Entrar a un local de juegos electrónicos es para los más chicos serotonina pura. Ven uno y quieren entrar, ven otro y también, probar todas las máquinas, ganar tickets, canjear premios y empezar otra vez. De generación en generación, los espacios de juegos han sido asociados a las vacaciones. Antes eran “los fichines”, hoy son “los jueguitos” porque ya no se compran fichas, sino coquetas tarjetas magnéticas donde se puede cargar saldo y gastar en diversas actividades, con distintos costos por pulso que sería algo así como la partida. En Rosario hay varios locales de distintas marcas. A simple vista parecen todos más o menos similares, sin embargo, cada uno tiene su propia impronta, selección de juegos, costos y estrategia comercial.
Una de esas estrategias comprende la decisión de tener espacios a la calle o de ser parte de la estructura de un shopping. En Rosario, una marca con locales en vía pública es Fun Park, con dos negocios en peatonal Córdoba casi San Martín y otro a una cuadra de distancia, casi Maipú. La mayoría de los demás espacios están dentro de la estructura de los centros comerciales, principalmente por un tema de vigilancia: “Ser parte de un shopping te resuelve el servicio de seguridad. Y eso implica también que puedas tener la sala completamente abierta sin vidrios, ni puertas ni cortinas”, explica Pablo Perilli, Gerente de Salas de Juegos de Crucijuegos.
La marca rosarina tiene tres salas de juegos en la ciudad, una de 300 mt2 en el shopping Paso del Bosque; otra en el supermercado La Reina de San Martín y Ayolas y una tercera en el predio comercial Libertad. Este último es la representación local de la alianza que la marca mantiene desde hace años con la cadena de supermercados. Ésta le permitió dar sus primeros pasos en el segmento cuando abrieron el primer local en la ciudad de Córdoba.
Sacoa, que nació como un negocio en un subsuelo dentro de una galería de la ciudad costera de Mar del Plata, es otra de las empresas que tienen presencia en la ciudad. Su local es parte de la estructura del Alto Rosario. Si bien la marca supo tener sucursales con vista a la calle en sus inicios, desde hace varios años se volcó por completo a la comercialización “indoor”. Consultado por suplemento Negocios, desde la marca confirman que además de brindar seguridad otorga “visibilidad y rotación de público constante”.
La cantidad y estilo de los videojuegos es otra de las estrategias que marca la identidad de estas salas. La mayoría tiene entre 30 y 40 máquinas y si bien la innovación en la oferta es crucial para captar al público, siempre sirve contar con un surtido de tradicionales: “Desde hace tiempo predominan los simuladores de Realidad Virtual, pero los clásicos como los autos o el tejo siguen en auge”, explica Ariel Magadan, gerente de la sucursal de Sacoa en el shopping Alto Rosario. La meta, en general, es que todos se diviertan. Por eso también se busca que haya atracciones para una gama de edades, como los juegos mecánicos que, si bien son de los más antiguos, aún reinan en el público de los bajitos por los paseos que permiten sobre abejitas, ponys y locomotoras.
¿Y el negocio cómo anda?
Tanto Sacoa como Crucijuegos reconocen que la temporada de verano no viene siendo la mejor. Desde Crucijuegos hablan de una facturación de unos 140 millones de pesos, similar a la de enero de 2023. Ninguna mejora de un año a otro, algo que lo vinculan directamente con la disminución del consumo en los shoppings. Sacoa, por su parte, se refiere a un “30% o 40% menos de ventas” aún incluso con un incremento en los precios del 100% en el último mes.
El comentario que se escucha es que el cliente que antes venía a gastar en cantidad ahora ha disminuido notablemente el consumo. Y el cliente que de por sí gastaba poco, ahora ya ni va. Todo esto teniendo en cuenta que los precios de los juegos en Sacoa van de los $800 a $2500 los de Realidad Virtual, mientras que en Crucijuegos comienzan en $400 y llegan hasta los $1200, siendo también los de última generación los más costosos.
Después, por otro lado, está el negocio del software de gestión de ingresos, es decir el sistema cashless para usar las máquinas de juegos operado por las tarjetas magnéticas. Ambas marcas tienen su propio desarrollo. Sacoa se autodefine como líder mundial en este servicio, ya que no solo lo desarrolla para su propia marca sino que también lo comercializa a todo el mundo bajo el lema de que “evita que los cajeros engañen al operador o a los clientes”. Crucijuegos también ha desarrollado su propio sistema, con la única diferencia que prefiere no comercializarlo para terceros. Desde su implementación, aseguran, el negocio mejoró hasta un 40%.
Cumpleaños: el gran comodín
Otra de las patas comerciales de este modelo es, sin dudas, la celebración de cumpleaños infantiles. Es un servicio que ayuda a los negocios a sostenerse fuera de las temporadas de vacaciones de invierno o verano y que también aporta estabilidad los días de semana, especialmente de lunes a jueves, cuando no hay gran volumen de concurrencia.
“Este segmento colabora enormemente a la venta, ya que representa entre un 30% y un 40% de la recaudación total. Entre las tres sucursales de Rosario, celebramos unos 300 cumpleaños por año”, explica Perilli de Crucijuegos. Como básico ofrecen dos modalidades de contratación de hasta 20 chicos: Una que comienza en los $65.000 e incluye 2 horas de juegos, uso ilimitado del pelotero y una sala de cumpleaños de uso exclusivo; otra que empieza en los $130.000 y añade principalmente una coordinadora y decoración.
Sacoa, por su parte, se encuentra en un proceso de transición entre locales luego de que el shopping Alto Rosario dispusiera un orden distinto para las marcas, por lo que se quedaron sin los dos salones de festejos que tenían antes. Aún así ofrecen el servicio: “Ahora tenemos solamente una tarjeta que sale $3500 con 90 minutos de juegos libres, salvo que los que entregan premio instantáneo en este caso no se otorga, solo se cargan los puntos”, comenta Magadan de Sacoa.