La familia policial hoy está de luto y repleta de dolor. La muerte del oficial Marcos Fernando Di Fazio durante un control en la zona de La Florida en Rosario, representa un golpe para todos. Quiero escribir estas líneas desde mi lugar de jefe de la Unidad Regional II, pero también desde el de padre de familia, como ser humano y como ciudadano de una sociedad que se muestra cada vez mas violenta.
El oficial Marcos Fernando Di Fazio, es (me niego a usar el verbo en pasado) todo eso y más. Es compañero, amigo, hijo, hermano, esposo y padre. Padre de 4 hijos a los que hoy hay que explicarles una muerte absurda. Una muerte que deja un espacio enorme que nos interpela desde la tragedia más profunda.
El oficial Marcos Fernando Di Fazio es parte de esta familia policial tantas veces criticada y que pocas veces se reconoce la real dimensión del compromiso diario. Es parte de los que cada día ponen el cuerpo, el alma, y en este caso la vida para llevar algo de cordura a una sociedad que por razones que se deberán analizar en profundidad, cada vez con más frecuencia resuelve sus diversos conflictos por medio de una violencia que muchas veces se vuelve extrema.
Una familia policial compuesta por hombres y mujeres que dejan a sus hijos, padres, esposos, esposas, y salen a la calle con lluvia, con frío, bajo el rayo del sol, durante los feriados o domingos; para cumplir con su deber. Policías que están mejorando sus condiciones y formación, pero no dejan de arriesgar la vida por sus semejantes en operativos y acciones que a diario implican avanzar en la tarea que nos encomiendan. Cuando el resto duerme, cuando otros celebran, cuando el ciudadano se reúne con sus seres queridos, el policía está en la calle, en lugares peligrosos, en condiciones difíciles, lejos de sus seres queridos; espalda con espalda con sus compañeros y compañeras cumpliendo la tarea para la cual fuimos formados.
Policías que son seres humanos con una tarea que enaltece. Cuidar a sus semejantes.
Termino esta carta como la empecé. Hoy la familia policial está de luto y repleta de dolor. Que ese dolor y ese luto se convierta en fuerzas para cobijar a los hijos y la esposa de Marcos Fernando Di Fazio, que con 39 años dejó su vida en un control policial en la madrugada de Rosario, que se convierta en empeño y compromiso para seguir poniendo siempre lo mejor de nosotros.
Que se haga Justicia y que descanse en paz.