De cómo La Capital ayudó a resolver un robo. Juan Implatine vivía con José Sena y otros compañeros de pieza en un conventillo ubicado en el barrio de la refinería, pero anteayer surgió entre ellos ciertas diferencias -algo muy común en esas improvisadas colectividades- e Implatine decidió mudarse. Para esto, hizo venir un carro y cargó sus muebles, pero por una distracción dejó olvidada una cartera que contenía 30 pesos encima de una mesa, y cuando se acordó y volvió a buscarla, ya no estaba. Hizo la denuncia en la comisaría 10a., la que envió a un agente para que lo acompañara a registrar la habitación de la que acababa de mudarse y donde, debajo del colchón de la cama de José Sena, encontraron la suma de 30 pesos envueltos en un pedazo de papel del diario La Capital. Implatine reconoció el dinero como suyo, pero Sena dijo que no podía ser porque los 30 pesos encontrados eran producto de sus ahorros y que los había puesto debajo del colchón hacía cinco días. Sin embargo, cuando el agente policial tomó el pedazo de diario que envolvía el dinero pudo comprobar que tenía la fecha del día del corriente, por lo que Sena se rindió ante tal evidencia y no tuvo más remedio que reconocer su autoría en el robo. (1908)