de las barreras que ponía la parte del jugador era la cláusula de salida. Pretendían que fuera de dos millones de dólares. Luego de varias idas y venidas, el club aceptó. Incluso con una promesa de venta en junio de 2023. Pero no. Ya no había mucho por hacer porque el torneo había terminando y el jugador emigró a Portugal para hacerse la revisión médica en Sporting Lisboa.
El volante, incluso, dialogó con medios portugueses y resaltó la felicidad que tenía por haber llegado a un club grande. En Central esas declaraciones cayeron como un nuevo gancho al hígado y decidieron poner en aviso al profesional que deberá presentarse a entrenar como le corresponde por aún tener contrato vigente, el próximo 5 de diciembre a las 8. No obstante, en el club saben de antemano que eso no sucederá.
Lo cierto es que Central apeló a una especie de resarcimiento económico del club europeo. Le pidió casi un millón de dólares y un porcentaje de los derechos. Los lusos ofrecieron menos de 500 mil. Desde Arroyito lo tomaron como “una burla, una falta de respeto” y por eso decidieron “romper relaciones con Sporting Lisboa y con la agencia inglesa ICM Stellar Group”.
Por lo tanto, a Central ahora solo deberá conformarse con recibir lo que corresponde por derechos de formación: 280 mil dólares, ya que el volante firmará contrato con Sporting el 1º de enero, ya con el pase en sus manos.
Sin rastros en estos lares
Mateo Tanlongo solo habló con un medio portugués cuando arribó a Europa para hacer la revisión médica en Sporting de Lisboa. Las imágenes mostraron a un juvenil sonriente y feliz por recalar en el viejo continente. Desde este medio se intentó contactarlo en reiteradas oportunidades para conocer su relato con respecto a esta historia que protagoniza desde hace tiempo. Pero no hubo caso. No hubo ninguna respuesta.
A la vez, La Capital constató que su padre (Fabián) estaba algo preocupado por las agresiones que sufre su familia a diario en las diferentes redes sociales. Los hinchas se muestran furiosos por cómo accionó el mediocampista. Y como todo su núcleo familiar reside en Funes, el hasta hace poco tiempo representante de su hijo, evalúo hablar con las autoridades de Sporting para ver si podían llegar a un acuerdo con Central, que no terminó en buen puerto.
Desde la agencia que lo asesora tampoco hubo quórum. Todo terminó como empezó: muy mal. Siendo además un cambalache cómo actuó primero el mánager Gordillo y luego la directiva como además la reacción de la familia Tanlongo, con Mateo a la cabeza.