Adrián Perich es gerente de Central Alcorta, pero trabajó en varias firmas como Arito, Chevallier o Empresa Argentina. El experimentado empresario dice que la situación con las combis y remises truchos se repite en todos los pueblos del sur santafesino: Chañar Ladeado, Cañada del Ucle, Los Quirquinchos, Firmat, Chabás o Bigand, pero que la empresa más perjudicada de la región es la que administra, por las características de la traza.
Todos los pueblos ubicados en ese recorrido quedan a 5 kilómetros de la ruta, por lo que al tener que ingresar se enlentece el servicio y aumenta la brecha de tiempo de viaje con las ilegales. "La gente las usa porque te van a buscar a tu casa, y van rápido, a 120 kilómetros por hora, contra 90 de máxima que tiene el micro", indicó.
Haciendo un poco de historia, Perich ubicó el comienzo del fenómeno durante las presidencias de Carlos Menem, con la desregulación del transporte, el crecimiento de la desocupación y la aparición de la Trafic. "A vos te echaban de Somisa, te comprabas una con 100 mil dólares y salías a la calle. Ahí proliferaron por todo el país de manera anárquica, todo muy atado con alambre, se iban fundiendo como los remiseros y empezaban otros. Eso se fue comiendo a las empresas legales", recopiló.
El apoderado de Central Alcorta afirma que el problema es que al transportista regulado el Estado le exige uniformidad en el servicio, lo puede controlar con facilidad en origen y destino, y a través del GPS sabe si entró y salió de la Terminal. "Sin pasajeros tenés que salir igual. Tenés un costo fijo, boleterías, talleres, luz prendida 24 horas, la ganancia es mínima. Ahora, vos te compras una Trafic, sacás el seguro, hacés la revisación técnica y un par de declaraciones y salís a trabajar: costo cero", sintetiza.
Cómo operan
Además, relató que "sólo salen cuando hay pasajeros, pasan 10 minutos antes por la misma traza que el colectivo y se llevan a la gente, hasta que llenan los 14 lugares y van derecho a Rosario". De esta forma, contó que la "trucha" gana una hora de tiempo, porque el micro tiene que entrar a todas las localidades. "Encima te deja en el centro de la ciudad, adonde a mí no me dejan entrar. Pero si mi chófer vomitó y no puedo conseguir un reemplazo me cobran 25 mil pesos de multa. Es perverso", se quejó.
Como si esto fuera poco, Perich dijo que ahora inventaron el "taxi colectivo" que es un remís que sale cada dos horas con 5 asientos. Explicó que esto es más común en pueblos más chicos como Peyrano, Carreras, Juncal o Carmen, y que en vez de cobrarle 600 pesos el viaje a un solo pasajero, le tarifan 200 a cada uno y se llevan 1.000 pesos. "De estos hay 5 o 6 por pueblo, Alcorta, Santa Teresa, Máximo Paz, que también te van sacando gente", señaló.
En el caso de las Trafics, el precio es algo menor al ómnibus, entre 160 y 180 pesos contra 200 que cuesta el boleto.
En cuanto a los controles, se quejó de que cuando reclaman a la Secretaría de Transporte no reciben respuestas. "No hay un solo inspector fiscalizando a los ilegales", dijo. "Los intendentes de los pueblos protegen este tipo de transporte porque combatirlos es piantavotos. Pero a mí que soy legal me viven cobrando por todo", manifestó.
"La mayoría son legales, pero la habilitación es para hacer turismo grupo cerrado. El empresario reveló que los choferes llevan dos listas distintas de pasajeros, para la ida y la vuelta. "Pero esto pasa porque jamás la provincia movió un dedo. No hay controles, y si los hay es para llenar planillas. Si yo te quiero agarrar, te controlo la lista a la ida en un peaje y te espero a la vuelta a ver con quién volvés. Y ahí te agarro", ilustró.