El presidente comunal de San Francisco, Ignacio Freytes, celebra la apertura de la licitación para pavimentar la ruta 7S, una obra largamente esperada que conectará a la localidad con Venado Tuerto. En esta entrevista, repasó las gestiones, el respaldo vecinal y el significado profundo de una infraestructura que marcará un antes y un después para toda la comunidad.
–¿Qué significa para San Francisco la apertura de la licitación para el acceso asfaltado?
–Es un momento histórico. San Francisco fue durante años la única localidad del centro-sur santafesino sin acceso pavimentado, lo que nos colocaba en una situación de vulnerabilidad frente a otras comunidades de la región. Si bien desde 2014 contamos con un camino consolidado de ripio que permitió mantener la conectividad incluso en jornadas de lluvia intensa, como la del sábado pasado con más de 200 milímetros en pocas horas, ese trazado no resolvía de forma definitiva los problemas de accesibilidad, seguridad y desarrollo. La apertura de la licitación no es sólo un trámite. Es el inicio de una transformación que nuestra comunidad esperó durante décadas.
–¿Qué antecedentes marcaron la urgencia de esta obra?
–En 2010, una vecina murió sin atención médica tras quedar encajada en el barro en la ruta provincial 15. Ese hecho nos movilizó como jóvenes y nos llevó a formar la comisión comunal más joven de la provincia. En 2014 logramos inaugurar el acceso de ripio, que fue un avance enorme. Pero ahora vamos por el paso definitivo: el pavimento.
–¿Cómo se logró concretar esta instancia después de tantos años de espera?
–Fue el resultado de gestiones persistentes y de una articulación institucional muy sólida. La decisión del gobernador Maximiliano Pullaro y del ministro Lisandro Enrico fue clave, pero también lo fue el trabajo legislativo de la senadora Leticia Di Gregorio, que presentó la nueva ley de contribución de mejoras. Nosotros, desde la comuna, hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance. Esta obra se financia con un esquema mixto: el 70% lo aporta la provincia, el 12% los municipios de Venado Tuerto y San Francisco, y el 18% los productores agropecuarios. Es el primer proyecto en más de cuatro décadas que se ejecuta bajo este sistema.
–¿Desde cuándo no se aplicaba este modelo de financiamiento en Santa Fe?
–Desde 1982. Esta es la primera obra en más de cuatro décadas que se ejecuta con el sistema de contribución de mejoras. Es un esquema justo, transparente y participativo, que permite que todos los actores involucrados aporten según sus posibilidades y participen del compromiso comunitario.
–¿Cómo respondió la comunidad ante el sistema de Contribución de Mejoras?
–Con un respaldo que nos emocionó. Tras el cierre del registro de oposición, el 88% de los productores acompañó la obra. Solo 24 vecinos y 5 empresas expresaron su rechazo, mientras que más de 600 contribuyentes manifestaron su apoyo. Eso habla de una comunidad que entiende la importancia de esta infraestructura y que está dispuesta a aportar para que se concrete.
“El pavimento cambiará todo”
–¿Qué impacto tendrá esta obra en la vida cotidiana de los vecinos?
–Va a cambiarlo todo. Hoy, cuando llueve, hay zonas que quedan incomunicadas. Las ambulancias tardan en llegar, los chicos no pueden ir a la escuela, los productores pierden días de trabajo. Con el acceso asfaltado, esas situaciones van a quedar atrás. Además, vamos a estar conectados con Venado Tuerto, que es nuestro centro de referencia en salud, educación, comercio. Es una obra que habilita derechos.
–¿Qué tipo de vínculo tiene San Francisco con Venado Tuerto?
–Es una relación de dependencia positiva. Muchas familias viajan todos los días para trabajar, estudiar o atenderse en centros de salud. San Francisco se está transformando en un pueblo de quintas, con vecinos que eligen vivir aquí por la tranquilidad, pero que mantienen su actividad en la ciudad. Esta obra consolida ese vínculo.
–¿Cómo evolucionó San Francisco desde aquel acceso de ripio hasta hoy?
–Muchísimo. Se adjudicaron más de 140 lotes en los últimos años, entre comunales y privados. Muchas familias de Venado Tuerto eligieron San Francisco para construir su vivienda. Hoy somos un pueblo de casi 400 habitantes, con fuerte crecimiento demográfico y productivo. Procesamos el 100% de los granos que se producen en nuestras 15.300 hectáreas, y una de nuestras aceiteras está a punto de cerrar un acuerdo para exportar pellets de soja a Chile.
–¿Qué desafíos enfrentan las familias que eligen radicarse en San Francisco?
–El principal es el acceso a la tierra. Incluso con dos ingresos formales, muchas parejas no lograban proyectar su vivienda. San Francisco les dio esa posibilidad. Y ahora, con el acceso pavimentado, ese proyecto se vuelve más viable y sostenible. El ordenamiento territorial fue clave para que eso ocurra.
Ruta, electricidad y canalización
–¿Qué obras complementarias están previstas?
–La nueva ruta permitirá avanzar con el tendido eléctrico, que abastece al pueblo y a las industrias. También estamos gestionando la expropiación de tres lotes para concretar los canales de desagüe. Son tres obras clave: pavimento, electricidad y canalización. Juntas, van a potenciar el desarrollo de San Francisco.
–¿Qué rol tuvo la planificación territorial en este proceso?
–Fundamental. El ordenamiento territorial nos permitió adjudicar terrenos a familias que no podían acceder a un lote en la ciudad. Incluso con dos ingresos formales, muchas parejas no lograban proyectar su vivienda. San Francisco les dio esa posibilidad. Y ahora, con el acceso pavimentado, ese proyecto se vuelve más viable y sostenible.
–¿Qué tiempos se manejan para el inicio de obra?
–La licitación está abierta hasta el 10 de octubre. Según lo establecido por el Ministerio de Obras Públicas, el inicio de obra está previsto para diciembre. Ya se está trabajando en el convenio y en los certificados necesarios. Hay una firme decisión política y técnica para que se cumplan los plazos.
–¿Qué actores institucionales fueron clave en este proceso?
–El gobernador Pullaro, el ministro Enrico, la senadora Di Gregorio, los legisladores que votaron la ley, los productores que acompañaron, los municipios que aportaron. Fue un trabajo colectivo. Y también quiero destacar al equipo del Ministerio de Obras Públicas, que trabajó con agilidad y compromiso durante todas las etapas que demandó el proceso.
La obra tiene 138 años de espera
–¿Qué peso simbólico tiene esta obra para la comunidad?
–Muchísimo. San Francisco tiene 138 años de historia y nunca tuvo acceso pavimentado. Esta obra es una reparación histórica. Es también una forma de decirnos que somos parte de esta provincia y que que no estamos olvidados. Cada paso que damos está sostenido por la evocación a esa memoria. Y eso nos obliga a hacer las cosas bien, con transparencia, con responsabilidad, con respeto por quienes nos precedieron.
–¿Cómo imagina el futuro del pueblo una vez que el acceso esté terminado?
–Con más oportunidades. Vamos a poder pensar en proyectos productivos, turísticos, educativos. Vamos a atraer inversiones, mejorar la calidad de vida, fortalecer el arraigo. El asfalto no es solo una obra vial: es una herramienta de desarrollo. Y es también una forma de decirnos que somos parte de la provincia, que no estamos olvidados.
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