La especialista en Urología y en Andrología y doctora en medicina, miembro del Grupo Oroño y directora del Instituto Metropolitano de Urología, María Malen Pijoán, publicó recientemente un libro donde propone una mirada integral y actualizada sobre el varicocele, un problema que no siempre se advierte a tiempo ya que no suele dar síntomas.
¿Cómo hacer el diagnóstico? ¿Cuáles son los tratamientos adecuados y las consecuencias de varicocele no abordado de manera correcta?
La autora de La fertilidad del varón y el varicocele presentó su trabajo en Buenos Aires ante un auditorio colmado de especialistas nacionales.
El libro —que tuvo muy buena repercusión entre los expertos— se presentará también en Rosario.
En una charla con Más, la médica destacó que alrededor del 15% de la población general, incluyendo varones adolescentes y adultos, reciben este diagnóstico que puede afectar en forma directa la fertilidad.
—¿Qué es el varicocele?
—Es una de las causas de infertilidad masculina susceptible de tratamiento. Siempre tuvo abordaje quirúrgico, aunque desde el siglo XIX se siguen planificando cambios para la “radicalidad” de la ligadura de la vena comprometida. De aquí nace el interrogante: ¿cuál fue el propósito y cuál el resultado de la cirugía de varicocele? Esa es una pregunta que al día de hoy aún conserva su validez y sienta las bases de la discusión en el ámbito de la medicina reproductiva.
—¿A qué población afecta?
—Es sumamente frecuente ya que se presenta en alrededor del 15% de la población general, incluyendo adolescentes y adultos. Se da en un 35 % de los varones con infertilidad primaria y en el 80% de los varones con infertilidad secundaria.
—¿Qué pasa si el diagnóstico se demora?
—El diagnóstico más frecuente se realiza en un varón durante un estudio de fertilidad, entendiendo como la existencia de una o más alteraciones en los parámetros seminales demostrado por un espermograma (muestra de semen). En relación al varicocele como factor causal de infertilidad existen datos en la revisión de la literatura que analizan la asociación entre varicocele e infertilidad masculina, la posibilidad de que el varicocele tenga un efecto negativo a largo plazo sobre la fertilidad y la relación con el tamaño testicular. Existe una asociación entre la existencia de varicocele y su efecto deletéreo sobre la función testicular. Por eso, al ser un trastorno progresivo de la gónada masculina, debe tener un diagnóstico precoz en esta etapa para evaluar su tratamiento.
—¿Qué lo provoca?
—Puede ser: la alteración de la termorregulación testicular; hipoxia; efectos tóxicos de los metabolitos de origen renal o adrenal; alteraciones endocrinas; obstrucción parcial de la vía espermática proximal; flujo sanguíneo alterado; alteraciones de la vascularización del epidídimo; estrés oxidativo; gonadotoxinas; apoptosis. El diagnóstico de varicocele es generalmente establecido por una combinación de examen físico y prueba de imagen. La exploración física, combinando la inspección y la palpación cuidadosa, debe ser el primer gesto diagnóstico. El examen tiene que ser llevado a cabo con el paciente acostado y en bipedestación, para poner de manifiesto algunos varicoceles pequeños.
—¿Qué cambió en las últimas décadas en el abordaje?
—Particularmente los tratamientos. El camino, en el varicocele, es quirúrgico, pero hoy con técnicas microquirúrgicas se puede intervenir a la persona en forma ambulatoria. Esta técnica se efectúa con un abordaje subinguinal, lo que permite el tratamiento de las venas sin abrir la aponeurosis. Por ello es ambulatorias, con un posoperatorio confortable y con una rápida recuperación física.
—Usted mencionaba que sigue siendo frecuente detectarlo en un hombre cuando ya es adulto y está buscando con su pareja un embarazo, pero no llega...
—Sí, inclusive yo evalúo al varón en el contexto de una consulta que viene con su pareja por infertilidad.
—¿Cree que en la población se minimiza el problema? ¿En el ámbito médico se le da realmente importancia?
—En lo que es medicina reproductiva el factor masculino es tan importante como el factor femenino. Y teniendo en cuenta esa premisa, todo varón (como parte de su salud) debe ser evaluado por el profesional especializado, como se hace en centros mundiales de referencia.
—¿Por qué decidió escribir este libro?
—Creo que no sólo los escritores son los que escriben, sino que pueden hacerlo todas las personas que quieren comunicar algo. En lo personal siento que Dios me inspiró en esta iniciativa ya que la mayoría de los trabajos científicos que debatimos fueron publicados en revistas médicas. Este libro esta dirigido al posgrado de futuros especialistas (así lo definió el urólogo referente nacional Osvaldo Mazza cuando presentó mi libro en Buenos Aires este año durante el Congreso de Avances en Urología 2019). Creo que admite una lectura llevadera y con algunos conceptos básicos. Vierte mi experiencia de los casos tratados desde mis inicios como residentes del Sanatorio Parque junto a los doctores Bilesio y Zeno, hasta los últimos años, con una vuelta de página en los avances tecnológicos y quirúrgicos específicos en el área urológica. La temática tiene historia (porque es una patología antiquísima), tiene clínica, tiene cirugía, tiene microscopía en lo que se refiere al semen y expone resultados y discusión. Es un tema que tiene su complejidad aunque intenté que la lectura de este material sea simple. La patología testicular merecía otro protagonismo. Y me pareció que puede ayudar a muchos varones, por ser un tema de prevención.