Las copas internacionales ya fueron, los clásicos disputados y ganados, la Copa Argentina hace rato dejó de ser y Miguel Ángel Russo ya no está. Fundamentalmente, Russo ya no está. Y ese es el principal dilema en el que está inmersa hoy la comisión directiva de Central. ¿Qué hacer con la conducción técnica? No por nada, después de cinco partidos, todos ellos de los importantes, Matías Lequi aún no fue ratificado. Y aunque volvió a sobrevolar la chance de Eduardo Coudet, no es seguro que, si el Chacho no está disponible como antes de la serie con Fortaleza, el interino continúe. Más allá de que no haya hoy otras opciones, pero siempre puede aparecer una.
Es que, a pesar de la dignidad canalla ante Fortaleza, Central quedó eliminado. Y antes el equipo alternativo perdió con Independiente. Por eso, ¿resistiría Lequi una tercera derrota al hilo, en el Gigante ante Atlético Tucumán? Si bien el partido del lunes será el reencuentro del público con el equipo que en la última actuación en el torneo local venció nada menos que a Newell’s, el DT precisa ahora sí un buen resultado ante el Decano para convencer, para que no copen la escena las dudas. O no se prolonguen las que están.
Es así, Lequi lo sabe, lo sabe la dirigencia y además porque no se trata tampoco de dejar todo en el aire de acá a fin de año, como si quedara poco por lo que luchar.
A la Liga Profesional, al año canalla, le faltan nada más y nada menos que 16 partidos: 48 puntos. Y lo que hoy parece lejos de todo, puede acercar a Central al objetivo que le queda, que es clasificar de mínima a la Copa Sudamericana 2025 con una buena cosecha. Pelear el título de la liga parece muy difícil y entrar a la Copa Libertadores más, pero un cupo en el segundo torneo continental sería un plato apetecible de conquistar y para eso no puede regalar más.
En el fútbol la relajación se paga y Central quedó en una situación que lo puede tentar a eso, porque puso mucho esfuerzo y todas las expectativas en las copas que disputó con mucha altura, pero con resultado adverso. Y ese golpe le hará difícil reciclarse rápido para ir por una meta que lo haga volver apenas a la línea de largada de lo que estaba disputando.
El tren de la continuidad de Matías Lequi
Por eso, Central debe enfocarse enseguida en la nueva realidad, volver a fijarse objetivos y asumir la presión necesaria para conseguirlos. En ese tren está la continuidad de Matías Lequi, sin dudas.
Al técnico que comandaba la reserva, que hizo imprevistamente sus primeras armas en primera y dio la cara para ello, esta etapa le sirvió seguro para su crecimiento y se colgó la medalla del clásico, además de la imagen que entregó su equipo aún en la derrota.
Pero como en todo proceso de progreso, ahora necesita un poco más para delinear su futuro. Y ese nuevo impulso sería una victoria ante el segundo de la Liga en casa. Un tropiezo puede condicionarlo ahora si es que ese es su objetivo e igual nadie le quitará lo realizado.
La pelota quedará para el matrimonio presidencial. Pero hay que esperar, claro. Con los problemas a cuestas de las lesiones importantes, con la cuota física que inexorablemente pagó por competir en dos frentes con gran exigencia, ahora la meta canalla será reinventarse y certificar al conductor en la cancha para hacerlo.
Con Coudet aún en un “no”, con otros candidatos del riñón canalla hoy con trabajo (Vitamina Sánchez, en Liga de Quito, y ¿Juan Antonio Pizzi? en la selección de Kuwait), asoma entonces como muy importante lo que pase el lunes. Para Lequi, seguramente. Al menos para clarificar las decisiones que sí o sí deberán alumbrar.