Los Nogales.— Es un poblado de no más de 150 habitantes, donde todos se
conocen. Es Los Nogales, a 120 kilómetros de Rosario y "para el lado de Arequito", como dicen los
lugareños. El paraje se llamó "Pueblo Fenwick". Eso fue en 1894 cuando Enry Thomas Fenwick lo fundó
en un terreno que donó el gobierno provincial para el trazado urbano. Fueron 64 hectáreas. Pero la
mayor parte quedó sepultada bajo la soja. Lo que inicialmente estaba destinado a poblado ahora es
un campo que se explota pero, aparentemente, no tiene dueños.
En 2009 el pueblo sólo ocupa 16 hectáreas. Del otro lado:
árboles, campo, alambradas y un molino, un corral chico y el amigable olor a verde. En las otras 48
hay soja sembrada, en campos cuyos dueños el jefe comunal de San José de la Esquina, distrito al
cual corresponden Los Nogales, dice no conocer. Enrique Manjón, de él se trata, tampoco sabe si
pagan algún tributo ni dónde está ese dinero. Como primera curiosidad, en la dirección de Catastro
provincial los terrenos aparecen como lotes, no como zona rural.
En el misterioso campo de 48 hectáreas hay un feedlot y
sembradíos varios. Entran y salen camionetas japonesas manejadas por vecinos del lugar, que
levantan polvareda entre las calles que no existen de un pueblo faltante. El espacio para la plaza
y el camposanto está arado y las máquinas cosechan y siembran desde hace años en esta parte del
pueblo que, al parecer, fue robada por la soja.
En esos campos, que no figuran en los padrones, cada
hectárea cuesta 20 mil dólares, según dicen los lugareños, convencidos de que son los mejores
campos del sur provincial. En ese lugar se plantan y explotan 48 hectáreas de cereal. Cada hectárea
llega a rendir hasta 45 quintales, un total de 216 toneladas. En dinero, unos 220 mil pesos por
cosecha de soja, sin contar la contra cosecha, que suele ser trigo. Este dinero debería entrar a la
comuna y tener algún registro, ya que son campos que eran parte del pueblo donado, pero a priori no
lo hay.
Lo que "se dice". En el almacén de ramos generales todo se sabe y si no, se
comenta. "El campo hace años que lo trabajan. El que manejaba la comisión vecinal era Zapata,
(Alberto, un antiguo vecino) pero ahora hay dos señoras", dice un parroquiano. Zapata, como le
dicen, recorre el campo en una chata y tiene un taller y "algún campito nuevo", cuentan.
El pueblo tiene agua de pozo, electricidad que le provee la
cooperativa de San José de la Esquina y teléfonos fijos. No hay agua corriente, ni cloacas ni
asfaltado. "La gente se va del pueblo a vivir a Casilda o Los Molinos", dice un vecino.
Las 48 hectáreas, que no tienen aparentemente registro,
serían trabajadas por Zapata y otros habitantes. "Eso dicen en el pueblo", cuenta un vecino de 80
años, que más sabe por zorro.
"Hace 50 años que tengo el almacén, imagine lo que veo. Ahora pusieron un
par de señoras que se encargan de la comuna y todos los martes viene Manjón (jefe comunal de San José de la Esquina) a juntarse con un tal Morelli y las señoras", dice el
bolichero.
La Asociación Vecinal de Los Nogales no tendría nada a su
nombre, ya que el distrito corresponde a San José de la Esquina. "Este pueblo es más grande que San
José, lo que pasa es que no hay nadie", comenta alguien montado en su bicicleta.
El equipamiento comunal no se percibe. Un par de palas y un
camión regador viejo es lo que anda por el pueblo. A los costados, soja, verdes de todo tipo y
campos arados, los campos de dueño misterioso, pero que a alguien le dan plata.
"Suena raro". Enrique Manjón va por su segundo mandato en San José de la
Esquina. "No sabría decir si ese campo lo trabaja alguien. Hay una parte que lo explota la vecinal,
pero no sé cuál es el predio", dice el jefe comunal, y admite: "Si la vecinal recauda no se nota
para nada".
"No tengo preciso ahora qué pasa, estoy de viaje", se
excusó el intendente cuando La Capital lo consultó, y dijo: "Me está sonando como algo raro
esto". Conoce a Zapata, de quien comentó que "es humilde y vive pobremente, tiene un taller. No
creo que usufructúe recursos de la vecinal".
En Los Nogales, donde todos se conocen, circulan algunos
nombres aparentemente vinculados a la explotación de los campos, pero el jefe comunal sostiene que
son vecinos "humildes, de toda la vida de Los Nogales". El hombre dijo que lleva "tres años en la
comuna y si esto, que a mi no me cierra, fuera así, habría saltado; voy a chequear bien" aseguró y
puntualizó que nunca investigó este tema porque a Los Nogales empezó a ir "hace dos meses, todos
los miércoles" y nunca nadie le planteó algo. Se mostró sorprendido y pidió un "tiempito" para que
se le pudieran aclarar las cosas.
Manjón no está muy seguro de lo que ingresa, o de quién
paga la tasa municipal, sin embargo, adujo que "no se cobra ningún impuesto por el loteo de Los
Nogales, lo que explota la vecinal es de la vecinal", y eso lo dice seguro.
En cuanto a las propiedades de la vecinal, Manjón asegura
que "tienen tractor, regador, carro para la basura, motosierra, bordeadoras y completa maquinaria
para el mantenimiento urbano". Los vecinos, en cambio, dicen que "el pueblo no crece mucho y está
abandonado" y que sólo hay "un par de palas, lo que se ve y un camión regador".
Hay pueblos feos, pueblos fantasmas, pueblos que son un
infierno y pueblos lindos. Los Nogales nació como pueblo chico, casi paraje, y debería tener el
índice per cápita más alto de la provincia, pero no lo tiene. Es un pueblo invadido...por la soja.
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