Estas últimas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso), celebradas el 13 de agosto, expusieron que el estado del sistema electoral en su actual práctica y marco legal está más cerca del colapso que de su consolidación. En esta nota intentaré abreviar las razones más importantes por la cual urge revisar el marco legal vigente, refiriéndome tanto al nacional como provincial.
En primer lugar la obligatoriedad. Es un absurdo, una falacia institucional, obligar a los ciudadanos a que voten en las internas de los partidos políticos a los cuales no están afiliados o inclusive no tienen pertenencia alguna. Este sistema anormal e inconstitucional es único en el mundo. No hay un solo país en todo el planeta con un marco legal electoral de ese tenor. Algunos politólogos han expresado que los argentinos padeceríamos el "Síndrome Argentino", que consiste en aceptar y naturalizar lo anormal como normal. La aceptación pasiva y acrítica de este sistema electoral es un inmejorable ejemplo del mencionado "síndrome".
Se ha desvirtuado doblemente el espíritu original de la ley. Las Paso tienen como objetivo la elección de los candidatos para disputar luego los comicios generales. Pero fácticamente se las trata como si fuera una primera vuelta antes de un ballotage y no como una simple elección primaria, como una interna partidaria. Este uso desmedido y contrario al espíritu de la ley genera una espectacularidad innecesaria, abusos publicitarios, actos políticos, escenografías, movilizaciones, etcétera, mientras que los partidos políticos, verdaderos sujetos de la ley, continúan ausentes en el escenario, cada vez más innecesarios, en crisis y omitidos.
Una vez más recordemos que no existe democracia moderna y sustentable sin partidos políticos.
El costo de las Paso es el otro gran desatino que hemos aceptado y naturalizado. Solo las nacionales tuvieron un costo de 2.600 millones de pesos. Este es otro claro ejemplo de naturalización anómica, manifestación del síndrome argentino. "Se entiende el descrédito que tienen las Paso en este tiempo. Son caras, ineficaces, pero además defraudan la confianza porque dan el marco para simulación de un debate que no existe. Esa situación no es causa, sino efecto de la crisis del sistema político", analiza el politólogo Ignacio Zuleta.
Más lapidaria resulta la opinión especializada de Sergio Beresztein (magister en Ciencia Política): "Nuestro sistema político era disfuncional antes del 2009, cuando las Paso fueron sancionadas. Lo es también ahora, tanto o más que en aquel entonces".
Advertimos ya desde hace un tiempo, que las Paso -que se aprobaron en nuestra provincia para resolver la controvertida ley de lemas- no han cumplido con su cometido. Es más, complicaron el panorama institucional y aceleraron la crisis de representación que hoy afecta y paraliza los partidos políticos.
¿Podría decirse que el remedio fue peor que la enfermedad? Tal vez no. Pero sí asevero que no ha solucionado el problema esencial que radica en comprender que el sistema político está en crisis y que solo se superará si solucionamos el problema estructural que afecta a los partidos políticos que hoy se han convertido en instituciones sin vida, sin sentido y sin pautas programáticas.
Es preciso recuperar y jerarquizar para la democracia a las agrupaciones políticas porque son la columna que sostienen al sistema. Sin partidos políticos no hay democracia y la ausencia de los mismos nos pueden conducir a una sociedad corporativa, experiencia ésta que los argentinos bien conocemos.
Más volviendo al tema central, las Paso, y siendo nuestra provincia la primera que legisló y aplicó este sistema electoral, pienso que tal vez deberíamos ser nosotros, los santafesinos, quienes decidamos qué hacer con ellas. La Nación ya tiene el proyecto de derogarlas o reformarlas para el 2019 y cada provincia discutirá el sistema a adoptar.
Desde nuestro espacio presentamos un proyecto de ley que se encuentra en la Cámara de Diputados de la provincia y, en síntesis, pretende reformar el carácter de las Paso transformándolas de obligatorias a optativas.
Hoy estoy convencido de que, más allá de los gastos que ocasiona, de su inutilidad, de los desconciertos que produce esta especie de encuesta obligatoria y de las corruptelas que puede promover, el verdadero argumento para su modificación es de carácter político-institucional: Las Paso son un sistema electoral que tiene una naturaleza absurda y un carácter antirrepublicano, en tanto obliga a los ciudadanos a votar en una interna de un partido político al que no están afiliados y del que no tienen pertenencia alguna.
Tengo la convicción de que las Paso, tanto a nivel nacional como provincial, van a ser derogadas o reformadas en su naturaleza obligatoria. Espero que para las elecciones del 2019 haya primado el sentido común de nuestra dirigencia.
No obstante, concibo que nuestra provincia se debe un debate más amplio; en que se trate no sólo la vigencia de este sistema electoral, sino también que se discuta una reforma integral del sistema electoral provincial. Me refiero concretamente que además de discutir el sistema electoral de las Paso, se estudie y proyecte de qué modo se puede lograr una reestructuración de los partidos políticos, de tal manera que los ponga nuevamente en valor y vuelvan a ser los grandes actores del sistema democrático. Que se sancionen las normas pertinentes y se ponga en funcionamiento un tribunal electoral autónomo y permanente, con competencia especial en toda la materia, que, entre otras funciones, controle, actualice y garantice la transparencia de los padrones electorales. En fin, otorgarle, el efectivo control de los comicios a un órgano independiente del Poder Ejecutivo y del Judicial que, actualmente se encuentra desbordado; proyecto que presentamos también en la Cámara de Diputados, amén de una legislación que regule el financiamiento de los partidos políticos.
El sistema político electoral nacional y provincial está en crisis desde hace un largo tiempo. Aprecio que ha llegado el momento de posponer los intereses particulares o sectoriales, de no prorrogar estas cuestiones fundamentales por razones coyunturales.
Es tiempo ya de discutir y concretar soluciones sustentables y acordes con la calidad institucional que la ciudadanía de esta provincia se merece. Sería un importante paso adelante en pos del fortalecimiento de los partidos políticos y de nuestra todavía inmadura democracia.
Norberto Nicotra
Diputado provincial