Es una cosa de locos. Central luchó todo el año para estar a tiro del ascenso directo y cuando la chance estaba en sus manos, muy cerca de concretarse, a punto de consumarse, justó ahí el equipo de Juan Antonio Pizzi se mancó. Tras el sopapo que le pegó Patronato el lunes en Santa Fe, ayer Chacarita lo terminó de aturdir con un golpe directo a la ilusión, que generó un rotundo cambio de escenario de cara a la última fecha del próximo sábado, donde los canallas visitarán a Desamparados. Porque ahí Central tendrá la enorme presión de que incluso ganando en tierra sanjuanina podría no alcanzarle para volver a la máxima categoría y debería forzar esa posibilidad de ascender mediante una promoción a suerte y verdad con un equipo de primera. Lo lamentable, lo increíble, lo si se quiere traumático, siempre hablando en términos deportivos, es que los auriazules ayer dejaron de depender de sí mismos y se complicaron la vida solos, tras la dura derrota de ayer 3 a 1 ante el funebrero.