—¿Se puede decir que el campeón está de regreso?
—En parte sí, y en otra no. Es que si bien tengo muchos títulos en moto, sea nacional como latinoamericano, también es verdad que en motocross no tengo uno. Gané carreras en el exterior, pero acá recién se me dio hace unos días, tras conseguirlo en Cipolletti. Lo cierto es que no pude coronarme con un título en mi país. Este año decidí volcarme de lleno a esta especialidad, y espero ser protagonista. Uno nunca sabe lo que puede pasar entre competencia y competencia. Por ahí hacés un par de podios seguidos como me pasó ahora, y también existe la posibilidad de que una fecha no la pueda terminar por equis motivo, ya que los fierros son fierros y pueden sufrir algún desperfecto en el momento menos deseado o esperado, y entonces te quedás sin nada al final del certamen.
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Hernán Villacreces disfrutó el primer puesto en Cipolletti junto a su amigo.
—¿Cómo surgió la idea de volver al motocross cuando vos venías participando en el CAM?
—Porque me lo propuso uno de mis mejores amigos. Le dije que si él me acompañaba, arrancaba de nuevo en esta modalidad. Y así fue. Armamos un grupo de tres amigos junto a mi hermano y así empezó toda esta movida.
—Y tu hermano, Cristian, ¿también comenzó a correr o qué rol cumple en el equipo?, ya que en su momento fue uno de los mejores pilotos de la provincia...
—No, tiene una escuelita de motos y además es tester de una marca. No corre, pero está todo el tiempo arriba de una moto, que es lo que lo apasiona, como a mí.
—¿Volviste al cross para ver si te sacás la espina de lograr un título, ya que te formaste en esa especialidad, pero los campeonatos los cosechaste en otra?
—No, volví por un amigo, es la realidad. No miro de entrada eso de que debo correr para obtener un título, independientemente de que cuando estoy arriba de la moto solo pienso en ser protagonista. Eso llega con el tiempo y lo aprendí con los años. Uno está más maduro y tiene otra perspectiva o analiza las cosas diferente. Ya no me arrebato tanto, ja. Tengo muchos años y eso ayuda a dosificar la ansiedad a la hora de salir a pista.
—¿Es verdad que tenés un registro desde que comenzaste a correr?
—Sí, es así. Empecé a correr el 4 de febrero de 1994. Participé de 584 carreras. Tengo todo anotado en un cuaderno.
—¿En 2022 fue cuando te pegaste feo y debiste estar varios meses parado?
—Así es. Me caí y sufrí una gran lesión en el hombro izquierdo. Se me cortaron dos tendones del manguito rotador, y en la cirugía vieron que había un tercero a punto de cortarse. A eso le sumo que me fracturé el quinto metacarpiano derecho. Me llevó un tiempo rehabilitar, volví ni bien me dieron el alta los médicos y...pum, otro golpe. Esta vez se me cortó la cadena de la moto y me volví a golpear. Estuve dos meses más parado, por lo que recién en este año comencé de lleno a correr en motocross. Pasé muchos meses afuera de las pistas por lesiones. Me dio bronca, aunque sé que es parte de esta profesión. Estamos expuestos a que nos pueda suceder algo así porque es un deporte de alto riesgo.
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El multicampeón argentino es una máquina de sumar alegrías.
—Este año metiste dos podios en las primeras tres competencias.
—Esperemos seguir así, ja. En realidad iniciamos la temporada con un muy buen nivel y gran preparación. Los meses de estar lesionado me sirvieron además para entrenar de manera diferente. Este año salí segundo en La Pampa y primero días atrás en la carrera que se realizó en Río Negro.
—¿Apostaste a una moto nueva para ser campeón?
—En realidad tengo una KTM 350 porque es una linda moto y se adapta bárbaro a lo que necesito para correr. Pero a la vez, tengo 45 años y no miro el más allá de la carrera que tengo frente a mis ojos. Disfruto el presente porque además me vengo diciendo, este será mi último año, y no lo viene siendo. Aunque sé bien que cada vez me quedan menos años de competencia.
—¿Qué se siente saber que el apellido Villacreces es sinónimo de motos en Rosario, pero a la vez no está reconocido como en otras ciudades o provincias, sea por tu hermano o por vos?
—Lo tomo con naturalidad. Es así tal cual lo reflejás. Sé que nuestro apellido está muy patentado en el deporte de las dos ruedas. Pero acá es Central y Newell’s, y el resto atrás. La ciudad respira fútbol, no descubro ni digo nada nuevo o llamativo. No obstante, noto que por ahí estoy en otra localidad o provincia y me reconocen enseguida. No reniego ni reprocho nada, eh. Las cosas son así y punto.
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Villacreces confesó que cuando está con su moto en el aire le genera una adrenalina especial.
—Es que son dos nombres fuertes en ramas diferentes, vos sos multicampeón de Supermotard a nivel nacional e internacional, y tu hermano fue campeón argentino de velocidad.
