Pasaron solo 5 años desde que un grupo de emprendedores rosarinos comunicó una noticia que encendió una tenue luz de la cultura musical rosarina. Enfocados en aportarle a las bandas y artistas locales un espacio para que puedan difundir su arte, Joaquín Arce, Facundo Alessi y Josefina Estévez abrieron las puertas del bar Casa Brava en noviembre del 2018, en una antigua casona en calle Pichincha 120, donde supo funcionar la tradicional milonga El Levante.
Empujados por el mismo ímpetu que los llevó a emprender el sueño de un negocio propio, los socios se animaron a una nueva aventura y confirmaron la apertura de Casa Brava en Madrid. La inauguración de este primer local en Europa está pensada para antes de fin de año y se ubicará en el barrio Malasaña, al cual Arce definió como el “Pichincha madrileño”, sobre calle Valverde 44.
“El proyecto está naciendo, nos entregaron la llave la semana pasada y estamos poniendo toda nuestra energía en lograr que esté abierto hacia finales del 2023”, contó Arce a La Capital y adelantó que viajará en los próximos días a España a ultimar detalles con proveedores. El objetivo es que Casa Brava Madrid funcione como un reducto de la cultura under de allá, al igual que hoy lo hace en la ciudad, pero que a la vez sirva como espacio de cruce entre artistas de ambos países.
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Malasaña es uno de los barrios con más movida de Madrid. En esta cuadra es donde funcionará Casa Brava.
“Hay un movimiento de músicos argentinos muy grande que se está gestando en España y queremos llevar un poco de nuestra Rosario a dicha capital y que los grupos y cantantes locales sepan que tienen una segunda casa en Europa. Ofrecerle un rincón amigo para que vayan a tocar cuando hagan sus giras internacionales y que sepan que su música va a sonar cuando abramos las puertas del lugar”, señaló Arce, quien junto a sus socios también está al frente de la productora musical Agua de Río, a través de la cual gestionan la grilla de eventos que se suceden al interior del bar y que trasciende lo musical, sumando otras propuestas artísticas.
El proyecto
Si bien la idea de expandir el sello de Casa Brava a otras regiones existió casi a inicios del proyecto, la pandemia dejó en stand by está iniciativa. Fue un trayecto muy duro para el negocio que vio interrumpida su fuente principal de ingresos con la imposibilidad de realizar shows durante largos meses. En los tiempos de cuarentena más estricta llegaron a rifar muebles en pos de sobrevivir y no bajar definitivamente la persiana.
El esfuerzo dio sus frutos y con el correr del tiempo retomaron la actividad normal del bar, mientras recobraba fuerza el interés de ampliar la propuesta a nuevas zonas. La decisión definitiva llegó de la mano de Sofía Estevez, quien siempre colaboró con los socios en la comunicación de Casa Brava y decidió radicarse en Madrid meses atrás, sirviendo como puente entre los socios y España.
“Ella nos ayudó mucho a abrir en Rosario en cuanto a decoración, estética y en el manejo de las redes sociales y ahora está viviendo allá. Por eso, en mayor cuando empezamos a ver locales en Madrid, contar con su apoyo fue muy importante, hasta que nos decidimos por uno en particular, que es un poco más pequeño que el de acá, pero va a tener una oferta similar, tanto en lo cultural, como en la carta de tragos y comidas”, destacó Arce.
A diferencia del Casa Brava original, la sucursal ocupará solo una planta baja y tendrá capacidad para unas 140 personas. Además de mesas, contará con una gran barra con cocktails, vinos y opciones de cervezas y un pequeño escenario donde ocurrirá la magia. “Queremos tejer redes entre nuestra propia cultura y la de España, que puedan ir artistas nuestros a tocar y que vengan del exterior a Rosario, que se vinculen y se potencien”, aseguró el emprendedor.
Por el momento el bar continúa en obras y se está terminando de armar la carta, que al igual que en la ciudad, incluirá opciones de sándwiches y tapeo aunque los socios buscarán que haya un “toque rosarino” en las comidas que ofrezcan al público español. La decoración del lugar también será similar en la búsqueda de generar una identidad similar para los dos y un sentimiento de pertenencia entre los clientes que tengan la posibilidad de conocer ambos locales.
“Nuestra idea como socios no es mudarnos a Europa, es seguir en la ciudad, haciendo crecer el proyecto en otra región y con un equipo más grande que comandará Sofía junto a Martín, otra persona que está colaborando en el armado. Casa Brava es un lugar que la ciudad aceptó y es una aventura extraordinaria llevarlo a Madrid y poner en valor la cultura rosarina allá, con una grilla que en gran medida está pensada por y para los artistas locales y que lo seguirá haciendo en su segunda casa”, sostuvo Arce.