Pasado al mediodía, ya cuando el almuerzo había quedado atrás, los hinchas de
Central que se habían agrupado para comer en los distintos bares del centro de la ciudad de Mendoza se contagiaron la pasión, saltaron de los asientos y se pusieron a cantar como si ya estuviesen en la cancha. A metros, los hinchas de Gimnasia también desataron su carnaval y ambas parcialidades convivieron sin inconvenientes.
A horas del partido, la ansiedad se hizo grande y de alguna manera había que pasar el tiempo hasta la hora del partido. Para eso nada mejor que estar juntos, cantando, confiados, ilusionados de que esta vez, la cuarta, sea la vencida y Central se vuelva con el título.
El cancionero del Gigante esta vez fue el protagonista de la tranquila tarde mendocina en la previa de una final que los hinchas esperan que sea inolvidable.
A metros del carnaval canalla, los hinchas del Lobo hicieron lo propio, con sus canciones y su pasión a cuesta. La batalla de canciones fue eso, una previa sin incidentes.