—Está bien, pero las cosas se dieron así porque este deporte por ahí es más popular fuera de la ciudad. Rosario es muy futbolera. Le pasa a otros deportistas, incluso algunos olímpicos o que están en otro deporte y no tienen ese reconocimiento masivo que deberían tener por haber representado al país en el mundo o porque son de acá. Lo de mi hermano (Cristian) fue groso porque fue campeón argentino de velocidad. Por ahí lo mío fue más destacado porque fue más contemporáneo o estoy corriendo y gané muchos títulos. Si algo nos destaca además es que somos de perfil muy bajo los dos.
—¿Y cómo llevás el entrenamiento en la actualidad?, ¿te cuesta más o seguís un patrón de conducta nutricional y de gimnasio rígido?
—Cuesta un poco (risas). No, nada de rigidez desde lo nutricional o gimnasio. Me cuido, pero tampoco me privo de ciertas comidas que por ahí no estarían permitidas en un plan de alimentación a cumplir a rajatabla. Lo importante es estar bien desde lo mental. Si estás bien de la cabeza es esencial. Al menos es lo que siento y considero desde lo personal.
—¿Te sentís tan bien de la cabeza?
—Totalmente. Y me sirve un montón a la hora de subirme a la moto para competir. Mirá que problemas tenemos todos. Pero sinceramente, este año estoy mejor de la cabeza que desde lo físico.
—¿Estás más aplomado por la edad o por la experiencia arriba de una moto y regulás cada carrera?
—Ambas. La experiencia me ayuda a todo eso. En mi categoría son todos pilotos experimentados y noto que todos hacemos lo mismo, es decir, regulamos como podemos.
—¿Querés decir que ya no hacés locuras como querer pasar a uno por un hilo de luz que es muy complejo o hacés un salto largo exigido?
—Y... a veces las locuras las sigo haciendo. Pero sí, los años ayudan, aunque hay determinadas acciones en pista que son más pensadas que en otros momentos.
—¿Te pasó que tuviste que quedarte parado porque no conseguiste un repuesto por el tema de la importación?
—Sí, estuve seis meses esperando una pieza de reposición. Era un árbol de levas. Por suerte, por así decirlo, no me afectó de manera directa porque se dio justo que estaba lesionado. Pero si estaba en competencia, no sé qué hubiese hecho. Es tremendo este tema porque hay componentes que hay que cambiar cada tanto tiempo sí o sí porque así lo indica el manual de fabricación, y por ahí pasan estas cosas. Por eso, lo que estoy haciendo es ver más o menos cuándo debo suplir algo y lo compro con anticipación, además de cruzar los dedos para que llegue en tiempo, porque lo que viene de afuera tarda más o menos un mes.
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El piloto rosarino aseveró la moto es su cable a tierra, su pasión.
—¿Te condiciona además que en Rosario no hay un autódromo habilitado para probar o una pista de motocross para entrenar?
—Y, en parte sí porque debo viajar a otras localidades para entrenar cuando otros pilotos tienen una pista en su ciudad o dentro de su provincia. Te resta tiempo y demanda mucho dinero extra porque lo que menos debo moverme son 100 kilómetros de ida hasta tener un circuito para girar. Este tema es particular porque Rosario es una plaza muy fierrera en realidad, pero no hay pistas.
—Hiciste enduro, Supermotard, velocidad y volviste al cross, ¿qué especialidad te gusta más?, porque cada una tiene su particularidad
—Como gustar, lo que más me gusta es el motocross. Ahora, si vamos a resultados, me quedo con el Supermotard, porque es donde logré muchos títulos nacionales e internacionales. Luego, el enduro es lindo también. Todo es lindo mientras tenga dos ruedas.
—¿Qué es lo más lindo y feo de cada de una de las especialidades?
—Lo más lindo del Supermotard es cuando vas de costado con un derrape controlado, que te lo da el asfalto. El motocross, obviamente es saltar. Cuando estás ahí arriba te genera una adrenalina hermosa. De hecho, tomás un salto largo y por ahí pensás si realmente te da para hacerlo, pero cuando lo hacés, salió y vas descendiendo hasta apoyar la rueda delantera, decís...guau, qué bueno.
—¿Te da para pensar todo eso en una carrera sabiendo además que tenés un rival haciendo sombra o a la par?
—Se te cruzan muchas cosas en milésimas de segundos, pero pasa eso. Creo que a todos nos sucede en realidad, más allá de que vamos al palo, saltando o tratando de controlar la moto. Cada carrera es diferente además y pasan cosas distintas también.
—¿Te pusiste a pensar para qué estás en este campeonato entonces?
—El objetivo es ser siempre ser protagonista. Van tres fechas, de las cuales salí segundo y primero en la última y reciente fecha. Restan cinco competencias, por lo cual restan muchos puntos en juego y puede suceder cualquier cosa. Uno nunca sabe cuántas unidades sumará al final de la jornada porque es un certamen muy duro y competitivo. Pero de lo que estoy seguro, es que quiero ser protagonista de este certamen.
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—¿Hay alguna clave o receta para poder ser protagonista?
—No, pero hay que tratar de ser regular durante todo el certamen, de no caerme en ninguna fecha y tratar de terminar lo más adelante posible entre fecha y fecha. Al final de la temporada se verá cómo terminó esta historia. El motociclismo es mi pasión y motor diario para encarar todo lo que hago. Es mi cable a tierra, es lo que hago y amo.